Una investigación arrojó que las personas que realizaron alguna actividad física durante el confinamiento de la pandemia de COVID-19 experimentaron menos ansiedad y depresión que las que no hicieron ejercicio.
Madrid. 13 de noviembre (EuropaPress).- Una investigación del sistema de salud Kaiser Permanente, en Estados Unidos, ha demostrado que las personas que hicieron más ejercicio durante el periodo inicial de confinamiento de la pandemia de COVID-19 experimentaron menos ansiedad y depresión que las que no hicieron ejercicio. También ha demostrado que las personas que pasaron más tiempo al aire libre experimentaron normalmente niveles más bajos de ansiedad y depresión que las que permanecieron en el interior, según publican en la revista Preventive Medicine.
Más de 20 mil personas participaron en el estudio, basado en una encuesta, de seis regiones atendidas por Kaiser Permanente en todo Estados Unidos, que incluían Hawai, Colorado, Georgia y los estados del Atlántico medio, así como el sur y el norte de California.
«Lo que nos dicen los resultados de este estudio es que, incluso durante una pandemia activa u otra crisis de salud pública, hay que animar a la gente a que sea físicamente activa para ayudar a mantener su salud física y mental –explica la autora principal del estudio, la doctora Deborah Rohm Young, directora de la División de Investigación del Comportamiento del Departamento de Investigación y Evaluación de Kaiser Permanente en el sur de California–. Los parques y otros espacios naturales deberían permanecer abiertos durante las emergencias de salud pública para fomentar la actividad física al aire libre».
“The longitudinal associations of physical activity, time spent outdoors in nature and symptoms of depression and anxiety during COVID-19 quarantine and social distancing in the United States” by Deborah Rohm Young et al. Preventative Medicinehttps://t.co/DDSvYTd8hq
— Neuroscience News (@NeuroscienceNew) November 11, 2021
El confinamiento desde marzo de 2020, con las empresas cerradas temporalmente, afectó a la economía y a los puestos de trabajo de muchas personas y estos factores estresantes, junto con menos oportunidades de socializar con amigos y familiares, aumentaron los síntomas de depresión y ansiedad de muchas personas.
La actividad física y el tiempo que se pasa en la naturaleza se asocian a una mejor salud mental y los investigadores de Kaiser Permanente en el sur de California trataron de determinar cómo se asociaba el ejercicio y el tiempo al aire libre con la salud mental de las personas durante el apogeo de la pandemia.
En abril de 2020, los investigadores enviaron una serie de encuestas sobre la COVID-19 a más de 250 mil participantes en el Banco de Investigación de Kaiser Permanente, una colección de encuestas sobre el estilo de vida, datos de registros médicos electrónicos y bioespecímenes, que los miembros de Kaiser Permanente ofrecieron voluntariamente.
Las personas que declararon síntomas de COVID-19 no se incluyeron en este análisis, lo que dio como resultado 20 mil 12 encuestados. Cada uno de ellos completó al menos cuatro encuestas entre abril y julio de 2020.
Las mujeres blancas mayores de 50 años representaron una alta proporción de los encuestados. La mayoría de las encuestadas dijeron que estaban jubiladas y, en general, se adhirieron a las órdenes de «seguridad en el hogar» durante el período de la encuesta.
El estudio descubrió que los informes de ansiedad y depresión disminuyeron con el tiempo y las puntuaciones de ansiedad y depresión eran más altas para las mujeres y los jóvenes. Además, los participantes que declararon no haber realizado ninguna actividad física presentaron la mayor depresión y ansiedad en comparación con las personas que habían hecho ejercicio.
Pasar menos tiempo al aire libre se asoció también con puntuaciones más altas de depresión y ansiedad pero las personas que habían aumentado su tiempo al aire libre fueron las que presentaron las puntuaciones más altas de ansiedad, algo que la investigación no pudo explicar.
«Lo que aprendimos de estos resultados es que durante futuras emergencias será importante sopesar cuidadosamente las decisiones de cerrar parques y áreas al aire libre frente al impacto negativo que esos cierres pueden tener en la salud mental de las personas», concluye Young.