Ocho de cada diez: El amor en medio de la impunidad de asesinatos en México

Ocho de cada diez, película dirigida por Sergio Umansky que confronta al espectador , y al mismo tiempos tiene mucho corazón, está disponible ya en el circuito comercial e independiente de salas de cine.

Ciudad de México, 13 de diciembre (SinEmbargo).– ¿Cuántos homicidios se investigan y cuántos quedan en total impunidad en México? Esta pregunta se hizo el director Sergio Umansky mientras desarrollaba una nueva película y se encontró con una espantosa cifra, la misma que le dio el título a su filme Ocho de cada diez.

«El título de Ocho de cada diez surge a través del tiempo, inicialmente el título del guión era ‘Aurelio’ e iba a contar la historia de un hombre que perdió a su hijo y que encuentra asistencia de un policía para resolver el crimen, y con el tiempo, al hacer bastantes entrevistas para realizar esta película, de pronto leí la estadística de que ocho cada diez asesinatos en México no se investigan. Al mismo tiempo de hacer estas entrevistas sentía yo que no sólo en México, sino en el mundo, las personas se sienten no representadas y se sienten olvidadas, ocho de cada diez personas tienen necesidades urgentes, y no tienen una infraestructura donde ellos sientan apoyo», cuenta Umansky en entrevista con SinEmbargo.

Aurelio, interpretado por Noé Hernández y que le valió el Premio Ariel a Mejor Actor, es un hombre al que le han asesinado a su hijo en calles del Centro de la Ciudad de México a plena luz del día y ante la mirada de muchos testigos, a pesar de las pruebas que podrían recabarse, la policía tiene detenido su caso.

[youtube 44fcj3lXXpg]

Los días pasan, pero Aurelio no se detiene, quiere justicia para su hijo. Busca apoyo en la Fiscalía, quiere oír de avances en la investigación, pero poco le hacen caso.

Durante el trabajo de investigación para un documental, Sergio Umansky creó al personaje de Aurelio inspirado en los testimonios de personas víctimas de violencia en el país, voces que fueron ignoradas.

«Me tocó entrevistar a muchas mujeres víctimas de violencia, mucha gente en adicciones, muchos crimínales, y la única razón por la que me venían a ver era porque me querían contar su historia, querían que alguien los escuchara. Esto también se da cuando acaba de pasar la tragedia de Ayotzinapa, yo sentía mucha indignación, mucho coraje y cuando escribía esta película me salía mucho coraje».

En los días más oscuros para Aurelio, en esta búsqueda por los verdugos de su hijo, se encuentra con Citlali (Daniela Schmidt), una mujer que comparte con él la pérdida de su hija, sólo que ella lo hace por culpa del padre, un hombre violento que las ha separado.

«Al escribir la película pronto se convirtió en una historia de amor de dos personas muy lastimadas, muy cicatrizadas, y también sigo sintiendo que en el centro, en el corazón, en medio del filme, lo que está latiendo es que el verdadero amor, la verdadera solución. Besar y acariciar las cicatrices del otro».

El amor y la necesidad de justicia unen a estos dos personajes que se encuentran en medio de la gran ciudad y deambulan en calles que nadie voltea a ver. Dos personas que por su condición de pobreza nunca son escuchadas.

Sólo un policía llamado Óscar (Raúl Briones) se vuelve en su única alternativa para poder cobrar un poco de justicia, pero lejos de la legalidad.

Otros tintes que la cinta tiene de realidad son cortes entre algunas de las escenas que remiten a videos reales de asesinatos ocurridos en México.

«Cuando se convirtió en Ocho de cada diez lo primero que se me ocurrió como guionista fue que hubieran diez asesinatos en la película, como en la cifra. Yo escribía los asesinatos en el guión, decía ‘ un muchacho va en el carro y en la esquina va alguien y le da un balazo’, eran como idead que tenía ahí, pero la idea mostrarlas sin ficción fue de mi productor, uno por presupuesto, otra por lograr el realismo que estábamos buscando, y otra porque nos dimos cuenta del gran acierto de poner seis asesinatos reales, y cuatro más que son de parte de la cinta».

Ocho de cada diez está disponible ya en el circuito comercial e independiente de salas de cine.

«Espero que la gente vaya, es una película difícil, es una película que te confronta, pero también es una película que tiene mucho corazón. Con lo que yo me quedo de esta película después de todo el tiempo es que en verdad lo que sí existe es el amor, y dentro de todo este horror, dentro de todas estas mentiras con tanta burocracia inútil, y de este hoyo negro de estupideces hay individuos y hay amor y cuando nos reconocemos y nos volvemos cómplices, del uno al otro, podemos, no sé si solucionar los problemas que existen, pero por lo menos vivir una vida más plena y gobernándonos a nosotros mismos», culmina Umansky.

https://twitter.com/alfhaville/status/1468692205409869826