México

El Gobierno federal prepara un plan de producción y control de precios de alimentos, pero ante la dependencia de importación de granos básicos o carnes se subsidiará el precio final de los alimentos que establecen las grandes agroalimentarias.

Ciudad de México, 5 de abril (SinEmbargo).– La crisis económica, derivada de la pandemia y la guerra en Rusia-Ucrania que golpea los costos de producción e importación, ya se siente en los bolsillos.

Pese al subsidio total a las gasolinas y el aumento de la tasa de interés, la inflación ha estado desde noviembre en un 7 por ciento, el doble de la meta del Banco de México (Banxico), lo que ha impactado el costo de la canasta básica por lo que el Gobierno federal prepara un plan de producción y control de precios de alimentos.

Especialistas consultados aseguran que este mecanismo, también implementado en Argentina o Venezuela, tiene un fundamento social para complementar la política monetaria, pero sólo será un «paliativo» frente a la falta de autosuficiencia alimentaria mexicana que orilla a importar productos básicos como los fertilizantes y el maíz amarillo para el ganado, cerdos y aves.

«El mecanismo no busca corregir al fenómeno estructural por la pérdida de la soberanía alimentaria, sino sólo atenuarlo. La producción y fijación de precios internacionales, por lo menos de los granos estratégicos como el maíz y el trigo, está en manos de las trasnacionales como Monsanto», dijo Agustín Rojas Martínez, economista del sector agroalimentario del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.

«El Gobierno federal únicamente subsidiará el precio final que establecen esas grandes agroalimentarias. Esto no sucedería si por lo menos el 80 por ciento de los alimentos básicos fuera producido en el país; es el costo del TLCAN que dejó a la producción agroalimentaria al libre mercado y grandes corporativos», añadió Rojas, quien recordó que desde el inicio de esta administración se fijaron los precios de garantía para pequeños productores y se implementó el Programa de Autosuficiencia Alimentaria, pero los resultados serán a muy largo plazo.

El precio del aguacate ha alcanzado niveles históricos por el encarecimiento de los fertilizantes ante el conflicto bélico en Europa del Este. Foto: Mario Jasso, Cuartoscuro

El Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que «si la inflación sigue al alza», el Gobierno federal manejará los precios de alimentos de primera necesidad «porque perjudica mucho el ingreso de los trabajadores», como ya lo hace la Secretaría de Hacienda (SHCP) con las gasolinas mediante los subsidios, así como la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) a través del «Quién es Quién en los precios» cuando detecta que los gaseros y gasolineros «están abusando» para quedarse con ganancias «abusivas».

El más reciente semáforo del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) ubica en rojo el precio del tomate y del aguacate, y en amarillo el de la cebolla, maíz, sorgo, trigo, soya, res, cerdo, pollo, huevo y frijol. Los alimentos con mayor alza en la primera quincena de marzo fueron la cebolla, el aguacate y el huevo, mientras que los que más bajaron fueron el chayote, melón, papaya y papa, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

«Estamos haciendo un plan de producción de alimentos [el cual dará a conocer los próximos días] para que haya más oferta y podamos también, con los alimentos de la canasta básica, controlar inflación», dijo el Presidente López Obrador este lunes.

Comportamiento de la tasa de inflación de la crisis de 2008-09 a la fecha. Imagen: Inegi.

Sin embargo, el costo absorbido por el gasto público para esos subsidios a la canasta básica se prolongaría al menos por dos años, lo que impactará a las finanzas públicas. «Podrían llegar a saldo cero», dijo el economista del sector agroalimentario, Agustín Rojas.

En el marco de la presión inflacionaria global por la pandemia y el conflicto geopolítico, el Banxico estima que la tasa de inflación no regresará a su meta de 3 por ciento (+/-) hasta inicios de 2024. En su última encuesta a bancos, publicó que este 2022 se prevé la inflación por arriba del 5 por ciento.

Respecto a los fertilizantes –insumos para la producción agrícola–, el Secretario de Agricultura Víctor Villalobos Arámbula destacó que a través de Petróleos Mexicanos (Pemex) se disponen de 352 mil toneladas de fertilizantes nitrogenados en tres plantas del país para atender a los productores de pequeña escala, y para los de mediana y gran escala, se aplicará un plan emergente de compras consolidadas para impulsar el cultivo de granos básicos.

José Zavala Álvarez, académico especialista en el desarrollo agrícola regional del Colegio de la Frontera Norte (Colef), planteó que el 60 por ciento de los fertilizantes agrícolas son importados y el amoniaco y la urea han registrado incrementos «desproporcionados y espectaculares» en el último año. «Es una dependencia que no podemos sostener», afirmó.

Agricultores cosechan un campo de trigo cerca del poblado de Tbilisskaya, Rusia. Foto: Vitaly Timkiv, archivo.

¿IMPACTO A PRODUCTORES?

En la década de los 80 ya se recurrió al control de precios de alimentos, lo que provocó escasez de ciertos productos al colocar precios topes que quebraron a productores y distribuidores por la falta de ganancias. Blanca Mejía, presidenta de la Red del Maíz de industriales de la masa de la tortilla, planteó que la medida planeada por el Gobierno federal afectará a los 10 mil negocios que se traducen en unas 600 mil familias a nivel nacional.

«Este control de precios a alimentos pone un muro de contención en el cual los únicos perjudicados vamos a ser los transformadores finales. Nosotros lo que solicitamos es un organismo que regule al comercio, que vigile que no haya intermediarios que se queden con la ganancia y vigile que se cumpla la normatividad en calidad con prioridad al consumo humano y por ende nuestra soberanía alimentaria», dijo.

Mejía explicó que los transformadores del molino tienen un margen de «ganancia muy limitado» en la producción de tortilla por cubrir varios costos como el de transporte y capacitación al personal para cumplir con las normas de calidad, utilidades que desaparecerían si el Gobierno coloca un precio fijo a este alimento básico.

«La Profeco está promoviendo que el consumidor denuncie a las tortillerías para que ajusten sus precios al costo del precio del mercado, pero es una avalancha que no puede detener porque el precio de la tortilla se liberó el 31 de diciembre de 1998», evocó.

El aumento en el precio de la tortilla ha sido especulativo. Foto: Victoria Valtierra, Cuartoscuro.

En México, a diferencia del amarillo, hay producción suficiente de maíz blanco para tortillas, pues se cosechan 24 millones de toneladas cada año por lo que el alza de precio es producto de la especulación financiera, planteó Sin Maíz no hay País.

«La crisis actual en los aumentos en el precio del maíz no responde a un problema de abasto, sino a una especulación financiera derivada de temas internacionales que impacta el precio final del maíz», expuso en un comunicado reciente. «Contar con tortillas elaboradas con solo maíz de buena calidad, sin agrotóxicos y sin transgénicos, nixtamalizado exclusivamente con cal y agua, es un derecho de los mexicanos».

Cuauhtémoc Rivera, director de la Alianza Nacional de Pequeños Productores (ANPEC), que aglutina a un millón de tiendas de abarrotes, afirmó que la intención de evitar el impacto de la inflación en la economía de las familias más vulnerables es urgente, pero el fijar los precios a alimentos «por decreto» sólo provocará escasez de productos.

«Querer controlar por decreto la oferta y la demanda, y que los precios se serenen, es como querer agarrar agua con las manos abiertas, ya que el mercado obedece a muchos factores, incluyendo los energéticos y la política agraria para los productores», aseguró.

Dulce Olvera

Reportera de temas de crisis climática, derechos humanos y economía. Egresada de la FCPyS de la UNAM.

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