Alienígenas americanos, un libro que busca devolver los OVNIS a Latinoamérica
PorObed Rosas
03/06/2022 - 2:30 pm
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Los escritores chilenos Francisco Ortega y Juan Andrés Salfate hablaron en entrevista con SinEmbargo sobre Alienígenas americanos (Planeta), una presentación de historias que sus autores buscan que sean leídas “como una versión contemporánea de las recopilaciones de relatos tradicionales de América Latina, pero en este caso enfocada en el moderno mito de los OVNIS y los extraterrestres”
Ciudad de México, 3 de junio (SinEmbargo).– Los Objetos Voladores No Identificados (OVNIS), o Fenómenos Atmosféricos No Identificados (FANIS), como Estados Unidos ha decidido llamarlos en fechas recientes, representan aún en la sociedad un tabú, un tema que suele ser abordado con recelo en ciertos círculos intelectuales y gubernamentales, pero que al mismo tiempo fascina a todas las personas, que alimentan esa curiosidad mediante películas y libros, como el que acaban de publicar dos escritores chilenos: Francisco Ortega y Juan Andrés Salfate.
Se trata de Alienígenas americanos (Planeta), una presentación de historias que sus autores buscan que sean leídas “como una versión contemporánea de las recopilaciones de relatos tradicionales de América Latina, pero en este caso enfocada en el moderno mito de los OVNIS y los extraterrestres”, comparten desde la nota preliminar de este extenso trabajo.
Es así que comparten un lado no tan conocido de historias como las de Quetzacóatl, la Virgen de Guadalupe, Simón Bolívar y episodios como el primer avistamiento registrado en la prensa, en Chile, en 1868, en el diario El Constituyente de Copiapó, 79 años antes de lo ocurrido en Roswell, Nuevo México.
“El libro tiene otra particularidad que es devolverle los OVNIS a Latinoamérica. En qué sentido digo devolverlos, el canon sostiene que la primera aparición de un ovni en la prensa es 1947 en Estados Unidos, pero, en rigor, la primera aparición en la prensa de un ovni fue en 1868 en un diario de Chile y pocos años después luego hay uno en Argentina, otro en Brasil y en México a finales del siglo XIX. De alguna manera tienes que, en rigor, los OVNIS aparecen primero en los diarios latinoamericanos que en el resto del mundo”, compartió en entrevista Francisco Ortega.
Juan Andrés Salfate mencionó a su vez que “en los relatos que están compilados en esta publicación, que van desde científicos hasta un hombre, una mujer, común y silvestre, es entender que en un estadio donde la espiritualidad, al menos desde las instituciones eclesiásticas, parece estar en decadencia, siempre está latente la posibilidad de reconectarse con el misterio”.
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Hace unas semanas, el Congreso de Estados Unidos llevó a cabo su primera audiencia sobre objetos voladores no identificados en medio siglo. En testimonios ante una Subcomisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, funcionarios del Pentágono no revelaron información adicional sobre su investigación en curso de cientos de avistamientos inexplicables en el cielo. Pero informaron que han seleccionado a un director para un nuevo grupo de trabajo encargado de coordinar las labores de recolección de datos sobre lo que el gobierno describe de manera oficial como “fenómenos aéreos no identificados”, reportó la agencia Associated Press.
Cuestionados sobre el tema, Francisco Ortega indicó que el hecho de que el Congreso de Estados Unidos “diga que esto está pasando o que científicos como Avi Loeb, una inminencia en Harvard, diga que es probable que estemos siendo visitados por inteligencia extraterrestre, saca este caso de la paraciencia y lo pone en la esfera de lo serio. Te aseguro que en los próximos años la ciencia más oficial no va a mirar tan en menos a estos fenómenos, de hecho, ya no la está mirando así, ya está muy serio con esto”.
Aunque aclaró que en esta apertura sobre el tema “otra vez Latinoamérica se adelantó a Estados Unidos”. Recordó cómo Brasil en la década de los noventa armó la operación Plato para investigar de forma abierta estos temas o como en Chile existe la CEFAA, “que es el comité de estudios de fenómenos aéreos que depende de la Dirección de Aeronáutica Civil donde, de hecho, la persona encargada es un gran investigador ufológico que ha escrito libros fenomenales sobre la historia ufológica en Chile y que es contratado tanto por la Fuerza Aérea como por la Dirección de Aeronáutica Civil y eso existe desde la década de los noventa”.
Y añadió: “Que Estados Unidos haya puesto al Congreso en estos temas es replicar otra vez lo que ya se hizo en nuestro continente. (Juan Domingo) Perón (en Argentina) también en la década de los cincuenta dice esto, hay que ponerlo en estudio oficial. En México desconozco cómo ha sido la relación, pero a mí no me extrañaría que, con lo permeable que es México a lo que ocurre en Estados Unidos, ocurra algo parecido a lo que ya está haciendo Chile, Argentina o Colombia, que también es muy activa en estos temas”.
En ese sentido, Juan Andrés dijo que “es muy importante tomar una decisión frente al oficialismo ante el fenómeno. Estados Unidos lo plantea como una amenaza”, mientras que, señaló, “en Latinoamérica, lo que se establece es un estudio de comprensión de qué se trata esto que está ocurriendo en los cielos de nuestros países”.
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—Este libro que traen entre manos es un proyecto bastante atractivo. Tú, Francisco, ya habías incursionado en este tema el cual ahora amplían ambos en una visión que se centra en el fenómeno extraterrestre en América Latina. ¿Cómo nace la idea?
—Francisco Ortega: Nosotros hicimos un primer libro en el año 2020, fue un libro muy para la pandemia que se llama Los nuevos brujos, que son 23 conspiraciones. Salió justo cuando estábamos viviendo en medio de una conspiración, la pandemia, entonces a este libro le fue muy bien. En Los nuevos brujos tratábamos ya algunos temas relacionados con el fenómeno ovni, pero los típicos, el caso Roswell, el área 51. Quedamos con la idea de hacer algo más relacionado sólo con el tema ovni, un libro que es parte de la continuación, pero no es la segunda parte; no es necesario leer Los nuevos brujos para leer este libro.
Nos tomamos un café y un día dijimos hagamos un libro sobre casuística ovni, es decir, los casos ufológicos más importantes. Hagamos un libro como los que leíamos cuando éramos niños, los de J.J Benítez, Erich von Däniken, los libros de Aimé Michel, bueno un montón de gente, pero hagamos que el libro tenga un valor, una línea editorial propia. El libro comienza con la frontera de México con Estados Unidos y termina en el sur de Chile y Argentina, nuestro continente. La mayoría de casos de este tipo no se resisten a no incluir a Estados Unidos, a China, a Rusia, a Europa, a Alemania, pero este libro es en español y portugués que empieza en México y acaba en la Patagonia, en la Antártica chilena y argentina. Ese es nuestro valor, ya lo hemos dicho, el título original del libro es Alienígenas Latinoamericanos, pero no cupo, es larga la palabra.
—Juan Andrés Salfate: Yo creo que son dos pilares, uno lo que explicaba Francisco, que era devolverle a nuestro continente el tremendísimo valor que tiene respecto al tema ufológico. Los grandes casos emblemáticos están en Rusia, Estados Unidos y Europa, y un poco más allá. Sin embargo, nuestro continente ya desde la prehistoria pareciera tener una convivencia desde los pueblos prehispánicos con esta idea o estos mitos vivos que aún persisten. El hombre moderno, a partir de todo su bagaje tecnológico que le permite hacer registro, ya sea desde facciones militares hasta cualquier ciudadano común y silvestre.
Quisimos hacer una envoltura con este segundo pilar, que era en vez de dar certezas —que hay algunos que parecen tenerla— de que estos seres extraterrestres son de otra dimensión, son seres del futuro, vienen de otro planeta, vienen de tal planeta o de la luna, nosotros dijimos que no, realmente si somos honestos, no sabemos. Pareciera que este fenómeno no quiere ser descubierto, se mueve en el misterio. Qué hacemos entonces, hagamos lo más importante: cómo estos casos que hemos compilado en el libro afectan la conciencia de sus protagonistas, vale decir, las historias aquí compiladas tienen que ver por el oleaje de sensaciones que generaron en el testigo que son casos donde el hecho fue prolongado y posteriormente, en muchos de ellos, asistidos por profesionales de la salud física y mental.
Es generar este efecto fogata, reunámonos en donde el fuego y la leña va a ser este libro, a contarnos esta historia para no sé si entender, pero sí sentir qué significa estar frente a la experimentación de algo tan raro como esto.
—Francisco Ortega: Creo que el libro tiene otra particularidad que es devolverle los OVNIS a Latinoamérica. En qué sentido digo devolverlos, el canon sostiene que la primera aparición de un ovni en la prensa es 1947 en Estados Unidos, pero, en rigor, la primera aparición en la prensa de un ovni fue en 1868 en un diario de Chile y pocos años después luego hay uno en Argentina, otro en Brasil y en México a finales del siglo XIX. De alguna manera tienes que, en rigor, los OVNIS aparecen primero en los diarios latinoamericanos que en el resto del mundo. La teoría de los antiguos astronautas se sustenta en el astronauta de Palenque que está en México, en nuestro continente. Quizá hay una línea editorial implícita que en el fondo es un fenómeno que surge de este lado del mundo y lo estamos recuperando. No se me había ocurrido, te juro que fue en esta conversación y en la pregunta que dije ¡claro!
—Los latinoamericanos tenemos una conexión con este tipo de acontecimientos que suelen ser vistos como fantásticos e irreales, ustedes recuperan bastante relatos prehispánicos, de la colonia, la Independencia y de la actualidad. ¿Qué lugar ocupan estos acontecimientos en nuestra narrativa colectiva?
—Francisco Ortega: Han estado siempre presentes. Si uno analiza los mitos latinoamericanos, la mitología azteca, de Centroamérica, la maya, de los pueblos originarios de Brasil, la inca, la de los pueblos chilenos y argentinos, siempre está presente la idea —en rigor está en todas las culturas del mundo, pero especialmente en los mitos prehispánicos de este continente— de un ser que vino de las estrellas que tenía barba porque nuestros pueblos prehispánicos no tenían barba, un detalle muy interesante, que bajaba de algo luminoso del cielo.
Los dioses prehispánicos parecen haber sido diseñados por Lucasfilm, las cabezas abultadas, las manos más largas, sentados en pirámides que además son escalonadas, no son rectas, son una escalera al cielo. En la última película de Indiana Jones se hizo una especie de apropiación cultural con estos mitos y son nuestros. De alguna manera, en este libro los recontamos, no todos porque hubiéramos tenido que hacer un libro de 300 o de 500 páginas. Este libro ya es largo, pero tratamos de hacer un esbozo, sobre todo la primera parte sobre qué manera los mitos precolombinos de nuestros pueblos originarios están directamente relacionados con el mito de los seres que bajaron de las estrellas y trajeron cultura, miedo o cualquier cosa, pero bajaron de las estrellas.
—Juan Andrés Salfate: En los relatos que están compilados en esta publicación, que van desde científicos hasta un hombre, una mujer, común y silvestre, es entender que en un estadio donde la espiritualidad, al menos desde las instituciones eclesiásticas, parece estar en decadencia, siempre está latente la posibilidad de reconectarse con el misterio, con lo extraño, con que no todo lo podemos explicar ni con nuestra ciencia y que sin embargo podríamos volver a entender que vivimos en una especie de laboratorio donde lo raro, lo extraño, a veces se cuela a nuestras vidas y, por lo tanto, que de vez en cuando alguien nos recuerde de que no tenemos todo explicado y que podemos a veces tener acceso a algo que nos da un reconocimiento de que puede haber más cosas todavía por descubrir. Nos coloca en una situación de humildad donde no hay certezas, donde no hay explicaciones, sino que incluso hasta pequeñas preguntas no pueden ser respondidas, pero sí quizás un estado de voluntarismo espiritual, humilde, frente a lo extraño que simplemente es estar vivo.
—En el caso mexicano, por ejemplo, vinculan este planteamiento de los alienígenas ancestrales con dos hitos fundacionales de nuestra identidad: Quetzalcoatl y, mucho más importante, la Virgen de Guadalupe. ¿Cómo se encontraron con estas narrativas?
—Francisco Ortega: Lo de Quetzalcoatl aparece ya en la década de los sesenta en varios libros como Recuerdos del Futuro e incluso hay un libro que compré en la Feria de Guadalajara, en la parte de los libros usados que se pone atrás, es de la década de los ochenta que se llama Los OVNIS y la arqueología de México, lo usamos de bibliografía para ese capítulo que además se vincula con estos seres supuestamente barbudos, pero relacionados con serpientes que también están en la tradición chilena y peruana; de ahí hicimos como una línea.
En el caso de la Virgen de Guadalupe, personalmente para mí es uno de mis misterios favoritos relacionado con América, más allá de la cuestión religiosa que hay detrás, sino de una cuestión cultural, pagana, ancestral. Los misterios alrededor de la tilma, de los ojos que ya los trata Benítez en un libro de la década de los ochenta y otros más. Todo lo que hay alrededor de la Virgen de Guadalupe me parece fascinante, realmente fascinante.
—Juan Andrés Salfate: En la cultura mapuche que la comparte parte de Chile con Argentina, supuestamente los dioses del mar y del cielo fueron quienes crearon al ser humano y ambos eran serpientes, una marina y otra que podía volar. Pareciera que en el inconsciente colectivo existe un simbolismo con estas imágenes. Si Quetzalcoatl es una serpiente que es emplumada es porque las plumas son un representativo de toda criatura conocida que pueda surcar el cielo, que pueda volar. En el caso de la Virgen, que es un ser de luz que baja de una nube. Es interesante e insisto con mi propuesta, de que lo que te acompaña en el tiempo culturalmente, que no puede ser del todo explicado, pero que tiene una cierta posición de guía con el ser humano, es lo que nosotros llamamos una religión.
Hay un ejercicio espiritual. Quetzalcoatl, la Virgen de Guadalupe o cualquier otra cosa similar es quizás una oportunidad para reencontrarnos con esos mitos vivos y volver a reconsiderar una espiritualidad más vinculada a los fenómenos misteriosos de la Tierra más que a un edificio eclesiástico, a una institución religiosa.
—Plantean además la relación de Simón Bolívar con tres personajes desconocidos. La historia es interesante. ¿Qué fue lo que más los atrajo sobre todo lo que investigaron?
—Francisco Ortega: Bolívar es considerado el padre de la independencia latinoamericana, también creo que Francisco Miranda merece ese cargo. Pero esas son decisiones políticas de los países. Luego te encuentras con que es un personaje que tiene esta historia extraña donde aparecen ‘superiores desconocidos’, que supuestamente es el mismo término que utilizan muchas escuelas iniciáticas de la época de finales del siglo XIX hasta antes de la Segunda Guerra Mundial, los ‘superiores desconocidos’.
Tienen una apariencia nórdica que le aconsejaban y le acompañaban en algunas batallas. Es una historia fascinante, porque un lector que es de Colombia me mandó después —el libro ya estaba hecho— más información sobre el tema. Hay crónicas de la época que sostienen que Bolívar era acompañado por tres ángeles. De alguna manera hace consonancia con otro caso que contamos que es el cacique que une a todos los grupos mapuche de Chile y Argentina y los tira contra Buenos Aires, casi hace caer el naciente gobierno argentino a mediados del siglo XIX. Él está también acompañado de tres seres, en este caso eran como bolas de fuego. El tres es un número mágico, la trinidad. Este personaje, un caudillo originario acompañado de tres seres sobrenaturales, el caudillo más emblemático de la independencia, acompañado de tres. El padre de la patria de Chile también, con su contacto con los mapuches, conoció o tuvo de alguna manera encuentros cercanos con una suerte de foo fighters ancestrales. Hay una conexión realmente mágica —creo que no es la palabra más adecuada, pero es la primera palabra que se me viene a la cabeza— entre la historia del continente y este fenómeno. Ha estado siempre atada y amarrada.
—Juan Andrés Salfate: Es curioso, así de raro, así de misterioso este fenómeno que parece asistir, acompañar, a gobernantes, dictadores y conquistadores por igual. Pareciera que fueran acelerantes de los procesos de civilización en nuestro continente sin tomar ningún bando, simplemente que la historia se siga contando hasta donde quiera que los pueblos decidan llevarla. Es muy interesante, son de ángeles y demonios, pero siempre con una mirada espiritual en el asunto.
—¿Quedaron historias fuera de este libro? De ser así, ¿están pensando en hacer algún segundo tomo?
—Francisco Ortega: Tenemos la idea de cerrar una suerte de trilogía. El primero es Los nuevos brujos, luego Alienígenas americanos y un tercero dedicado a misterios en general. Pero podríamos fácilmente sacar un libro al año o cada dos años, para no contagiar tanto al lector, sobre estos temas.
Lo más increíble que ocurre con este libro, que esperamos que ocurra con los lectores mexicanos, es que te empiezan a llegar historias por redes sociales. ‘Leí el libro, me gustaría contarte lo que pasó con mi familia’, ‘oye mira tengo esta información’… esta fenomenología está tan presente sin darnos cuenta que, cuando aparecen libros como este o aparecen autores con la exposición que hemos tenido con este libro por lo menos en Chile, y que ha sido bastante buena gracias a la editorial, se abre una suerte de confianza en la gente. Nos ve como gente seria y por lo tanto nos cuenta lo que les pasó o les pasó a su papá. Te empiezan a llegar historias a través de Instagram, de Facebook, de redes sociales. Estalla la fogata de la que hablaba Juan Andrés y se convierte en un diálogo, en algo mucho más rico que un simple libro, algo que expande el libro y lo convierte en una cuestión viva.
—Juan Andrés Salfate: Como bien dice Francisco, a nosotros nos gustaría al menos hacer una trilogía, un libro que estaría pensado no para este año, sino para el siguiente y que de cierta manera es tratar de sostener de la forma más rigurosa en cuanto a personas que apoyan el fundamento de lo paranormal. El primer libro tiene que ver con la conspiración, los libros del poder y cómo nos afectan, cómo ciertos mitos son ocupados por esferas del poder para sometimientos, creencias, ideologías. Luego dejamos la idea de ideología o las culturas panfletarias para un dominio más extendido del pueblo, para hablar de personas de distintos extractos sociales que tuvieron un encuentro extraordinario. Ahí aparece Alienígenas americanos. Luego, me gustaría quizá cerrar con hechos que son completamente inexplicables, pero que de cierta manera existen como historia en nuestra familia y que nunca hay que pasar más allá de tres círculos para saber que alguien tiene un relato fascinante qué compartir con nosotros, ya a través de redes sociales nos sucedía junto con Francisco. Es algo que nos mueve, no es explicar algo, sino simplemente dejar de facto que vivimos en un mundo donde lo curioso y lo inexplicable sí sucede, y cuál es el impacto que tiene en la conciencia de quienes viven este tipo de encuentros. Con esto nos basta, es ampliar las sensaciones del ser humano al momento en que desee abrazar lo inexplicable.
—Estados Unidos ha empezado a transparentar y mostrar una mayor apertura sobre el tema. Ha difundido documentos y hasta ha creado una unidad especial para su investigación. ¿Lo que ha hecho EU impactará en la manera en cómo es visto este fenómeno? ¿Qué hay de América Latina?
—Francisco Ortega: Sobre la última parte de la pregunta, sí, absolutamente. Que el Congreso de Estados Unidos diga que esto está pasando o que científicos como Avi Loeb, una inminencia en Harvard, diga que es probable que estemos siendo visitados por inteligencia extraterrestre, saca este caso de la paraciencia y lo pone en la esfera de lo serio. Te aseguro que en los próximos años la ciencia más oficial no va a mirar tan en menos a estos fenómenos, de hecho, ya no la está mirando así, ya está muy serio con esto.
Respecto a la apertura, otra vez Latinoamérica se adelantó a Estados Unidos. Brasil en la década de los noventa armó la operación Plato, que es una operación gubernamental de las Fuerzas Armadas brasileñas para investigar de forma abierta estos temas. En Chile tenemos la CEFAA, que es el comité de estudios de fenómenos aéreos que depende de la Dirección de Aeronáutica Civil donde, de hecho, la persona encargada es un gran investigador ufológico que ha escrito libros fenomenales sobre la historia ufológica en Chile y que es contratado tanto por la Fuerza Aérea como por la Dirección de Aeronáutica Civil y eso existe desde la década de los noventa. En algún momento estuvo patrocinada por la Universidad de Santiago, que es la tercera universidad más importante de Chile. Que Estados Unidos haya puesto al Congreso en estos temas es replicar otra vez lo que ya se hizo en nuestro continente. (Juan Domingo) Perón (en Argentina) también en la década de los cincuenta dice esto, hay que ponerlo en estudio oficial. En México desconozco cómo ha sido la relación, pero a mí no me extrañaría que, con lo permeable que es México a lo que ocurre en Estados Unidos, ocurra algo parecido a lo que ya está haciendo Chile, Argentina o Colombia, que también es muy activa en estos temas.
—Juan Andrés: Es muy importante tomar una decisión frente al oficialismo ante el fenómeno. Estados Unidos lo plantea como una amenaza y no me lo tomo tan literal, pero entiendo que decir que este fenómeno inexplicable, donde se ven aeronaves que superan en tecnología por mucho a las fabricadas en EU, decir que es una amenaza les permite a ellos incorporar recursos económicos, o sea, pedir dinero para desarrollar proyectos de defensa. Es lo que más le interesa.
En cambio en Latinoamérica, lo que se establece es un estudio de comprensión de qué se trata esto que está ocurriendo en los cielos de nuestros países, pero no lo ven como amenaza por la sencilla razón que en el dato histórico nunca ninguna aeronave comercial, civil o de la fuerza aérea se ha visto afectada ante esta presencia. Frente al dato estadístico, quieren saber qué sucede, pero no como los norteamericanos que los plantean como un ataque directo de invasión de los cielos a su país para así conseguir más dinero y seguir financiando los proyectos. Hay un poco más de honestidad, de amabilidad, en cómo rimar estos fenómenos extraños con el estudio de los mismos.
Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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