Guadalupe Montes convirtió sus debilidades en fortalezas, se impuso a la crítica y ahora tiene reconocimiento nacional por su hazaña médica.
Por Adriana Armendáriz
Coahuila, 20 diciembre (Vanguardia).- Cuando los comentarios juegan en contra, la mejor manera de contrarrestarlos es a través de las acciones. Así lo hizo María Guadalupe Isabel Montes Dorantes, la doctora saltillense que hoy tiene reconocimiento nacional. Es la primera cirujana que realiza una colocación bilateral de implante activo de conducción ósea BONEBRIDGE en México.
A Guadalupe le dijeron que no iba a poder con la carrera médica. Que era muy sensible y que eso la perjudicaría en una profesión como la suya.
“Persigan sus sueños, todo se puede. El conocimiento te da poder. Estudien siempre, porque eso no es un poder económico, es el poder saber y manejar todo”, dijo la doctora.
Fue durante los primeros años de estudio, en el internado y todavía en el servicio social, cuando Guadalupe recibió comentarios como: “tú no puedes con esto”. En entrevista, la otorrinolaringóloga explicó que este tipo de críticas vinieron principalmente de cirujanos varones que laboraban en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
A Guadalupe le decían que su sensibilidad y apego con los pacientes no le sería de beneficio. Pero lo que los demás vieron como una desventaja, la doctora la convirtió en su principal fortaleza.
“Me decían que no iba a poder. Y bueno… sí se puede”, explicó la doctora.
Actualmente, el 75 por ciento de los pacientes que atiende son niños y ha enfocado su estilo de trabajo para el trato infantil. De hecho, la cirugía gratuita e histórica que realizó hace unos días fue a un niño de 14 años, al que mejoró su calidad de vida gracias a los dos implantes auditivos que le fueron colocados.
Desde el ambiente en su consultorio, hasta el quirófano, los lugares en los que trabaja Guadalupe están adecuados para que los niños se sientan cómodos y en confianza. Cuando no es necesario, la doctora no usa bata clínica durante sus consultas, pues la considera una barrera con los menores.
En su consultorio, Guadalupe tiene muñecos de peluche, mismos que regala a sus pacientes y que cuando van a entrar a cirugía les coloca bata y cubrebocas para que los niños se sientan acompañados por el juguete.
A pesar de las críticas que recibió, Guadalupe es consciente de que esa sensibilidad que le subrayaron como debilidad, ha sido transformada en fortaleza y es lo que la ha llevado a los éxitos.
