Por María Antonieta Alcalde Castro
Directora Ejecutiva de Ipas Centroamérica y México

La Ciudad de México ha atestiguado la lucha de décadas por el reconocimiento y garantía de los derechos sexuales y reproductivos de todas las personas, especialmente de las mujeres.

Desde sus orígenes, el movimiento feminista ha encabezado la lucha por los derechos de las mujeres, incluyendo el derecho a la maternidad deseada. Si bien, en un inicio la mirada de la comunidad global se centró en ampliar el acceso a los métodos de planificación familiar, pronto fue claro que había otros temas urgentes que atender para lograr este objetivo, como son la inclusión de contenidos sobre educación integral en sexualidad en la currícula escolar, la atención a la violencia de género y la despenalización del aborto.

El camino para llegar a la despenalización del aborto en la Ciudad de México fue largo. Después de muchos esfuerzos, en el año 2000 se aprobó la llamada “Ley Robles” que permitió el aborto en tres causales, cuando el embarazo fuese producto de una violación, cuando éste pusiera en peligro la vida de la mujer embarazada y cuando el producto tuviese malformaciones incompatibles con la vida extrauterina. Fue hasta siete años después que la convergencia del movimiento feminista, las organizaciones de la sociedad civil, la voluntad política y la coyuntura internacional impulsaron que, el 24 de abril de 2007, la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobara modificaciones al Código Penal permitiendo la interrupción legal del embarazo (ILE) hasta las 12 semanas completas de gestación. Esto convirtió al entonces Distrito Federal en la primera entidad del país en hacerlo y marcó una nueva era para el ejercicio de los derechos reproductivos de las niñas, mujeres y personas gestantes.

Al día siguiente de la publicación de esta reforma se llevó a cabo el primer servicio en el sistema de salud de la ciudad. Desde entonces, la red pública de servicios de salud ha hecho esfuerzos por desarrollar modelos de atención para mejorar la calidad de los procedimientos y ampliar el acceso, mismo que solamente ha sido posible a través de alianzas con organizaciones de la sociedad civil.

Hasta marzo de este año se han llevado a cabo 247 mil 410 servicios de interrupción legal del embarazo (ILE) en los servicios de salud de la Ciudad de México. La legalidad ha permitido ofrecer a las usuarias servicio integrales, en entornos seguros, confiables y de confidencialidad, evitando con ello que acudan a procedimientos clandestinos y de alto riesgo.

De tal forma, la ILE ha contribuido, entre otras cosas, a la disminución de las emergencias obstétricas y hospitalizaciones por complicaciones asociadas a abortos mal practicados y a la reducción de la mortalidad materna, pues en quince años de ser un servicio legal, no se ha registrado ninguna muerte por complicaciones de aborto.

Si bien queda un tramo importante por recorrer para asegurar que el aborto sea regulado como lo que es: un servicio de salud que millones de mujeres, niñas, adolescentes y personas con capacidad de gestar necesitamos al año, y que ninguna persona sea encarcelada o acosada por interrumpir un embarazo o acompañar el proceso, los resultados de la ILE en estos quince años demandan conmemorar y celebrar.

Ipas Centroamérica y México

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Ipas es una organización internacional sin fines de lucro que trabaja desde 17 países en cuatro continentes para expandir el acceso al aborto seguro y acabar con los procedimientos inseguros de aborto. Trabaja con socios y gobiernos para abogar a favor del aborto seguro y legal, para que la anticoncepción esté ampliamente disponible y para acercar a las mujeres información basada en evidencia, que les permita acceder a servicios seguros de salud reproductiva y tomar decisiones libremente.

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