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El informe revela que Pfizer no sólo se reservaba el derecho de silenciar gobiernos e imponer controles estrictos sobre las donaciones, o utilizar la propiedad intelectual de otros sin consecuencias; también eludió la legislación local de países imponiendo arbitrajes privados para decidir en secreto sobre posibles disputas, permitiendo a esta farmacéutica estadounidense enajenar activos estatales, además de contar con autoridad para decidir unilateralmente sobre asuntos clave.

WASHINGTON, 17 nov (Xinhua).– La multinacional farmacéutica y corporación biotecnológica, Pfizer, ha estado presionando a gobiernos de todo el mundo en sus contratos sobre la vacuna anticovid, según un informe reciente.

«Los contratos dejan entrever un poder inusual de una farmacéutica para silenciar gobiernos, regular el suministro, trasladar los riesgos y maximizar sus beneficios en la peor crisis sanitaria del último siglo», reza este informe publicado en octubre por la organización progresista de consumidores y think-tank sin ánimo de lucro, ubicada en Washington, Public Citizen.

Pfizer le pidió a reguladores estadounidenses que autoricen su píldora experimental contra la COVID-19, allanando el camino para un posible lanzamiento de un tratamiento. Foto: Pfizer vía AP.

«La dominación de Pfizer sobre otros estados soberanos ha condicionado de forma determinante su respuesta frente a la pandemia», apunta el documento, añadiendo que Pfizer había retrasado acuerdos de compra e, incluso, retrasado la entrega de vacunas.

«La salud pública debería estar por encima de todo», remata el informe, mientras insta a los gobiernos del mundo a rectificar.

En esta foto de archivo del 14 de septiembre de 2021, una persona prepara una jeringa con la vacuna de Pfizer contra la COVID-19 en una clínica del Reading Area Community College en Reading, Pensilvania.
En esta foto de archivo del 14 de septiembre de 2021, una persona prepara una jeringa con la vacuna de Pfizer contra la COVID-19 en una clínica del Reading Area Community College en Reading, Pensilvania. Foto: Matt Rourke, archivo, AP