México

Un equipo de SinEmbargo Al Aire acudió al lugar donde se construye el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Ahí recorrió la terminal de pasajeros que será inaugurada en marzo de 2022, y en la que trabajan miles de civiles y militares las 24 horas del día de toda la semana.

Ciudad de México, 9 de noviembre (SinEmbargo).– Miles de civiles y militares trabajan día y noche los siete días de la semana. Tienen un encargo: que el próximo 21 de marzo se inaugure la primera fase del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), uno de los grandes proyectos del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

En lo que fuera la Base Aérea Militar Número 1 de Santa Lucía, en Zumpango, Estado de México, remueven bancos de tierra, levantan moles de hormigón, trazan y construyen nuevas vías y dan los toques finales a las terminales de carga y de pasajeros. Ésta última es una enorme nave de hierro, vidrio y concreto que corre en paralelo a dos de las tres pistas y mide más de un kilómetro, con 10.5 pisos, de sótano a salas VIP.

El Cuerpo de Ingenieros de las Fuerzas Armadas de México ha transformado miles de hectáreas en tiempo récord. Construyen dos ciudades (una militar y otra civil) con hoteles y centros comerciales; plazas y lagos artificiales; cientos de miles de estacionamientos y conexiones viales con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México porque, junto con el Aeropuerto Internacional de Toluca, formarán un sistema integrado para dar servicio a la Zona Metropolitana del Valle de México.

En marzo de 2022 se inaugurará la primera fase del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

El Capitán Primero Ingeniero Constructor Raúl Miranda dice a SinEmbargo que la obra es motivo de doble orgullo: por un lado, se trata de una construcción trazada y ejecutada por mexicanos; por el otro, lo que dejarán a los ciudadanos: un aeropuerto moderno que cumple estándares internacionales y que transformará para bien una amplia región del país.

En todos los frentes de la obra trabajan mil 270 militares ​​—de los cuales 80 son ingenieros constructores— y 33 mil civiles. El predio que alberga tanto las instalaciones militares como las civiles se extiende a lo largo de 3 mil 700 hectáreas.

Un equipo de SinEmbargo Al Aire (los periodistas Álvaro Delgado, Alejandro Páez Varela, Ilse García, Cri Rodríguez y Luis Mata) recorrió la obra completa, hasta el corazón del AIFA. Y esto es lo que encontraron.

Miles de civiles y militares trabajan toda la semana, las 24 horas del día, para llevar a buen puerto la primera fase del AIFA. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

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El trayecto partió de las instalaciones del Museo Paleontológico de Santa Lucía, Quinametzin, cuyo significado es “Tierra de Gigantes”, una referencia sobre lo que pensaron los primeros pobladores al llegar a esa zona y encontrarse con los restos de mamuts. En el lugar se encuentran los hallazgos rescatados durante los trabajos: alrededor de 500 piezas de megafauna y vestigios arqueológicos. 

Frente al museo luce una enorme escultura de un mamut, y a la vista se distinguen las instalaciones militares que fueron reubicadas para darle espacio al AIFA. En esta zona se encuentran una unidad habitacional del Ejército, el museo de aviación y el centro comercial militar, todo ello dividido por la pista militar. 

En el Museo Paleontológico de Santa Lucía, Quinametzin, se expondrán las piezas halladas durante la construcción. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

Al fondo es posible divisar la Torre de Control —que falsamente se señaló que estaba inclinada— y la terminal de pasajeros, que será inaugurada en menos de cinco meses, y la cual es la ruta crítica de todo el Aeropuerto. El avance, en este momento, es del 78 por ciento.

La terminal, a la cual se llega por el Circuito Mexiquense, tiene la infraestructura para atender en marzo próximo 28 posiciones de contacto para aeronaves, 12 remotas y cinco de plataforma abierta. Es decir, en total, para los pasajeros, estarán disponibles 45 posiciones para aviones.

La Torre de Control del Aeropuerto del AIFA, sobre la cual se señaló, falsamente, que estaba inclinada. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

La terminal está compuesta de 18 edificios —separados unos de otros por 45 centímetros con el objetivo de disminuir el riesgo en caso de un sismo— y tiene una huella de 100 mil metros cuadrados, en los cuales se han construido 384 mil 128 metros cuadrados, desde debajo de su piso hasta el nivel 10.

Por debajo hay dos sótanos: uno a cuatro metros bajo tierra ​​—que aloja el sistema de las bandas transportadoras de equipaje, un intrincado sistema hecho a la medida​​— y otro a 2.50 metros de profundidad para instalaciones y aisladores sísmicos. Encima está el nivel 0 en donde se encuentran los operadores, las oficinas rentables y los talleres de mantenimiento.

La terminal de pasajeros es es la ruta crítica de todo el Aeropuerto. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.
Los trabajos de construcción en la terminal de pasajeros están próximos a terminar. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

Más arriba se centra la atención. 

Una primera parada es el nivel 5, al cual accede todo pasajero que llegue en una aeronave que se conecta a un aeropasillo. 

El nivel de llegadas estará a la altura de los aeropasillos. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

Y, el más importante: el nivel 10, de donde saldrán las personas a abordar su vuelo. Ahí están las salas de última espera para todas las posiciones de contacto, la zona de inspección y la zona de check-in.

Este piso será un gran centro comercial, en el cual el pasajero ​​—una vez que ya documentó​​— podrá entrar a restaurantes y a tiendas de todo tipo. Incluso en el sitio habrá áreas de juegos para niños y hasta sillas de tipo playa. A eso se suman los espacios VIP.

El nivel 10 es el más importante: de ahí los pasajeros tomarán su vuelo. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

La terminal también está trazada como un corredor cultural, ya que donde quiera que el pasajero camine se encontrará con grecas aztecas, pendones de los estados y una enorme Piedra del Sol, también conocida como el Calendario Azteca. Estas muestras de la cultura mexicana están incluso presentes en los baños.

De igual forma habrán espacios museísticos, donde se expondrán piezas reales que fueron encontradas dentro de Santa Lucía como parte de un convenio con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que será el encargado de estos vestigios.

Las muestras de la cultura mexicana estarán presentes hasta en los baños. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.
La Piedra del Sol que dará la bienvenida a los pasajeros. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

Todo ello podrá ser visto el próximo 21 de marzo, cuando arranque la primera fase del AIFA, una terminal que es construida en sustitución del Aeropuerto que se perfilaba construir en Texcoco.

“Las fechas las conoce la gente. La gente tiene el compromiso, los militares tenemos la obligación de cumplir”, comenta el Capitán Primero Ingeniero Constructor Raúl Miranda al señalar que los tiempos van en forma y sin ningún retraso.

Redacción/SinEmbargo

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