El estudio sería una muestra de que «los humanos están impulsando la evolución en las ciudades de todo el planeta».
Redacción Ciencia, 18 mar (EFE).- Los seres humanos modifican el entorno en el que viven y las ciudades, los lugares más profundamente transformados de la Tierra, también están alterando la forma en que evoluciona la vida, según publica hoy Science.
Un equipo internacional liderado por la Universidad de Mississauga (Canadá) ha estudiado si se está produciendo una evolución paralela en todas las ciudades del mundo y para ello dirigieron su mirada al trébol blanco, tanto en los núcleos urbanos como en las zonas rurales cercanas.
El Proyecto de Evolución Urbana Global (GLUE) analizó los datos recogidos por 287 científicos en 160 ciudades de 26 países, que tomaron muestras de esta planta.
El resultado de su investigación es, según la Universidad de Toronto (Canadá), “la prueba más clara hasta ahora de que los seres humanos en general, y las ciudades en particular, son una fuerza dominante que impulsa la evolución de la vida a nivel mundial».
La urbanización conduce a cambios ambientales similares y adaptación paralela a través del planeta ???? #globalurbanevolution @capes @ArtesLiberalUAI @UAI_CL
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De Toronto a Tokio, de Melbourne a Múnich, el trébol blanco evoluciona con frecuencia en respuesta directa a los cambios medioambientales que tienen lugar en los entornos urbanos.
El trébol blanco produce cianuro de hidrógeno como mecanismo de defensa contra los herbívoros y para aumentar su tolerancia al estrés hídrico, pero los que crecen en las ciudades suelen producir menos cantidad que los de las zonas rurales vecinas, debido a la repetida adaptación a los entornos urbanos.
Son los cambios en la presencia de herbívoros y el estrés hídrico en las ciudades los que empujan al trébol blanco a adaptarse de forma diferente a sus homólogos rurales.
Este hallazgo es válido para ciudades de distintos climas, y sus implicaciones van mucho más allá de la planta del trébol, advierten los investigadores.
Las condiciones ambientales de las ciudades tienden a ser más similares entre sí que a los hábitats rurales cercanos, de manera que el centro de Toronto es más comparable al de Tokio en muchos aspectos que a las tierras de cultivo y los bosques circundantes .
Este estudio es, según Rob Ness de la Universidad de Mississauga, un modelo para entender cómo los humanos cambian la evolución de la vida a su alrededor.
El proyecto examinó el trébol blanco porque es uno de los pocos organismos presentes en casi todas las ciudades de la Tierra, lo que proporciona una herramienta para entender cómo los entornos urbanos influyen en la evolución.
“Ahora que sabemos que los humanos están impulsando la evolución en las ciudades de todo el planeta, esa información puede servir para empezar a desarrollar estrategias que permitan conservar mejor las especies raras y permitirles adaptarse a los entornos urbanos”, consideró Marc Johnson, de la misma universidad canadiense.
Este conocimiento puede también ayudar -agregó- a entender mejor cómo evitar que las plagas y enfermedades no deseadas se adapten a los entornos humanos.