México

Los municipios mexiquenses Ixtapaluca y Chimalhuacán fueron desde siempre bastiones del PRI y de su brazo electoral Antorcha Campesina hasta este enero en que iniciaron las gestiones de Morena. Los alcaldes entrantes afirmaron que este dúo que «condicionaba» todos los servicios les ha heredado un rezago en altas tasas de robo, desabasto de agua y más de la mitad de su población en pobreza, por lo que serán fiscalizados.

Ixtapaluca/Chimalhuacán, 9 de enero (SinEmbargo).– La señora María Reynalda vive desde hace medio siglo en la zona alta de Ayotla, uno de los pueblos originarios de Ixtapaluca, Estado de México, un bastión eternamente priista hasta este inicio de año que arrancó la gestión de Morena. Al igual que otros colonos padece de desabasto de agua potable. Al poblado se sube entre calles empinadas, mal pavimentadas, tiraderos irregulares y muros del movimiento de Antorcha Campesina, el brazo político electoral del tricolor omnipresente en el municipio.

Pese a batallar para bañarse y cocinar, sentada afuera de la iglesia aseguró que su principal preocupación también es la inseguridad, inquietud que coincidió con la del señor Marlon, quien descansaba en una de las bancas del centro de Chimalhuacán, otro municipio en el oriente del estado gobernado desde siempre por el priismo y antorchismo.

Recordó cuando hace dos años esperaba el transporte público a las 6 de la mañana para ir a trabajar, pero llegaron dos personas en un coche y le quitaron «lo poco que tenía».

Reynalda, a 17 kilómetros de ahí, también padece de tanteo de agua cada tres días y sólo le cae durante una o dos horas.

Oficina de Antorcha en el pueblo originario Ayotla, Ixtapaluca. Foto: Crisanto Rodríguez, SinEmbargo.

«Aquí lo ideal es que si son antorchistas, si son priistas, si son morenistas, si son PRD, si son PAN, para mí lo ideal es que nos traten igual, no que haya una discriminación por ser de cierto partido. Espero que así sea con este nuevo gobierno», comentó Reynalda, quien antes colaboraba con el movimiento antorchista en la gestión de entrega de apoyos después de que le ayudaron para la operación de los ojos de su madre.

Además de compartir un alto índice delictivo, desabasto de agua y más de la mitad de su población en pobreza, Ixtapaluca y Chimalhuacán fueron gobernados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde la década de los cuarenta de la mano del movimiento antorchista, fundado en los 70 por el ingeniero agrónomo Aquiles Córdova. Pero este enero sus habitantes están iniciando Año nuevo y Presidencia Municipal nueva, luego de que en las elecciones de junio decidieron votar por un cambio de régimen.

En entrevista con SinEmbargo por separado, ambos alcaldes morenistas, Felipe Arvizu de la Luz y Xóchitl Flores Jiménez, afirmaron que los antorchistas sólo otorgaban apoyos y servicios como de manera «condicionada», por lo que sus gobiernos serán parejos y, dijeron, es al Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (Osfem) y a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) a quienes corresponde indagar el supuesto «desfalco» que les dejaron.

Los recién llegados presidentes municipales también aseguraron que así como Morena sacó este año al PRI de sus dos principales bastiones electorales de la entidad, con un millón 300 mil habitantes en conjunto, así lo hará en 2023 con el Estado de México, una de sus últimas hegemonías del país gobernada por Alfredo del Mazo Maza.

«Son señales fundamentales que en la zona oriente, Ixtapaluca, Chimalhuacán y Nezahualcóyotl, la ciudadanía nos ha dado el voto de confianza. No me queda duda que en el 2023 la ciudadanía también está buscando otra opción», afirmó la Alcaldesa entrante de Chimalhuacán, Xóchitl Flores, quien ganó ante la priista Maricela Serrano.

En varias colonias de Ixtapaluca hay desabasto de agua. Foto: Crisanto Rodríguez, SinEmbargo.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado al grupo antorchista como uno de los «intermediarios» que se quedan con los moches del presupuesto, como el extinto Ramo 23, cuestionado por su opacidad y falta de reglas de operación. SinEmbargo además documentó que en el sexenio peñista recibieron concesiones para operar gasolineras.

La señora María Reynalda, del pueblo Ayotla, trabajó con el movimiento antorchista gestionando entrega de tinacos, láminas, bastones, cemento y sillas de ruedas y estimó que, aunque se fue el PRI, la organización continuará en el municipio si sigue apoyando a la gente. Ella, dijo, prefirió retirarse para participar en la iglesia, pero no tiene problema con ellos.

«Trabajé para Antorcha. Trabaja muy bien. Todo depende de la gente que trabaja en ello y que sea honesta, sobre todo. El recurso que se estuvo bajando de la organización yo lo entregaba como tal», dijo. «Todo se entregaba. Nunca vi exclusión de nadie».

Y reiteró: «Esperamos que este nuevo gobierno nos apoye con el desabasto de agua, y que se siga con lo que se inició en el proceso de Ixtapaluca». 

Muro en calles de Ixtapaluca. Foto: Crisanto Rodríguez, SinEmbargo.

El Alcalde de Ixtapaluca, Felipe Arvazu, detalló que Ayotla tiene un pozo con gestión autónoma y hay otras colonias como San Francisco que llevan dos años sin agua. La primera acción de su gobierno, dijo, fue arreglar el desabasto de agua en varias colonias. En algunas comunidades encontraron pozos sin bombas o redes taponeadas, lo que el político guinda atribuyó a que no compartían el mismo pensamiento que la Antorcha Campesina.

«Algunos cuantos líderes de esa organización (Antorcha) manejaban el agua como un tema meramente político y financiero porque quienes gozan y tienen esas pipas son ellos. Lo que a mí me tiene preocupado es que en algunos pozos ya se llevaron algunas bombas de una cantidad grande que podía dotar y dejaron muy pequeñas. En otras comunidades hemos encontrado que en las redes llegaron a poner algunos tapones y al final no se nos hace justo y eso no lo merece el pueblo”, declaró.

La otra gran preocupación de los ixtapaluqueños son las altas tasas de robo con violencia. Hace unos años Herlindo, de 72 años, acompañó a su esposa cerca del paradero en Izcalli, Ixtapaluca, y se le acercó un carro rojo.

—Échale lo que traigas —le pidieron. Les dio, pero le preguntaron si traía más.

—Pues no —contó el señor que portaba una gorra de la campaña del ahora Presidente Municipal Felipe Arvizu, a quien requirió más fuentes de trabajo. Durante la pandemia «lo descansaron» en la construcción y tiene dormida la mitad del cuerpo tras un derrame.

«Está canijo, hay bastantes raterillos. Sale uno muy temprano y luego, luego sobres. Ojalá que se pueda combatir», pidió sentado en una plaza ofreciendo servicio de construcción. «Los asaltos en los autobuses San Francisco son seguidos, en las combis nunca me ha tocado, pero dicen que también asaltan».

Entrada al municipio de Ixtapaluca, Estado de México. Foto: Crisanto Rodríguez.

El Alcalde Arvizu considera que aumentar el número de policías y patrullas no será suficiente, por lo que implementa un programa de cultura y deporte, así como servicio social para los detenidos por delitos no graves.

“En Ixtapaluca existe un sistema municipal de tecnología policiaca, donde cada detención a ciudadanos les costaba entre 2 mil y 3 mil pesos. El 1 de enero tuvimos los primeros 12 detenidos por delitos menores y cuál fue el costo que ellos pagaron: ni un peso. Su trabajo, y así lo vamos a seguir haciendo, va a ser social. Nos apoyaron a barrer, a limpiar escuelas”, platicó.

Respecto a la urgencia de un transporte público más barato y seguro, Arvizu comentó que habrá un Metrobús hacia Chalco, lo que también beneficiará a Ixtapaluca, cuyos habitantes actualmente se trasladan en combis de más de 10 pesos o bicitaxis hacia el Metro La Paz, una estación con exceso de demanda rumbo a Pantitlán durante las mañanas.

“Necesitamos traer empleo. Antes se le llamaba ciudad dormitorio y al día de hoy todavía tenemos muchísima gente que se va a la Ciudad de México a trabajar», reconoció.

«NOS DEJARON EN QUIEBRA»

En la avenida Corregidora en Chimalhuacán, hace unos días un automóvil se cayó por la barranca que se ha convertido en un enorme tiradero de basura y hasta de cadáveres, contó un trabajador que llegó a construir una barda para evitar más accidentes. El sitio emite un olor a muerte. A unos kilómetros, ya en la cabecera municipal, una bici taxi de base antorchista se abría paso entre la gente.

Afuera del Palacio Municipal, sentado en una de las bancas, el barrendero Ernesto pidió a la nueva administración morenista una verdadera transformación en seguridad. «Hay mucho robos, mucha inseguridad en los barrios, en las tiendas comerciales. Necesitamos más patrullas, más atención a la ciudadanía pública», comentó. «Esperemos que se eche de ver».

La tasa de robo con violencia es alta en Chimalhuacán. Foto: Crisanto Rodríguez.

Al igual que en el bastión priista de Ixtapaluca, en este municipio se heredó la inseguridad y, pese a sus diversos pozos, también el desabasto de agua en colonias sobre todo desde que ganó Morena en junio, aseguró la Alcaldesa Xóchitl Flores, quien no titubeó en señalar a la organización antorchista de haber condicionado los servicios a la ciudadanía desde el 2000 que arribó el eterno candidato Jesús Tolentino y de haberles dejado «quebrado» el municipio.

«Sabemos que tienen observaciones anteriormente por auditorías que se han realizado por el Gobierno federal y del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México. Los primeros datos arrojan que vamos a tener problemas financieros muy graves. Tenemos un gran reto que es rescatar a nuestro municipio que ha quedado saqueado en todas las áreas. Nos dejaron totalmente en quiebra la administración», acusó.

Su prioridad será aumentar y depurar el cuerpo policiaco porque son insuficientes y es corrupto. Durante la charla documentó que de agosto a diciembre hubo un incremento de 100 por ciento en homicidios.

Tiradero irregular en Chimalhuacán. Foto: Crisanto Rodríguez, SinEmbargo

«Tenemos mil 134 elementos de la policía para más de 700 mil habitantes, entonces son insuficientes. Nos han dejado alrededor de 220 patrullas. Hay que empezar a depurar esos malos elementos que están en la corporación», afirmó desde su oficina. «Vamos a coordinar los trabajos con el gobierno del estado y el federal, que es la Guardia Nacional. Ya se empezaron los rondines por cuadrantes».

La administración de Flores también revisará cómo la Antorcha dejó a los pozos del municipio. «El agua en este municipio ha sido también controlada por esta organización. Se condicionaba. A partir de junio, cuando ganamos nosotros, en varias comunidades se cortó el servicio que es un derecho», señaló.

En Chimalhuacán, reiteró, se vivía un «condicionamiento» en los servicios del agua, en seguridad, en salud, en transporte, en comercio. «En todo –afirmó– y se trabajaba nada más para unos cuantos que era su organización.  La ciudadanía ya estaba cansada de eso y volteó a ver otra opción», evaluó sobre este histórico cambio en el oriente mexiquense.

Dulce Olvera

Reportera de temas de crisis climática, derechos humanos y economía. Egresada de la FCPyS de la UNAM.

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