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La investigación permite a los científicos hallar genes diana y células vinculados con el riesgos de algunas enfermedades humanas.

Madrid, 28 de febrero (Europa Press).- ¿Por qué ciertas enfermedades afectan a un sexo más a menudo que a otro? Las células T desempeñan un papel importante en la lucha contra las infecciones y los cánceres, y también pueden provocar enfermedades autoinmunes. Ahora, investigadores del Instituto de Inmunología de La Jolla (LJI), en Estados Unidos, han descubierto nuevos genes en el subconjunto de células T «ayudantes» CD4+ que están relacionados con el riesgo de enfermedades autoinmunes. Además, han comprobado que los hombres y las mujeres tienen diferencias en las células inmunitarias.

Mientras trabajan para arrojar luz sobre las funciones exactas de estos subconjuntos de células T CD4+, los investigadores han descubierto importantes diferencias entre los donantes basadas en la genética y en cómo pueden funcionar las células en hombres y mujeres, según publican en la revista Science Immunology.

Para impulsar nuevas investigaciones sobre la inmunidad humana, el equipo del LJI ha creado un recurso gratuito en línea para que otros inmunólogos de todo el mundo que quieran investigar los conjuntos de datos en tiempo real, puedan descargarlos y utilizarlos. Este intercambio de datos forma parte de la Base de Datos de Expresión Génica de Células Inmunes, Loci de Rasgo Cuantitativo de Expresión (eQTLs) y Epigenómica (DICE), alojada en el LJI.

«Esta investigación amplía nuestro recurso DICE para ayudar a los científicos a encontrar genes diana y tipos de células vinculados al riesgo de enfermedades humanas», explica el líder del estudio, el profesor del LJI Pandurangan Vijayanand, miembro del Centro de Autoinmunidad e Inflamación del LJI y del Centro de Inmunoterapia del Cáncer.

«Estas células son fundamentales para la protección del organismo, y hemos descubierto muchos genes nuevos relacionados con el riesgo de enfermedades humanas», añade el primer autor del estudio, el doctor Benjamin Schmiedel, instructor del LJI.

El nuevo estudio ofrece a la comunidad científica la visión más profunda y completa hasta la fecha de las diferencias de expresión genética entre los subconjuntos de células T CD4+. Los investigadores utilizaron un método denominado secuenciación de ARN unicelular para comparar las diferencias de expresión génica en más de un millón de células T CD4+ de 89 donantes de sangre sanos.

Dado que las células T pueden desempeñar muchas funciones en el organismo, como «recordar» a los invasores del pasado y alertar a otras células inmunitarias, los científicos del LJI esperaban encontrar fuertes diferencias entre los subconjuntos celulares. De hecho, se propusieron obtener información sobre ocho subconjuntos predefinidos de células T CD4+ que habían investigado en un estudio en Cell de 2018.

En estudios anteriores, los investigadores habían investigado varios subconjuntos de células T aislados de muestras de sangre sin estimularlos. Para este nuevo estudio, el equipo de LJI activó las células T antes de la secuenciación y el análisis. Este paso permitió a los investigadores imitar el modo en que las células responderían cuando se les pidiera que cumplieran su función y protegieran al organismo de las infecciones.

«Estimular las células es como encender la luz: de repente se puede entender mucho mejor la función de estas células», dice Schmiedel.

El equipo también detectó importantes diferencias basadas en el sexo en el funcionamiento de las células T. Foto: Andy Wong, AP

Esta investigación arrojó luz sobre subconjuntos celulares conocidos y reveló otros subconjuntos poco conocidos. «¿Por qué estas células tienen características diferentes? –se pregunta Schmiedel–. No hay información en la literatura que nos ayude a entender qué son esas células, así que eso es algo que queremos seguir».

Los investigadores ya han aprendido más sobre estas células T realizando análisis de loci de rasgos cuantitativos de expresión unicelular (sc-eQTL). Esta técnica les mostró qué genes se ven afectados por la genética y tienen los efectos más profundos en los distintos subtipos de células T.

El equipo también detectó importantes diferencias basadas en el sexo en el funcionamiento de las células T. Al comparar las células de personas a las que se les asignó un sexo masculino o femenino al nacer, los investigadores descubrieron variaciones en la forma en que los distintos subconjuntos de células T CD4+ pueden comunicarse con otras células inmunitarias y en la forma en que producen citocinas para combatir la enfermedad. El sexo biológico resultó ser un factor importante en la forma en que estas células realizan su trabajo.

Estas diferencias podrían ayudar a explicar por qué los hombres son más propensos a las enfermedades infecciosas, como la COVID-19, o por qué las mujeres son más vulnerables a las enfermedades autoinmunes.

«Si podemos entender cómo una célula inmunitaria de una mujer difiere de una célula inmunitaria de un hombre, podríamos averiguar por qué ciertas enfermedades afectan a un sexo más a menudo que a otro», comenta Schmiedel.