La idea del estadio surgió de los encuentros del comité organizador con el estudio de arquitectura español Fenwick Irribarren, de Madrid, con el que se elaboró la noción «de un estadio temporal, cuya naturaleza permita que sea trasladado a otro lugar después de su uso como sede para un megaevento como la Copa del Mundo».

Por Álvaro Mellizo

Doha, 16 de mayo (EFE).- Desmontable y «navegable», el estadio 974 será el primer gran estadio de la Copa del Mundo de Catar 2022 que verán los aficionados que lleguen al país, un centro deportivo de curioso nombre y diseño cuyo material estrella, contenedores de carga marítima, podrá volver a surcar los mares en cuanto termine el evento.

El 974 será sin duda el estadio más visto por todos los que acudan a la cita, una figura imponente que se ve desde prácticamente cualquier punto de la bahía en la que se asienta la ciudad y donde se encuentra el mayor número de hoteles.

Además es el más próximo al aeropuerto de Doha, paso obligado para entrar o salir del país.

También, dado su peculiar diseño y concepción, es un estadio que podrá volver a verse en cualquier otro lugar del mundo una vez que la copa tenga dueño y pueda desmantelarse, transportarse y ser reinstalado donde sea requerido.

Y si no es requerido, los 974 contenedores que le dan forma y nombre podrán regresar a sus labores habituales de transporte de mercancías, pues habrán mantenido durante todo el proceso sus certificados de navegabilidad.

ESPERANDO EL DESGUACE

Todo eso lo pudo ver Efe durante una visita a las instalaciones de este lugar con capacidad para unos 40.000 espectadores, impecable y ya listo para acoger a los aficionados salvo algunas obras menores que faltan en los accesos y la zona de aparcamiento.

La idea del estadio surgió de los encuentros del comité organizador con el estudio de arquitectura español Fenwick Irribarren, de Madrid, con el que se elaboró la noción «de un estadio temporal, cuya naturaleza permita que sea trasladado a otro lugar después de su uso como sede para un megaevento como la Copa del Mundo».

Así lo explicó a Efe Mohamed Al Atwaan, gerente del 974 y responsable de que el lugar esté en óptimas condiciones para el Polonia-México, su primer encuentro mundialista que tendrá lugar el 22 de noviembre.

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«Con la idea de un estadio temporal, llegó la de usar contenedores de barco, que son fáciles de transportar, de mover a cualquier lugar. Así, los dos principales componentes de este estadio son los contendores, 974, que están certificados, y que comparten las funciones operativas, además de 30 mil toneladas de acero que cargan el peso de todo hasta el techo», resumió Al Atwaan.

Todo cumple tanto con los requisitos de la FIFA para un estadio de este nivel como para poder ser dedicado a otro cometido después del evento.

Vestuarios, palcos, servicios higiénicos, zonas de comida y bebida, puestos de primeros auxilios, lugares para la prensa y hasta la zona VIP son algunos de los lugares que estarán dentro de un contenedor, que mantienen además sus colores distintivos y aire industrial que le dan un curioso aspecto a la construcción.

EL FUTURO DEL ESTADIO

Parte de esa apariencia se debe a la exigencia de que el material mantenga los certificados de navegabilidad que exigen las autoridades marítimas, cuyas marcas, sellos y pegatinas distintivas permanecerán a la vista de todos durante el campeonato.

Según indicó Al Atwaan, las opciones son múltiples para el modelo.

«Tenemos la flexibilidad de volver a construir un estadio con la misma capacidad de 40 mil espectadores o construir estadios más pequeños con 20 mil ó 10 mil espectadores. O volver a dedicar los contenedores para unirlos y hacer un espacio de oficinas, o ensamblar nuevamente los baños en otro espacio provisional…O volver a usarlos como transporte», resumió.

Ya se sabe que parte de las gradas y la estructura serán donadas a países del tercer mundo, pero no el destino final de los contenedores.