Jorge Alberto Gudiño Hernández
11/06/2022 - 12:05 am
La normalidad de los puntos y comas
«Si en estas dos normalidades enfrentadas tan grandes se puede aceptar la postura del otro, es complicado ver cómo no se aceptan en normalidades más pequeñas».
Hace unos meses escribí aquí mismo una reflexión en torno a la normalidad. Expliqué cómo uno tiende a asumir que la normalidad se define a partir de sus propias experiencias. Es normal subir los pies a la mesa de la sala si uno siempre lo ha hecho así y si todos en su casa lo hacen. Es motivo de escándalo para otros quienes siempre lo tuvieron prohibido. Incluso puede generar confusiones en quienes no tienen mesa de sala o sala.
Al margen de estos ejemplos demasiados simples y locales, el siguiente paso en el argumento es que, así como tendemos a calificar de normal lo que nos es cercano, también solemos asumir que esta normalidad es correcta. Y eso puede generar problemas más grandes.
Dejemos de lado los pies sobre la mesa y las posibles consecuencias de subirlos. Pensemos en algo mucho más general: los separadores decimales. En México ni siquiera les llamamos así. Hablamos de punto decimal y estamos todos contentos. Lo que está a la izquierda del punto es el número entero, lo que está a la derecha es su parte decimal. Cuando no hay tal, no se pone el punto salvo en las calculadoras en donde persiste todo el tiempo.
Basta investigar un poco para descubrir que más o menos la mitad de los países occidentales no utilizan el punto decimal. Su separador es la coma. Sí, ésa que nosotros usamos (a veces) para separar los periodos de miles o de millones pero nunca para dividir la parte entera y la decimal. Está tan arraigado en nuestra idea de normalidad, que algunos clientes se han aprovechado de anuncios en donde algunas tiendas ofertan algo y confunden el punto con la coma.
¿Están ellos mal y nosotros bien? ¿En verdad? ¿Francia, España o Alemania, entre muchos otros países, están mal por separar los enteros de los decimales con una coma y no un punto? ¿Pueden ellos pensar, en cambio, que nosotros, los norteamericanos o los ingleses son anormales por usar el punto en lugar de la coma?
Me parece que la respuesta contundente es que no, no están mal. Más aún, ambos usos son normales. Si acaso, habría que tener mucho cuidado en el caso de hacer negociaciones con alguien de los otros países. Eso sí, se debe ser consistente con el sistema que se utiliza y nada más. Señalarlos como anormales y, en consecuencia, como incorrectos, suena absurdo desde donde se le vea.
Y, de nuevo, ése es el problema. Si en estas dos normalidades enfrentadas tan grandes se puede aceptar la postura del otro, es complicado ver cómo no se aceptan en normalidades más pequeñas. Si embargo, nos la pasamos alzando nuestro flamígero dedo para condenar a otros por asuntos que ni siquiera se relacionan con nosotros. ¿Por qué? Porque se salen de nuestro orden de ideas, de nuestra normalidad y, en consecuencia, los consideramos incorrectos.
Tan sencillo que es recordar, cuando las diferencias con el otro estén a punto de molestarnos, que usamos puntos y no comas para separar decimales y que ambos sistemas están bien.
Jorge Alberto Gudiño Hernández
Jorge Alberto Gudiño Hernández es escritor. Recientemente ha publicado la serie policiaca del excomandante Zuzunaga: “Tus dos muertos”, “Siete son tus razones” y “La velocidad de tu sombra”. Estas novelas se suman a “Los trenes nunca van hacia el este”, “Con amor, tu hija”, “Instrucciones para mudar un pueblo” y “Justo después del miedo”.
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Es difícil conciliar puntos de vista diferentes y siempre creemos que el nuestro es el correcto y no cedemos ante los argumentos en contra.
En ocasiones las posturas de otros son totalmente absurdas. Para seguir con el temas de los números se pueden apreciar las bondades del sistema métrico decimal contra el absurdo sistema inglés de medidas. Así que se debe ceder cuando existen cosas mejores y aquí no debe haber la media entre el punto y la coma.