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Los casos de viruela del mono continúan apareciendo, sin embargo, los expertos llaman a mantener la calma, ya que este virus es sustancialmente diferente al de la COVID. Aquí las razones por las que podemos estar tranquilos.

Madrid, 1 de junio (Europa Press).- El mundo de los medios de comunicación a veces alarma a la población, sin quererlo, y por sus ansias de noticia. En esta pandemia los ciudadanos se han visto bombardeados con millones de aspectos relacionados con la COVID-19 y ahora de repente el protagonista es el virus de la viruela del mono, que apenas ha creado 131 casos en África, y un centenar más fuera de ese continente, desde que se notificara el primer caso a principios de mayo.

En España una cincuentena de casos se han confirmado, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad. Pero, a juicio de los expertos, se trata previsiblemente de brotes aislados, y en principio controlados. No obstante, todos coinciden en que hay que estar tranquilos «pero vigilantes», teniendo en cuenta las medidas de prevención y la situación actual.

Así, y muy lejos de alarmar a la población, vamos a exponer una serie de argumentos aportados por los propios científicos, que son quienes realmente saben del tema, para intentar tranquilizar sobre esta infección:

1. Un primer argumento para estar tranquilos en este sentido es que la propia OMS defiende que la expansión de la viruela del mono «todavía puede puede controlarse y el riesgo de transmisión es bajo», según declaró el pasado martes día 23.

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2. En esta misma línea trabaja el investigador español, epidemiólogo y catedrático de la Universidad de Zaragoza Juan José Badiola, experto en zoonosis emergentes, quien considera que estos últimos infectados pueden corresponderse previsiblemente con un hecho «puramente accidental», unos brotes localizados, y una situación muy lejana a que esta infección se convierta en una enfermedad endémica, como sí sucede en África. «Ahora hay casos primarios. En nuestros países del entorno ha habido brotes en Inglaterra, Portugal y España, concretamente en Madrid», precisa. Por tanto, es una enfermedad rara y endémica en países como República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Camerún o Nigeria.

3. Por otro lado, remarca que esta viruela del mono, en principio, no va a provocar una pandemia, «las pandemias no son todas iguales», y la contagiosidad de un virus a otro cambia, y en el caso de la COVID-19 es muy contagioso por vía respiratoria, y en cambio, en la viruela del mono es más difícil contagiarse, se necesita un contacto estrecho del animal y una persona, y después entre las propias personas.

En concreto, la agencia sanitaria de la ONU indica que este brote de la viruela del mono se ha expandido gracias al contacto estrecho piel con piel entre humanos, si bien afirma que también la transmisión puede darse a través de gotas de aliento y de ropa de cama que esté contaminada con fluidos.

4. Después, el profesor Badiola apunta que la mayor parte de los casos, y los de mayor gravedad tienen lugar en África, y se dan en niños que cazan esos animales, fundamentalmente roedores infectados con el virus que, con el ánimo de jugar y de comérselos, los manipulan sin protección, y se contaminan. «Después, como son niños y su sistema inmunitario no está bien formado al final se tocan la boca, las fosas nasales, todas las mucosas, y se contaminan, y las pústulas se contagian con bacterias también que perjudican la infección y muchos mueren de septicemias», aclara. Aquí dice que la población que más riesgo tiene de contraer esta infección son las personas inmunocomprometidas, así como las embarazadas, y los niños.

La mayor parte de los casos, y los de mayor gravedad tienen lugar en África, y se dan en niños que cazan esos animales. Foto: CDC

En concreto, la OMS precisa que la tasa de letalidad ha variado y mucho en las distintas epidemias, y ha sido inferior al 10 por ciento; dándose la mayor parte de las defunciones en los menores, tal y como ha documentado el profesor Badiola.

5. Ángela Domínguez coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Vacunación de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) defiende que los brotes localizados hay que seguirlos «con la máxima rigurosidad», identificar los nexos de relación, y proteger a la población, «algo que ya están realizando satisfactoriamente los sistemas de vigilancia».

6.- Aunque el nombre de viruela del mono tiene su origen en el descubrimiento del virus en monos en un laboratorio danés en 1958 la investigadora señala que el virus de la viruela del mono se detectó por primera vez en humanos en los años 70 en la República Democrática del Congo, y «no hay que estar alarmados porque no es un virus nuevo como el SARS-CoV-2», sino que ya está identificado, se conoce su sintomatología y tratamiento: «Es una enfermedad que está descrita, y que produce fiebre, dolor de cabeza, muscular, cansancio y erupciones en la piel que después se transforman en pústulas, en costras, hasta que se secan. Es algo ya conocido».

El periodo de incubación suele ser de seis a 16 días, pudiendo alcanzar los 21. Las lesiones varían y afectan a las mucosas de la boca (70 por ciento de casos según la OMS), los genitales (30 por ciento), la conjuntiva palpebral (20 por ciento), y la córnea; aunque también algunos pacientes tienen inflamados sus ganglios linfáticos de forma grave antes de la aparición del exantema, el signo característico de la viruela del mono. Puede ser una enfermedad autolimitada y sus síntomas durar entre las dos y las tres semanas.

En 2003 fue la primera vez que se detectó la enfermedad fuera del continente africano, con una serie de casos en Estados Unidos. La mayor parte de los pacientes tuvo un contacto estrecho con perros de la pradera domésticos que se habían infectado de roedores africanos importados al país.

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7.- Por otro lado, la miembro de la SEE celebra que las personas mayores, las que fueron más vulnerables ante la COVID-19, y ahora también ya tienen esta vacuna. Se trata de la vacuna antivariólica, para la viruela, «muy eficaz para prevenir la viruela símica». En concreto se vacunó a la población general hasta 1980, momento en el que se consideró erradicada la viruela.

A día de hoy no hay tratamientos ni vacunas específicas contra la viruela del mono, pero la vacuna antivariólica cuenta con una eficacia del 85 por ciento frente a la viruela del mono, remarca la OMS.

8.- En última instancia, la miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEI) Yvelise Barrios sostiene que hay dos grandes cepas de la viruela del mono, y parece que la que se está detectando es de la cepa menos grave, perteneciente al oeste de África. «Esto tiene que ser una causa de tranquilidad y creo que se está haciendo todo correctamente, y se han hecho los avisos pertinentes para detectar cualquier caso y a la hora de dar las recomendaciones necesarias para quienes hayan estado en contacto con positivos», zanja esta experta.