La secretaria general de la organización señaló que “la crisis en Ucrania en este momento, la invasión, no es sólo una violación más a la ley internacional. Es una agresión. Es una violación a la carta de Naciones Unidas del tipo que vimos cuando Estados Unidos invadió Irak”.

Por Mogomotsi Magome

OHANNESBURGO (AP) — Amnistía Internacional ha acusado a Rusia de cometer crímenes de guerra en la ciudad ucraniana de Mariúpol.

La organización promotora de los derechos humanos publicará en los próximos días un detallado reporte sobre la devastación que ha provocado la ofensiva rusa en la ciudad portuaria ubicada en el Mar de Azov, dijo la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnes Callamard, en una conferencia de prensa.

“El asedio de Mariúpol, el rechazo a la evacuación humanitaria y al escape humanitario para la población, y los ataques contra civiles, según la investigación de Amnistía Internacional, constituyen crímenes de guerra”, indicó Callamard. “Esa es la realidad que atraviesa Ucrania en este momento”.

Soldados ucranianos y rescatistas trabajan afuera de un hospital de maternidad dañado por un ataque ruso, el miércoles 9 de marzo de 2022, en Mariúpol, Ucrania. Foto: Evgeniy Maloletka, AP/Archivo

Callamard señaló que “la crisis en Ucrania en este momento, la invasión, no es sólo una violación más a la ley internacional. Es una agresión. Es una violación a la carta de Naciones Unidas del tipo que vimos cuando Estados Unidos invadió Irak”.

En otros temas, el organismo difundió el martes su reporte anual y Callamard resaltó que, en medio de la pandemia, las grandes corporaciones y las naciones ricas incrementaron la desigualdad global en 2021.

“La nociva avaricia corporativa y el brutal egoísmo nacional, así como la desatención a la infraestructura pública y de salud” profundizaron las desigualdades globales existentes, recalcó Callamard.

La desigualdad en el acceso a vacunas durante la pandemia ha agudizado la injusticia racial, indica el reporte. Hacia el final de 2021, apenas el ocho por ciento de los mil 300 millones de habitantes de África estaban vacunados, muy por debajo del objetivo trazado por la OMS del 40 por ciento de vacunación, añade el documento.

Una nube de humo sale de un edificio después de un bombardeo de las fuerzas rusas en la ciudad portuaria de Mariúpol, Ucrania, el viernes 4 de marzo de 2022. Foto: Evgeniy Maloletka, AP

“A pesar de los esfuerzos de algunos gobiernos, la cooperación internacional fracasó en gran medida. Los países de altos ingresos acumularon millones de dosis más de las que podían usar, con lo que algunos países hubieran podido vacunar a su población total tres o cinco veces”, señala el reporte de Amnistía Internacional.

La organización calculó que algunos de los principales fabricantes de vacunas, incluyendo a BioNTech, Pfizer y Moderna, se disponen a generar ganancias superiores a los 130 mil millones de dólares para finales de 2022. Añadió que las naciones ricas en gran medida no han brindado alivio a la deuda de los países más pobres a fin de respaldarlas en su recuperación económica de la pandemia.

“Había una oportunidad para usar una enorme inversión global y avances médicos para mejorar los servicios de salud. Sin embargo, los gobiernos de todo el mundo no mostraron liderazgo”, indica el reporte.

A pesar de los esfuerzos de algunos gobiernos, la cooperación internacional fracasó en gran medidam concluyó AI en cuestión de vacunación contra COVID-19. Foto: Odelyn Joseph, AP

En África, millones de civiles también sufrieron de conflictos armados durante 2021, según el reporte.

Los participantes en conflictos en África, incluyendo los de Burkina Faso, Camerún, la República Centroafricana, el Congo, Etiopía y Mali, han cometido crímenes de guerra y otras violaciones graves a la ley internacional de derechos humanos, de acuerdo con la organización.

El reporte señala que en 2021 también se registraron ataques continuos contra periodistas, activistas y defensores de derechos humanos, mientras que algunos gobiernos utilizaron las regulaciones relacionadas con la COVID-19 para erradicar las protestas.