VIDEO: El Tren Maya dibuja curvas librando vestigios, permisos y reubicaciones
PorDulce Olvera
29/11/2021 - 12:05 am
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En la selva del sureste mexicano, a contrarreloj de permisos arqueológicos y ambientales, Fonatur avanza con la liberación del derecho de vía para el tramo del Tren Maya de Palenque a Escárcega, según constató SinEmbargo en un recorrido que hizo por la zona. Antes, trabajadores del INAH excavan para salvaguardar vestigios arqueológicos; se instalan pasos de fauna para evitar atropellamientos de jaguares, y se construyen casas con rieles y durmientes del ferrocarril antiguo para las familias que deben ser reubicadas.
Tabasco/Chiapas, 29 de noviembre (SinEmbargo).– Enclavada en la selva alta del sureste mexicano, la zona arqueológica de Palenque, en Chiapas, conserva a una importante ciudad prehispánica llamada «El Reino de los huesos», con templos y un palacio donde hace unos 1,400 años alrededor de ocho mil mayas celebraban rituales.
A sólo 13 kilómetros de esta Área Natura Protegida y Patrimonio de la Humanidad, en el antiguo aeropuerto de la región, estará una de las 21 estaciones del Tren Maya, uno de los principales megaproyectos del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Además de las estaciones para turistas, se instalarán 17 paraderos para los locatarios a lo largo de los cinco estados por donde pasará esta obra insignia. Uno de ellos se ubicará en una de las antiguas estaciones del ferrocarril del Istmo de Tehuantepec en Tabasco, cerca del río San Pedro, lateral al río Usumacinta.
Pero a unos metros de aquel paradero, a lo largo del derecho de vía que Fonatur está liberando, hay una interrupción. Un equipo de trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se encuentra excavando uno de los 400 monumentos que han hallado a través de vuelo de drones y rastreo con tecnología láser dentro de la vía del tramo I Palenque-Escárcega, según constató SinEmbargo en un recorrido que hizo por la zona.
Hasta que los especialistas registren, ubiquen la etapa histórica y resguarden los vestigios de este centro ceremonial maya de 30 metros de largo y 5 metros de alto, en el que han encontrado más de 50 hachas talladas y cuatro cuerpos, hasta entonces, la maquinaria podrá continuar con el despalme (tala), una situación que se está registrando sobre todo en Campeche.
«México tiene entre 100 y 200 mil sitios arqueológicos que están constituidos por vestigios de diferente índole. El patrimonio arqueológico es tan basto que si prohibiéramos realizar obras donde se encuentran, tendríamos que tener un segundo piso de todo el territorio mexicano», dimensionó a unos pasos de la excavación el arqueólogo Manuel Pérez, quien enfatizó que un proceso de salvamento llega a tomar hasta cinco años, pero el reto es hacerlo antes de diciembre de 2023, cuando se estima la inauguración del Tren Maya.
A partir de los inicios de este obra, el INAH ha registrado 16 mil hallazgos de monumentos arqueológicos inmuebles y más de mil monumentos arqueológicos muebles a lo largo de todos los tramos.
La arqueóloga Ileana Echauri, que coordina el salvamento arqueológico del tramo I, detalló que en este lugar han localizado 171 entierros, 600 piezas y 2 mil 400 muebles e inmuebles, de los cuales 400 son monumentos; 240 de ellos están dentro del derecho de vía, como el que se está excavando.
«De este monumento —dijo señalando el centro ceremonial en San Pedro— sólo vemos la parte de atrás. Forma parte de un conjunto que tiene una pequeña plaza y tiene a otras tres estructuras mucho más pequeñas que ésta».
«Estamos en una zona entre ríos por lo que tenían rutas de comunicación con otras zonas, por lo que hay obsidianas, piedra verde y cerámica que pueden venir incluso desde el centro de México, de la Península de Yucatán y de Guatemala», agregó respecto a los hallazgos en todo el primer tramo del Tren Maya.
Estos vestigios encontrados, comentó la arqueóloga, dan indicios de la forma de vida de las sociedades mayas que habitaban la zona. En los entierros han encontrado vasijas «muy hermosas» que reflejan «lo importante que era para ellos enterrar a sus muertos con cierta parafernalia que los acompañara en su trance hacia el inframundo».
EVITAR EL ATROPELLO DE JAGUARES
En la Península de Yucatán, donde pasará el Tren Maya a lo largo de mil kilómetros y medio, viven alrededor de 2 mil jaguares, una especie en peligro de extinción. Para evitar que sean atropellados y preservar la variedad biológica de la zona, el especialista Carlos Manterola coordina una estrategia de pasos de fauna, tanto inferiores para mamíferos, anfibios o reptiles, como superiores para especies arborícolas como los monos.
La Manifestación de Impacto Ambiental regional (MIA-R) de la fase uno habla de 40 pasos de fauna. Pero desde uno de los pasos de vida silvestre instalado cerca de la estación de Palenque, Manterola explicó a SinEmbargo que sólo en el tramo Palenque-Tenabo serán 196 pasos en más de 400 kilómetros lineales de obra, más 80 pasos superiores para especies arbóreas. En la parte de Calakmul, la más rica en biodiversidad, la meta de construcción son 135 pasos para permitirles el cruce de un lado a otro de la vía.
«Cuando nosotros ponemos carreteras y algún otro tipo de vías de comunicación que limitan o entorpecen el movimiento de los animales, la casa en la que viven se empieza a reducir y las oportunidades de supervivencia se empiezan a reducir, lo que da como resultado que las poblaciones se reduzcan y llegan hasta a desaparecer», aseguró.
A partir de un análisis geográfico de la selva, trabajo previo de hace 15 años con la colocación de collares de telemetría a jaguares, la reciente instalación de más de 400 cámaras trampa de Palenque hasta Tenabo y la verificación de campo con participación de las comunidades locales, se detectaron zonas prioritarias donde se desplaza la fauna.
«El rango hogareño de un jaguar son 40 mil hectáreas, requiere gran cantidad de terreno en buena conservación para sobrevivir. Si podemos garantizarlas, cuántas especies se van a ver beneficiadas con este programa», expuso Manterola.
Además de haber grabado a un jaguar en Calakmul, el monitoreo en el tramo I detectó a 42 especies como puma, ocelote, mono araña, mono saraguato, tlacuache, mico de noche, ardilla selvática, chachalaca, coyote, iguana, oso hormiguero, puercoespín, venado cola blanca, zorra gris, entre otros silvestres.
«Las cámaras trampa nos permitieron identificar con métodos de ocupación una mayor densidad de especies de un lado y del otro, y correr algoritmos especiales para identificar exactamente dónde es que los venados y guajolotes quisieran pasar», detalló previamente en una rueda de prensa.
El jaguarólogo también resaltó que está preparándose una iniciativa en el Congreso que forzará al Gobierno federal a incluir estos pasos de fauna en los proyectos de obras.
En la MIA-R se expone que una vez que entre en operación el Tren Maya, a finales de 2023, se realizará «un conteo diario de las especies de fauna atropelladas a lo largo de la vía» para identificar las zonas críticas de mortalidad y proponer barreras físicas adicionales para reducir el problema. «En caso de algún atropellamiento de una madre con críos, estos deberán llevarse a la UMA más cercana para asegurar su sobrevivencia», reza el documento.
En entrevista aparte, Xavier Martínez, abogado del Centro Mexicano para el Derecho Ambiental (CEMDA), una de las organizaciones que ha interpuesto amparos contra el Tren Maya por posible violación al derecho ambiental sano y a la consulta indígena, comentó que en uno de dichos recursos jurídicos argumentaron «que no se ha evaluado el costo real de la fragmentación de los ecosistemas por todo el paso del Tren».
La estrategia de Fonatur, consideró, es «insuficiente» porque «se recomienda una distancia entre uno y tres kilómetros entre cada paso de fauna dependiendo el tipo de vegetación, por lo que para esta obra se necesitarían entre 210 y 631 pasos de fauna».
Respecto al destino de árboles, arbustos y demás flora ubicada sobre el derecho de vía, la MIA regional de la fase uno detalla que se requiere despalme (tala) y permiso de cambio de uso de suelo forestal para colocar vías en 606.04 hectáreas. El material resultante de las actividades de desmonte, dice la MIA, será donado a los pobladores para su uso de forma doméstica.
Para mitigar la pérdida de cobertura arbórea se está llevando a cabo un programa de rescate y reubicación de especies de flora silvestre e incluso una alianza con Sembrando Vida.
El programa de reforestación «incluye la reincorporación de 1,151.68 hectáreas de cobertura vegetal aledaños al proyecto (tres veces mayor a la que se afectará), y subsane la pérdida tanto de superficie forestal como los servicios ecosistémicos que ayudan a combatir los efectos del cambio climático», dice la MIA-R. Actualmente se planea financiar la protección de 20 mil hectáreas en la primera fase.
Adrián Montemayor, vocero del proyecto de Tren Maya, dijo que el compromiso de Fonatur es que por cada árbol dañado se planten 15 árboles, por lo que se está trabajando con Sembrando Vida y con la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
No obstante, CEMDA documentó con vuelos de drones en diversos municipios de Yucatán, Campeche y Quintana Roo que Fonatur ha deforestado más de 144 hectáreas de terrenos forestales sin contar con las autorizaciones para el cambio de uso de suelo en terrenos forestales.
El abogado Xavier Martínez observó respecto al programa que no se establece cuál es el sitio a reforestar ni se ofrecen garantías de que estos lugares una vez reforestados sean conservados en el tiempo ni se contemplan obras asociadas y adicionales como lo son bancos de material, estaciones, talleres y centros de almacenamiento de combustible.
“Cuando hablamos que la mitigación es la reforestación vemos que es incompleta. La reforestación en las Áreas Naturales Protegidas —comprometidas por los recortes a la CONANP— de por sí debe hacerse, independientemente de los proyectos de compensaciones. Más bien dónde están los recursos que debieran tener las ANP para su inspección, su vigilancia; dónde está la adaptación al cambio climático», planteó.
Además del Área de Protección de Flora y Fauna Cañón del Usumacinta en el tramo I, a lo largo del paso del Tren en los otros tramos están la Reserva Cuxtal y Los Petenes, reconoce la MIA-R.
¿DÓNDE VIVIRÁN LOS REUBICADOS?
En septiembre Fonatur ajustó la ruta de dos estaciones del tramo III que se construirían en Ciudad Campeche y Mérida para evitar retrasos por los amparos interpuestos desde 2020 por organizaciones civiles y comunidades de la Península de Yucatán contra el desalojo de vivienda por el paso del Tren Maya, como fue el caso de los Tres Barrios en Campeche.
Sin embargo, luego de 30 asambleas, talleres participativos y labor de convencimiento, en la primera fase del tramo I y II se van a relocalizar alrededor de 350 familias de los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche y Yucatán, muchas de las cuales han pedido mudarse a otra localidad por temas personales y familiares, dijo Carina Arbizu, directora de Desarrollo Urbano desde las oficinas de Fonatur en Palenque.
A la entrada de esas oficinas, se observan decenas de durmientes de concreto apilados, así como acopios de rieles de acero retirados del ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, los cuales están siendo reutilizados para construir un prototipo de vivienda.
Los beneficiados serán pobladores de cuatro localidades de Tabasco y Campeche, quienes habitan sobre el derecho de vía y han aceptado ser reubicados para, destacó Arbizu, alcanzar una certeza patrimonial para ellos y sus hijos.
La idea provino del director de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons, cuando en los inicios de la obra se detectó acero de gran calidad y resistencia durante el retiro de las vías y demás material del antiguo ferrocarril.
«Tenemos que reutilizar esos rieles propiedad de la nación, ponerlos al servicio de la gente», pidió al equipo, según recuerda la directora de Desarrollo Urbano.
En convenio con la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), la UNAM y peticiones de las familias reubicadas, Fonatur está construyendo 250 viviendas con los durmientes y rieles adecuadas a las necesidades de la región: con pórtico, ventilación natural y altura contra la humedad-calor, posibilidad para colgar hamacas, con techos resistentes contra las fuertes lluvias y levantada para evitar inundaciones.
«Este método constructivo nunca se ha utilizado, es la primera vez, por eso era muy importante tener un laboratorio-prototipo», aseguró la funcionaria de Fonatur adelante de la construcción de una casa muestra.
En contraste con anteriores programas de vivienda de sólo 30 metros cuadrados que generan hacinamiento, estas casas con dos habitaciones son de casi 80 metros cuadrados más los pórticos, necesarios por los usos y costumbres de las familias del sureste que prefieren estar afuera por las altas temperaturas.
«La gente del sureste vive para afuera», planteó el arquitecto Rigoberto Galicia. «Los puntos de encuentro son la calle, el pórtico y el patio. Entre más gente conviva, son lugares más seguros».
Dulce Olvera
Reportera de temas de crisis climática, derechos humanos y economía. Egresada de la FCPyS de la UNAM.
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