Rusia atacó varias ciudades de Ucrania mientras estuvo el secretario general de la ONU en reuniones con el Presidente Volodymyr Zelenski, dejando un saldo de al menos un muerto y más heridos.

Por David Keyton e Inna Varenytsia

KIEV, Ucrania (AP) — Rusia atacó blancos prácticamente desde un extremo a otro de Ucrania el jueves, incluyendo Kiev, bombardeando la ciudad mientras la visitaba el secretario general de la ONU en el ataque más audaz sobre la capital desde que las fuerzas de Moscú se replegaron hace semanas.

Al menos una persona murió y varias más resultaron heridas en la ofensiva sobre Kiev, entre ellas algunas que quedaron atrapadas cuando dos edificios fueran alcanzados por proyectiles, informaron funcionarios de rescate.

El ataque se llevó a cabo apenas una hora después de que el Presidente ucraniano Volodymyr Zelenski sostuvo una conferencia de prensa con el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, quien declaró que Ucrania se ha vuelto «un epicentro de una angustia y dolor insoportables». Un portavoz de Guterres dijo que él y su equipo se encontraban a salvo.

En tanto, se reportaron explosiones en diversos puntos del país, desde Polinne en el oeste, Cherníhiv cerca de la frontera con Bielorrusia, y en Fastiv, un importante centro ferroviario al suroeste de la capital. El Alcalde de Odesa, en el sur del país, dijo que las defensas antiaéreas interceptaron cohetes.

El Presidente Volodymyr Zelenski, derecha, y el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, salen de una conferencia de prensa durante su reunión en Kiev, Ucrania. Foto: Oficina de Prensa de la Presidencia de Ucrania vía AP.

Las autoridades ucranianas también reportaron una intensa ofensiva en el Donbás —el centro industrial del este de Ucrania que el Kremlin dice es su principal objetivo–, y cerca de Járkiv, una ciudad nororiental a las afueras del Donbás que es considerada clave en el conflicto.

En la destruida ciudad portuaria de Mariúpol, en el sur de Ucrania, combatientes ucranianos atrincherados en una planta acerera que representa el último bastión de la resistencia dijeron que ataques nocturnos dejaron más muertos y heridos. Además, las autoridades advirtieron que la falta de agua potable dentro de la ciudad podría resultar en brotes de enfermedades letales como el cólera y la disentería.

En Zaporiyia, una importante estación de paso para las decenas de miles de personas que huyen de Mariúpol, un niño de 11 años se encontraba entre las tres personas que resultaron heridas por un ataque con cohetes que, según las autoridades, fue el primero en impactar una zona residencial de la ciudad desde que comenzó la guerra. Fragmentos de vidrios rotos penetraron la pierna del niño hasta el hueso.

«En sólo un segundo puedes perderlo todo», dijo Vadym Vodostoyev, el padre del menor.

La nueva serie de ataques ocurrieron en un momento en que Guterres evaluaba los daños en los pequeños poblados que rodean la capital y donde se registraron algunas de la escenas más horrendas de las primeras semanas de la guerra. Condenó las atrocidades cometidas en localidades como Bucha, donde se encontró evidencia de civiles masacrados una vez que Rusia se replegó de la zona hace unas semanas luego de encontrar una resistencia más firme de lo que preveía.

«Donde sea que haya una guerra, los civiles pagan el precio más alto», lamentó el titular de la ONU.

Por otro lado, la Fiscal ucraniana acusó a 10 soldados rusos de estar «involucrados en la tortura de personas pacíficas» en Bucha.

La Fiscal general Iryna Venediktova no dijo que su oficina haya interpuesto cargos penales, e hizo un llamado a la población para que ayude a recolectar evidencia. Moscú niega haber agredido a civiles.

En el ataque a Kiev, explosiones cimbraron la ciudad y salían llamas de las ventanas de al menos dos edificios —incluyendo uno residencial— en la capital, la cual había estado relativamente incólume en las últimas semanas. Era posible ver columnas de humo en distintos puntos de la urbe.

Las explosiones en el distrito de Shevchenkivsky, en el noroeste de Kiev, se registraron luego de que los habitantes han estado regresando a la ciudad. Cafeterías y otros negocios han reabierto, y un creciente número de personas han salido a las calles para disfrutar del clima primaveral.

Tanques rusos marchan por una calle en una zona controlada por fuerzas separatistas con apoyo ruso en Mariúpol, Ucrania, el sábado 23 de abril de 2022.
Tanques rusos marchan por una calle en una zona controlada por fuerzas separatistas con apoyo ruso en Mariúpol, Ucrania, el sábado 23 de abril de 2022. Foto: Alexei Alexandrov, AP

«Quedé sorprendido cuando se me informó que explotaron dos cohetes en la ciudad en la que me encuentro», dijo Guterres a la BBC. «Esta es una guerra dramática, y definitivamente necesitamos ponerle fin a esta guerra y necesitamos tener una solución para esta guerra».

Tener un panorama completo de las batallas en el este del país ha sido complicado debido a que los ataques aéreos y de artillería han creado condiciones sumamente peligrosas para la movilización de reporteros. Varios periodistas han muerto durante el conflicto, el cual se encuentra en su tercer mes.

Además, Ucrania y los rebeldes prorrusos que combaten en el este ucraniano han establecido estrictas restricciones a la labor de los reporteros en la zona de combate.

Autoridades occidentales dicen que el aparente objetivo del Kremlin es tomar el Donbás rodeando y aplastando a las fuerzas de Ucrania desde el norte, sur y este.

Pero hasta ahora, las tropas rusas y sus aliados separatistas aparentemente sólo han logrado avances mínimos, tomando varias localidades pequeñas en su intento por avanzar en pequeños grupos frente a la firme resistencia ucraniana.