La reacción del Nápoles fue complicada por la lesión del nigeriano Victor Osimhen, quien se retiró por un golpe en la cabeza, y el Inter, en un contragolpe lanzado por el argentino Joaquín Correa, quien recorrió más de 60 metros de campo, firmó el 3-1 gracias a Lautaro, con un excelente disparo raso cruzado.

Roma, 21 de noviembre (EFE).- El Inter de Milán infligió este domingo la primera derrota de la temporada al Nápoles, al doblegarle por 3-2 en un partido vibrante en San Siro, lo que le permitió reabrir la Serie A y colocarse a cuatro puntos del conjunto napolitano y del Milan, colíderes.

Los goles del turco Hakan Calhanoglu, el croata Ivan Perisic y el argentino Lautaro Martínez permitieron al Inter acercarse al liderato y tumbar a un Nápoles que estuvo a punto de remontar un 1-3, al perdonar dos enormes ocasiones de gol en los ocho minutos de tiempo añadido.

Por primera vez en esta temporada, el Inter consiguió ganar en el primer partido tras un parón de selecciones y recortó tres puntos a Nápoles y Milan, que también perdió su condición de invicto, al caer este sábado en el campo del Fiorentina (3-4).

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Y eso que el polaco Piotr Zielinski había adelantado al Nápoles a los 18 minutos, pero un penalti transformado por Calhanoglu, y un cabezazo de Ivan Perisic al borde del descanso, permitieron al Inter dar la vuelta al marcador.

El cuadro milanés se confirmó temible en las acciones a balón parado. Perisic cabeceó un saque de esquina colgado por Calhanoglu y el colombiano David Ospina paró el balón cuando este ya había superado la línea de gol.

La reacción del Nápoles fue complicada por la lesión del nigeriano Victor Osimhen, quien se retiró por un golpe en la cabeza, y el Inter, en un contragolpe lanzado por el argentino Joaquín Correa, quien recorrió más de 60 metros de campo, firmó el 3-1 gracias a Lautaro, con un excelente disparo raso cruzado.

Podía ser el golpe definitivo, pero una maravilla del belga Dries Mertens, con un derechazo desde fuera del área, devolvió opciones al Nápoles y abrió un tramo final vibrante.

Con el Inter encerrado en su mitad de campo defensiva, el Nápoles llegó a tener dos clamorosas oportunidades de gol, sin poder aprovecharlas.

El meta esloveno Samir Handanovic negó el empate al portugués Mario Rui, cuyo cabezazo fue enviado al larguero con una espectacular parada.

Y, en el 98, el centrocampista camerunés Frank Zambo Anguissa regateó a tres rivales por la banda izquierda y colgó un perfecto centro que Mertens remató alto, pese a llegar a golpear sin marcaje, a pocos metros de la portería.