Ricardo Ravelo
18/03/2022 - 12:05 am
Contra periodistas, muerte y olvido; los capos, impunes
La violencia que golpea al país no sólo es resultado de la impunidad con la que operan unas veinte organizaciones criminales.
A poco más de tres años de gobierno, el tema de la seguridad pública sigue siendo el talón de Aquiles de la Cuarta Transformación: carente de una estrategia integral, que lo mismo incluya la atención social que el desmantelamiento de redes y patrimonios criminales, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador sigue sin dar los resultados que se comprometió a concretar al inicio de su gestión.
En este tramo de gobierno hay logros, como la creación de la Guardia Nacional, pero también algunos bandazos, evidentes en decisiones e indecisiones como ponderar la no militarización del país y después optar por una presencia militar considerada como histórica, con muy pobres resultados frente al crimen, como lo demuestra el baño de sangre que enfrenta el país.
Aunque es cierto que López Obrador heredó un país plagado de crimen organizado, impunidad y amplias redes criminales que se tejieron desde el poder político y/ o policiaco, no es menos cierto que en el desmantelamiento de los andamiajes político y criminales se ha hecho muy poco.
La violencia que golpea al país no sólo es resultado de la impunidad con la que operan unas veinte organizaciones criminales: hay una realidad muy clara que se llama la complicidad del poder con el crimen. En los estados donde estos intereses se han robustecido, como Tamaulipas, Michoacán, Guanajuato, Guerrero, entre otros, el crimen es muy poderoso porque dispone de protección y, con ello, de impunidad.
Sin embargo, el gobierno de López Obrador no ha tocado los intereses criminales que se han construido desde el poder: ahí sigue, por ejemplo, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas, envuelto en la impunidad: hace un año, sobre el mandatario panista había un ruido tremendo debido a las investigaciones que lo colocaban como pieza del crimen y del lavado de dinero; hasta un juicio de extradición se enderezó en su contra para llevarlo a juicio. El Congreso lo desaforó, la Legislatura tamaulipeca rechazó el desafuero, y después la Suprema Corte de Justicia de la Nación nunca aclaró fehacientemente si el gobernador fue o no desaforado. El caso quedó envuelto en la neblina de la duda y ahora sólo impera el silencio oficial.
Cabeza de Vaca, no obstante el cobijo gubernamental, mantiene un expediente abierto en Estados Unidos por ligas con el crimen y lavado de dinero.
Sin llevar a cabo investigaciones y juicios contra los hombres del poder que protegen intereses criminales, será muy complicado llevar al país a la pacificación, menos aún si, por otra parte, el gobierno carece de una estrategia terrestre para rescatar territorios controlados por el crimen, como Michoacán, donde productores de limón y aguacate pagan piso para mantenerse con vida y seguir operando sus negocios.
De poco sirve que la Guardia Nacional se desplace por algunos estados si no puede efectuar operativos ni usar las armas, salvo que sean agredidos; algunas capturas de capos se han efectuado por accidente, como ocurrió con Juan Gerardo Treviño Chávez, “El Huevo”, jefe del cártel del Noreste, capturado en Tamaulipas y deportado a Estados Unidos, donde existe un amplio expediente en su contra por diversos delitos por los que podría enfrentar varias cadenas perpetuas.
En un principio, se informó oficialmente que efectivos militares realizaban un recorrido “de reconocimiento” en el municipio de Nuevo Laredo. Esto derivó en un enfrentamiento cuando miembros del cártel del Noreste agredieron a los militares, lo que desató el operativo que derivó en la captura de Treviño Chávez.
El cártel del Noreste ha sembrado terror y muerte en Tamaulipas. Esto ha provocado que autoridades de Estados Unidos decidieron cerrar el Consulado de ese país y que prevalezca la alerta roja que advierte a ciudadanos norteamericanos no viajar a Tamaulipas.
Capos impunes
A lo largo de poco más de dos años de gobierno, la administración de López Obrador ha realizado varias detenciones, no todas importantes, de personajes de la delincuencia organizada. Algunos han sido extraditados a Estados Unidos
Pero a nivel de cabecillas de organizaciones, la Cuarta Transformación a asestado al menos cinco golpes importantes: el de Santiago Mazari, “El Carrete, jefe del cártel de Los Rojos, quien fue detenido en Michoacán; José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro”, cabeza del llamado cártel Santa Rosa de Lima –a quien le atribuyeron la violencia en la región de El Bajío, la cual prevalece pese a la ausencia de este criminal –, Dámaso López , “El Licenciado”, exsocio de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, así como su hijo, apodado “El Minilic”, ambos presos en Estados Unidos luego de ser extraditados.
A esta lista se suman Aldrin Jarquin, El Chaparrito”, quien importaba precursores químicos para elaborar drogas sintéticas a través del puerto de Manzanillo; Rosalinda González, esposa de Nemesio Oseguera, “El Mencho”, acusada de lavado de dinero; Jorge Flores Concha, “El Tortas”, operador de Fuerza Anti-Unión; Pedro Ramírez Pérez, “El Jamón”, cabecilla de la Unión Tepito.
Otros jefes del crimen organizado, sin embargo, se mantienen libres e impunes:
Ismael “El Mayo” Zambada duerme tranquilo en la sierra de Sinaloa, como si nada debiera ni temiera. Es el jefe del cártel de Sinaloa, pero opera con bajo perfil: ha preferido que los hijos de “El Chapo” saquen la cabeza y atraigan los reflectores que él no quiere tener en su rostro, pues como viejo lobo de mar sabe que los escándalos y el protagonismo no se lleva con el negocio. Zambada tiene poco más de 70 años y ha vivido unos cincuenta en la completa impunidad.
Ovidio Guzmán Salazar –liberado en octubre de 2019 luego del operativo fallido implementado por el Ejercito en Culiacán, que derivó en un fiasco, actualmente está refugiado en Sinaloa y no hay posibilidades de que sea detenido pronto, a pesar de que cuenta con una orden de extradición para ser procesado por narcotráfico en Estados Unidos.
Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, jefe del cártel de Jalisco Nueva Generación es otro de los capos que vive impune, a pesar de la violencia que ha desatado en al menos media docena de entidades federativas: tiene de cabeza al estado de Michoacán, su tierra natal, así como a Jalisco, Guerrero, Estado de México, Hidalgo, El Bajío y Veracruz.
Oseguera es uno de los narcotraficantes que más ha evolucionado en los últimos diez años: tiene presencia en varias entidades y es uno de los capos que más cocaína exporta a Estados Unidos y Europa. Está peleado con los hijos de “El Chapo”, con quienes se disputa el control de varias plazas.
Libre y sin mayores preocupaciones vive Fausto Isidro Meza Flores, mejor conocido como “El Chapo Isidro”, cabeza del cártel de los hermanos Beltrán Leyva, uno de los más violentos y temibles. Aunque los llamados “Tres Caballeros” ya no operan este grupo criminal, han dejado una herencia maldita –una poderosa célula de narcotráfico –que opera Meza Flores con absoluta impunidad.
También es la cabeza visible de la célula de “Los Mazatlecos”, otro de los grupos más violentos dentro del mapa criminal mexicano, quienes compiten en saña con el cártel de Jalisco, cuyos sicarios desplazaron a Los Zetas en su capacidad de generar horror y terror.
Liberado aparentemente por un error, Rafael Caro Quintero se mantiene vigente en el mundo del narco: se asegura que opera para Sinaloa en el norte del país, aunque él niega tal versión. Fue detenido a mediados de los años ochenta. Era tan poderoso en el mundo criminal que se atrevió a ofrecer el pago de la deuda externa de México si el gobierno lo liberaba. No le hicieron caso.
Saltó a la fama como jefe del cártel de Guadalajara, el mismo que encabezó, tiempo después, Miguel Ángel Félix Gallardo, quizá el más emblemático de los capos.
En el mundo criminal también hay mujeres que viven y operan en la clandestinidad y envueltas en la impunidad. Es el caso de Enedina Arellano Félix, señalada como pieza importante del cártel de Tijuana.
Cuando ese cártel fronterizo era dirigido por los hermanos Benjamín y Ramón Arellano, se dijo que Enedina –descrita como una mujer inteligente, discreta y experta en el manejo financiero –manejaba todo lo relacionado con el lavado de dinero.
Tenía negocios –salones de belleza, restaurantes, entre otros –que, según las autoridades, servían como “fachada” ´para lavar millones de dólares producto del tráfico de drogas.
Tras el encarcelamiento de Benjamín –detenido en Puebla en 2003 –y la muerte de Ramón Arellano –fue asesinado por gatilleros al servicio de “El Mayo” Zambada cuando el primero había decidido asesinarlo en Mazatlán –Enedina habría tomado el mando del cárcel, convirtiéndose así en la primer mujer en dirigir un cártel.
Y no cualquier cártel: El de Tijuana está considerado el quinto grupo criminal más poderoso, con amplias conexiones con Europa, Sudamérica y Estados Unidos, donde cuentan con enlaces poderosos.
En el año 2004, la Procuraduría General de la República detectó que el cártel de Tijuana tenía una alianza con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que ambos grupos intercambiaban drogas por armas. Esto es parte de su historia expansiva.
Pese a la violencia sin freno, la política de la Cuarta Transformación no varía. Además de las masacres preocupa y mucho que los objetivos de grupos criminales y/o políticos sean los periodistas.
El periodismo crítico –ese que incomoda al poder político –se ha convertido en un verdadero contrapeso, por encima de la oposición al régimen, cuyos miembros guardan silencio ante el horror que vive el país. De ahí que los periodistas se hayan convertido en el centro de la violencia, sobre todo, aquellos que realizan investigaciones que desnudan los intereses oscuros y la corrupción de alcaldes, gobernadores y diputados con el crimen organizado.
En lo que va del 2022 han sido asesinados ocho periodistas. Muchos casos siguen impunes, como los que ocurrieron en Veracruz durante el gobierno de Javier Duarte.
Hasta ahora, el Mecanismo de Protección para Periodistas y Defensores de Derechos Humanos no ha dado buenos resultados en la protección de activistas y comunicadores. Sigo pensando que la mejor seguridad es no tenerla y, en peor de los casos, la opción más segura es abandonar el territorio y acogerse en el extranjero para poder hacer el periodismo crítico que México requiere.
Sobre los crímenes de los periodistas, el presidente López Obrador ha dicho que su gobierno no persigue a los comunicadores y que nada tiene que ver con la muerte de los ocho comunicadores ocurridas en lo que va del año. Sin embargo, tampoco aclara qué grupos están detrás de estas muertes.
Mientras siguen los crímenes de periodistas, los capos gozan de plena impunidad.
APUNTES DEL SUBSUELO
EL GOBIERNO DE ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR ha dicho que su gobierno realiza gestiones para que el gobierno de Austria devuelva una pieza histórica, el famoso penacho de Moctezuma, que se exhibe en el museo de Etnología de Viena, Austria.
No es la primera vez que se realizan gestiones para que Austria regrese la pieza: en el pasado hubo muchísimas tareas tendientes a que el gobierno austriaco regrese la pieza, un atavío que supuestamente utilizaba el emperador Moctezuma en su cabeza, aunque alrededor de la pieza hay muchos mitos. La pieza está hecha con plumas de Quetzal que están engarzadas en oro y que pesa menos de un kilogramo.
Lo que las autoridades austriacas han dicho es que la pieza no puede trasladarse a ningún otro sitio porque corre riesgos de que se desintegre; el paso del tiempo la ha vuelto sensible a los movimientos bruscos. De ser movida de lugar simplemente no resistiría. La explicación al menos pone en sentido que no se trata de una negativa a secas, como ha expresado el presidente López Obrador, sino que existen razones objetivas que deben entenderse.
La pieza histórica –hay versiones de que nunca correspondió a Moctezuma –ha cambiado varias veces de dueño a lo largo de poco más de cinco siglos. En Austria se ha conservado intacta debido al extremo cuidado. Se asegura que se trata de la pieza original, aunque al respecto también existen versiones que sostienen que no es así. No obstante, en Austria se guarda como algo preciado y digno de conservarse indefinidamente en el tiempo.
Lo cierto es que en Viena el famoso penacho de Moctezuma está a buen resguardo, más aún, si ya no puede moverse debido al riesgo de que se pulverice.
Ricardo Ravelo
Ricardo Ravelo Galó es periodista desde hace 30 años y se ha especializado en temas relacionados con el crimen organizado y la seguridad nacional. Fue premio nacional de periodismo en 2008 por sus reportajes sobre narcotráfico en el semanario Proceso, donde cubrió la fuente policiaca durante quince años. En 2013 recibió el premio Rodolfo Walsh durante la Semana Negra de Guijón, España, por su libro de no ficción Narcomex. Es autor, entre otros libros, de Los Narcoabogados, Osiel: vida y tragedia de un capo, Los Zetas: la franquicia criminal y En manos del narco.
https://dev.sinembargo.mx/author/ricardorevelo/
Que tal buenas noches, antes que nada quiero felicitar al señor Ricardo Ravelo por la calidad de sus trabajos periodísticos y comentarle lo siguiente : mi nombre es Vicente Luna Hernández, nací en el puerto de Veracruz y soy hijo de un ex socio de Servicios portuarios, le agradezco de manera especial a Ricardo que esté atento a la injusticia laboral y social que sufrieron los trabajadores portuarios. Me gustaría tener contacto directo con el señor Ricardo para cruzar algunos datos sobre el tema portuario
En EEUU durante el 2021 hubo 100,000 muertes por sobredosis de fentanilo… Podríamos hablar de un talón de Aquiles también de EEUU!!! Por drogas!!! En México hay muertes por disputas de llevar «parte» de drogas para que mueran por sobredosis… Dos talones de Aquiles… Pero te pregunto en buen plan columnista… Si el poderoso EEUU NO PUEDE con su talón, cómo peinetas un pais pequeño podría? En buen plan, ojalá propusieras primero corregir al poderoso y luego al nene… Spoiler alert: En un sentido viaja droga, en el otro dólares, armas y balas…
La violencia que se presenta en todo nuestro país, en su mayor parte tiene su origen en las drogas. El combate a éstas debe dirigirse hacia tres partes: a quienes la elaboran, a quienes la consumen y a los cárteles que las comercian. Muy seguido se da cuenta de que las autoridades encuentran y desmantelan lugares en donde se producen. En cuanto a su consumo, aquí ya interviene la familia, independientemente de las campañas del gobierno para eliminarlo. Ya se sabe que en México lo que principalmente existe no es una guerra contra las drogas, sino una guerra por las drogas. Si quienes están a la cabeza de los cárteles fueran un poco inteligentes, se repartirían los lugares en donde las venden, con lo que, automáticamente, se eliminaría la violencia que vemos.
El panorama nacional derivado de la inseguridad pública es francamente desolador. La «estrategia» del Gobierno de la 4T basada en «abrazos, no balazos» ha fracasado estrepitosamente. Lo malo de ello es que el Presidente Andrés Manuel López Obrador se niega a reconocerlo. ¿Qué hacer entonces? No lo sé de cierto, pero sugiero que los altos mandos políticos y militares aconsejen a AMLO un replanteamiento urgente de la cuestión. Muchos periodistas están muriendo, y lo que es igualmente grave, las elecciones presidenciales de 2024 se pueden descomponer para Morena si no se tienen resultados positivos pronto.