Un par de meses después de que iniciara el confinamiento en nuestro país, suspendieron el programa de radio que Mayra González y yo conducíamos en Radio Centro. No ahondaré en las razones pero lo cierto es que dieron por terminada con una buena parte de su barra programática de golpe. Como estábamos encerrados, el golpe se resintió pero supimos sobrellevarlo. Cada tanto, nos embargaba la nostalgia al uno o a la otra. Hemos hecho colaboraciones para otros medios y nos hemos inventado algún proyecto para seguir haciendo esa parte de nuestra actividad que nos apasiona: hablar de libros.

Este año recibimos la invitación de Alejandro Páez Varela para hacer una primera temporada de La Tertulia en el canal de YouTube de SinEmbargo. Aceptamos encantados pues eso nos abría la puerta (que teníamos emparejada) para regresar a ese diálogo con lectores. Eso sí, debimos modificar formatos, volverlo más dinámico, pensar en un público diferente y acostumbrarnos a la idea de las cámaras. Aunque los dos hemos hecho tele, nunca la hicimos durante una hora seguida. Acá, además, nos podemos extender un poco.

Aprendimos, entre otras cosas, que en esta nueva etapa el contacto con quienes nos ven o nos escuchan es más estrecho. Atendemos el chat en vivo pese a mis claras limitaciones para las actividades multitarea. Debo confesar que es de lo más divertido. Esa interacción en tiempo real con los contertulios permite generar un diálogo mucho más enriquecedor. De hecho, le da más sentido a la idea de La Tertulia.

Este próximo martes transmitiremos el décimo segundo programa que será el último de la temporada. Puedo asegurar que en medio de la angustia del confinamiento y desconfinamiento, de los asuntos laborales que siempre tienen sus asegunes, de tensiones por un lado o el otro, de discusiones absurdas en redes sociales y otras linduras de ese tipo, La Tertulia sigue siendo el oasis al que acudimos para hacer algo que nos apasiona. Y eso no significa, por supuesto, que no disfrutemos el resto de las cosas. Sólo que el programa, de pronto, se vuelve como un estado de excepción en el que nos damos tregua del resto de las cosas.

Nosotros, al igual que nuestros compañeros de los otros programas, haremos ahora una pausa de algunas semanas. Aprovecharemos para evaluar el funcionamiento de La Tertulia, para modificar algunas cosas y hacer propuestas que permitan una larga vida a un proyecto que, en términos reales, se ha convertido en uno de los más longevos de nuestras vidas: platicar de libros y literatura.

Eso sí, mientras la pausa existe, las lecturas se seguirán acumulando y las ganas de hablar de ellas. Ojalá nos hayan acompañado en esta primera temporada (si no fue así, busquen en el canal de SinEmbargo a La Tertulia y súmense de forma extemporánea) y ojalá lo hagan el la próxima. Mientras tanto, pongámonos a leer antes de que acabe el año para ir avanzando en los propósitos lectores del próximo.

Jorge Alberto Gudiño Hernández

https://dev.sinembargo.mx/author/jorgealberto/

Jorge Alberto Gudiño Hernández es escritor. Recientemente ha publicado la serie policiaca del excomandante Zuzunaga: “Tus dos muertos”, “Siete son tus razones” y “La velocidad de tu sombra”. Estas novelas se suman a “Los trenes nunca van hacia el este”, “Con amor, tu hija”, “Instrucciones para mudar un pueblo” y “Justo después del miedo”.

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