Gustavo De la Rosa

10/06/2022 - 12:05 am

Duarte ante la real audiencia

«Por lo pronto el extraditado pasará hasta un año entre las mazmorras de la torre de San Diego y los hospitales 5 Estrellas del reino».

«Por lo pronto la paz vive en el reino del norte y las dos religiones políticas comparten las mieles del poder (…)». Foto: Rodolfo Angulo, Cuartoscuro

De un tiempo a la fecha, he insistido que en el estado de Chihuahua se ha establecido una monarquía, donde el Poder Judicial y el Poder Legislativo están a merced formal del Poder Ejecutivo, es decir vivimos en una monarquía del siglo II.

Me explico: cuando en el Congreso de Chihuahua algún partido controla 22 votos, dos terceras partes, de los 33 integrantes, y los utiliza  siguiendo las instrucciones precisas y exactas, sin cambiar ni una coma del Ejecutivo, el parlamento se convierte en corte,  y, cuando usando la fuerza legal de la mayoría calificada, se  somete constitucionalmente al Poder Judicial al servicio de la corte, aquello es una monarquía y la Gobernadora es la Emperatriz, designación utilizada, en la historia de México.

Son legendarios los ministros, grand visires, consejeros de la corona, mano del rey (en Game of Thrones), secretarios reales en 60 y no puede haber monarquía que se aprecie y no lo tenga. Aquí en Chihuahua también lo tenemos, habilidoso, pragmático experto en la grilla, que se mantiene en la zona de riesgo, para blindar a la monarca, con el significativo nombre de César.

Así consolidada la monarquía de religión panista en Chihuahua, con toda su estructura de poder y con cada quien jugando su papel, y cuando la celebración de la concentración del mando iniciaba con grandes pompas, se presenta un problema, han puesto a disposición de la Corte Penal al anterior monarca, otro César, fundador de la misma dinastía empoderada hoy y caracterizado por usar «el poder para poder», pero de religión priísta.

Los cortesanos del rey en jefe pidieron piedad y libertad inmediata, pero las habilidades de concertación y negociación política logran establecer un acuerdo de «ganar ganar» para ellos. Por lo pronto el extraditado pasará hasta un año entre las mazmorras de la torre de San Diego y los hospitales 5 Estrellas del reino.

Pacto similar al celebrado entre  la Reyna Isabel I  de Inglaterra de religión Anglicana y María Estuardo, católica fundamentalista, donde la primera recibió en custodia a la segunda, para salvarle de las garras de los escoceses rebelados contra ella,  ubicándola  en un magnífico palacio del norte británico, protegida por una familia poderosa, pero la diferencia religiosa entre ellas, y las intrigas cortesanas impulsadas por el Secretario de Estado, Sir Francis Walsingham, un puritano de la nueva religión de estado, llevaron a la confrontación entre las dos cortes y la ejecución de María Estuardo 19 años después.

Por lo pronto la paz vive en el reino del norte y las dos religiones políticas comparten las mieles del poder, y perseguían al gobernante intermedio de una secta religiosa diferente desprendida de la de la monarca actual.

Gustavo De la Rosa

Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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