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De acuerdo con el informe de Copernicus, 2021 fue el quinto año más cálido desde que se tiene registro de la temperatura global.

Madrid, 10 ene (EFE).- Los últimos siete años, incluido el 2021, han sido los más cálidos desde que a nivel global se empezaron a registrar las temperaturas anuales en 1850, según los datos que ha hecho públicos este lunes Copernicus, el Servicio de Cambio Climático de la Unión Europea.

El 2021 fue el quinto año más cálido de la historia, con una temperatura media de 0.3 grados superior a la del periodo de referencia 1991-2020, y entre 1.1 y 1.2 grados por encima de las medias preindustriales, según las mediciones de Copernicus que también revelan que las concentraciones en la atmósfera de CO2 siguieron en aumento a lo largo de 2021 hasta llegar a un pico de 414 ppm.

Las medidas adoptadas por los países para contener la expansión del coronavirus en 2020 y 2021 lograron rebajar ligeramente (cerca de un 5.5 por ciento) las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global, pero, aun así, «el grueso de las emisiones sigue en el nivel alto que tenía en 2018 o 2019», ha lamentado en rueda de prensa el director de Copernicus, Vincent-Henri Peuch.

A nivel mundial, el aumento de temperatura media respecto a los últimos 30 años fue especialmente intenso en Canadá, la costa oeste de Estados Unidos y algunas regiones de África central y Oriente Medio, aseguran desde este servicio implementado por el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (CEPMPM).

Europa experimentó en 2021 su «verano más caluroso», con un récord de temperatura de 48.8 ºC, registrado en Sicilia -casi un grado superior al anterior máximo- y una serie de acontecimientos climáticos extremos como las olas de calor sufridas en la región Mediterránea (más agudas en España, en Italia y en Grecia) o las inundaciones en Alemania, Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos.

Los incendios forestales precedidos por «condiciones secas y cálidas» arrasaron, sobre todo, la zona mediterránea oriental y central, donde Turquía fue uno de los países más afectados, aunque también los sufrieron Grecia, Italia, España, Portugal, Albania, Macedonia del Norte, Argelia y Túnez.

«Todos estos acontecimientos del pasado verano ponen de manifiesto que ha aumentado la frecuencia en que suceden los fenómenos meteorológicos extremos», ha recordado en su intervención Mauro Facchini, quien dirige la unidad de Copernicus dentro de la Comisión Europea, que ha citado este hecho entre las consecuencias de la crisis climática.

Anomalía de la temperatura del aire en la superficie para 2021 en relación con el promedio de 1991-2020. Foto: Copernicus Climate Change Service/ECMWF.
Promedios móviles de doce meses de las anomalías de la temperatura del aire en la superficie media mundial y europea en relación con 1991-2020, basados ​​en valores mensuales desde enero de 1979 hasta diciembre de 2021. Foto: Copernicus Climate Change Service/ECMWF.

Aunque se trata de años excepcionalmente cálidos, el 2021 no fue tan caluroso como 2020 -que también fue «La Niña»-, ni tampoco como 2016, 2017 o 2019; y de hecho en determinadas regiones (Alaska, Australia, partes de la Antártida, Rusia occidental y el extremo oriental del país, y en el centro y este del Pacífico) hubo temperaturas inferiores al promedio del periodo de referencia.

NIVELES RÉCORD DE ACUMULACIÓN DE METANO

Los nuevos datos de Copernicus muestran además que en 2021 se alcanzaron niveles máximos y «preocupantes» de acumulación en la atmósfera de partículas de metano, si bien aún es pronto para determinar el motivo de este récord, que podría deberse a causas naturales (como los humedales) o antropogénicas (como la agricultura o la producción de hidrocarburos).

«Las fuentes del metano son variadas y complejas», ha recalcado Peuch, quien ha añadido que ahora la comunidad científica se enfrentará al «reto» de estudiar a fondo este «preocupante» aumento en las concentraciones de metano, que en 2021 llegaron a aproximadamente mil 876 partes por mil millones (ppb).