Rubén Martín
15/05/2022 - 12:04 am
“Mata al indígena, salva al hombre”
«No está de más resaltar lo inhumano y desgarrador que era este sistema de arrancar a los hijos de las familias indígenas de sus hogares, para reformatearlos colonialmente: no hablar su lengua, no practicar sus costumbres, convertirlas en otras personas a como nacieron».
Bajo esta cínica misión funcionó durante 150 años un sistema de escuelas-internados en Estados Unidos, que tenía como propósito anular la identidad de los niños de los pueblos originarios del país del norte, quitándoles su lengua y tradiciones y obligándolos a actuar como occidentales. Para ello, los niños indígenas eran arrancados del seno de sus familias para obligarlos a ingresar de manera forzosa a este sistema que los reeducaba para occidentalizarlos, es decir para colonizarlos desde el pensamiento hasta el territorio.
Una investigación del Departamento del Interior sobre la operación de este sistema, presentado el pasado 12 de mayo, ha encontrado que al menos 500 niños fallecieron como “resultado de abuso, enfermedades y accidentes”, según el informe citado por la agencia AP y publicado por La Jornada (https://bit.ly/3wcoNay). En el informe se explica que “algunas de las escuelas eran administradas directamente por el gobierno federal, y otras por organizaciones religiosas, católicas y protestantes, con financiamiento y supervisión federal”. El sistema de escuelas-internados dedicadas a arrancar la identidad cultural de los niños indígenas funcionó por 150, de 1819 hasta 1969.
Además de la separación de sus familias y el internamiento forzoso, los menores eran obligados a trabajar y eran víctimas de maltrato, resumió la BBC en un resumen del reporte.
«El sistema federal de internados desplegó metodologías sistemáticas de militarización y de alteración de la identidad para intentar asimilar a los niños indios americanos. Las normas a menudo se hacían cumplir mediante castigos corporales, como el aislamiento, la flagelación, la privación de alimentos, azotes, bofetadas y esposas. A veces, se obligaba a los niños indígenas más mayores a castigar a los menores. Si trataban de escapar, el castigo era peor. Además, se les prohibía hablar sus idiomas”. El Gobierno estadounidense está revisando más de 98 millones de páginas de registros sobre los abusos acontecidos en esos internados que, no obstante, no siempre fueron documentados (https://bbc.in/3wh1vAp).
El informe del Departamento del Interior anticipa que la cifra de niños indígenas muertos bajo este sistema de colonización será mucho mayor, pues este reporte preliminar apenas analizó la situación de 20 internados de un total de 408 escuelas que operaron en 37 estados y territorios en el periodo referido. Las muertes de niños indígenas podría ascender a decenas de miles, se anticipa en el informe. El informe completo del Departamento del Interior tiene 106 páginas y recopila testimonios históricos sobre los abusos cometidos en esos centros.Aquí se puede leer el documento completo: https://www.bia.gov/sites/default/files/dup/inline-files/bsi_investigative_report_may_2022_508.pdf.
Esta investigación en parte es motivada por los hallazgos de un informe semejante sobre un sistema de internados que operó en Canadá y que encontró la muerte de más de seis mil niños indígenas de aquél país en condiciones semejantes, según se dio a conocer en junio de 2021. Según un reporte de la BBC: “Desde 1863 hasta 1998, más de 150,000 niños indígenas fueron separados de sus familias y llevados a internados estatales en Canadá. Estos colegios administrados por el gobierno, y operados mayormente por la Iglesia católica, formaban parte de la política para lograr asimilar a los niños indígenas. A los menores no se les permitía hablar su idioma o practicar su cultura y muchos eran maltratados y sufrían abusos” (https://bbc.in/3FPMeK2).
Además del caso canadiense, el informe sobre el sistema de internados para niños indígenas en Estados Unidos es motivado porque la titular del Departamento del Interior, Deb Haaland, es ella misma indígena, de la comunidad Laguna Pueblo y es la primera indígena en un gabinete presidencial en la historia de Estados Unidos, se destacó al presentarse el informe.
En un artículo de opinión publicado en el Washington Post, Haaland escribió: “Muchos estadunidenses podrían alarmarse al enterarse de que Estados Unidos también tiene una historia de arrancar a niños nativos de sus familias en un esfuerzo por erradicar nuestra cultura y borrarnos como pueblo. Es una historia de la cual tenemos que aprender si nuestro país busca curarse de esta era trágica”. La titular del Departamento del Interior recordó “que sus propios abuelos maternos y su bisabuelo fueron enviados a la fuerza a estos internados” (https://bit.ly/38uOjhZ).
El sistema de colonizar la identidad de los pueblos originarios de Estados Unidos tuvo una escala masiva. De acuerdo con el informe, hacia 1926, “casi 83 por ciento de indígenas en edad escolar estaban en ese sistema. Muchos fueron castigados físicamente si se atrevían a hablar en su idioma o practicar sus tradiciones. Un fundador de una de estas escuelas resumió así la misión de este sistema: mata al indígena, salva al hombre”.
La frase de la misión del sistema resume todo el horror que encerraba este propósito: eliminar todo lo que de indígena hubiera en las personas para occidentalizarlas, eliminarles su idioma, su religión, cosmovisión y cultura. Esta aculturación era complementada por un vasto proceso de despojo y reordenamiento del territorio que permitió a los colonizadores europeos y estadounidenses apropiarse de tierras y recursos sobre los que se levantó el proceso de acumulación de capital que volvió a esta nación en una de las más ricas y poderosas del mundo.
No está de más resaltar lo inhumano y desgarrador que era este sistema de arrancar a los hijos de las familias indígenas de sus hogares, para reformatearlos colonialmente: no hablar su lengua, no practicar sus costumbres, convertirlas en otras personas a como nacieron. La concepción detrás de este atroz programa de “matar al indio, salvar al hombre” implica la negación de todo lo que no fuera blanco y occidental, negar y eliminar al otro, al diferente en su idioma, religión y cosmovisión.
El avance del informe recién presentado es escalofriante. Su impacto será mayor al conocer el reporte completo. Miles de niños muertos bajo la maquinaria de un brutal sistema de colonización de las mentes, cuerpos y territorios indígenas.
Rubén Martín
Periodista desde 1991. Fundador del diario Siglo 21 de Guadalajara y colaborador de media docena de diarios locales y nacionales. Su columna Antipolítica se publica en el diario El Informador. Conduce el programa Cosa Pública 2.0 en Radio Universidad de Guadalajara. Es doctor en Ciencias Sociales. Twitter: @rmartinmar Correo: rubenmartinmartin@gmail.com
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