Esta nueva forma de administrar vacunas (basada en la antigua práctica de las ventosas) es sencilla, indolora y sin efectos secundarios conocidos hasta el momento,

Madrid, 8 de noviembre (Europa Press).- Investigadores de la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos, que estudian la COVID-19 han creado una nueva forma de administrar moléculas de ADN en las células de la piel, utilizando una técnica de succión similar a la antigua práctica curativa de las ventosas, según publican en la revista Science Advances.

En pruebas de laboratorio con roedores, el equipo utilizó el método de succión para administrar una vacuna de ADN contra el SARS-CoV-2, que generó una fuerte respuesta inmunitaria, unas 100 veces más fuerte que una vacuna inyectada sola.

Basándose en los resultados, la empresa biofarmacéutica GeneOne Life Science, financiadora del estudio, ha concedido la licencia de la tecnología para realizar ensayos clínicos en humanos de una vacuna contra la COVID. Un ensayo clínico en humanos ha pasado a la Fase II gracias al alto nivel de seguridad e inmunogenicidad de la tecnología.

«Esta técnica basada en la succión se lleva a cabo aplicando una presión negativa moderada sobre la piel tras la inyección de ácido nucleico de forma totalmente no invasiva –explica el autor principal del estudio, Hao Lin, profesor del Departamento de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial de Rutgers-New Brunswick–. Este método permite una plataforma fácil de usar, rentable y altamente escalable para aplicaciones tanto de laboratorio como clínicas para terapias y vacunas basadas en ácidos nucleicos».

Las ventosas son una práctica tradicional en la que se colocan tazas calientes sobre la piel para crear una presión negativa, aumentando la circulación sanguínea en la zona en un esfuerzo por promover la curación.

La medicina de ácidos nucleicos es una tecnología de nueva generación que utiliza el ADN, el ARN y otras biomoléculas que controlan la información genética. Ha crecido mucho en las dos últimas décadas debido a su promesa de tratamientos y vacunas para diversas enfermedades. Recientemente, se han diseñado, fabricado y distribuido en masa varias vacunas basadas en ácidos nucleicos para luchar contra la pandemia de COVID.

La medicina de ácidos nucleicos funciona cuando los ácidos nucleicos sintéticos o diseñados entran en las células del huésped y, utilizando la maquinaria celular, dirigen la producción de proteínas codificadas para provocar una respuesta inmunitaria en el caso de una vacuna. Un paso clave en este proceso es la transfección, es decir, la introducción de ácidos nucleicos purificados a través de las barreras de la membrana celular en el citoplasma (ARN) y el núcleo (ADN) de las células huésped.

Las ventosas son una práctica tradicional en la que se colocan tazas calientes sobre la piel para crear una presión negativa, aumentando la circulación sanguínea en la zona en un esfuerzo por promover la curación. Foto: Hao Lin et al.,  Novel suction-based in vivo cutaneous DNA transfection platform, Science Advances, noviembre 2021

Si las moléculas de ADN y ARN se inyectan en los tejidos, no entran automáticamente en las células huésped y la mayoría se degradan rápidamente a menos que estén protegidas. Por ejemplo, en las vacunas COVID basadas en el ARNm, se utilizan nanopartículas lipídicas para encerrar los ARNm y protegerlos y ayudarlos a atravesar la membrana de la célula huésped, de modo que se produzca la proteína codificada y se provoque una respuesta inmunitaria.

Como alternativa, se suele utilizar un campo eléctrico para hacer llegar el ADN a las células, pero este método suele provocar efectos adversos, como inflamación, dolor y daños en los tejidos.

Pero en el nuevo estudio, tras la inyección de ADN puro, los investigadores aplicaron succión directamente en el lugar para crear una presión negativa sobre la piel. La succión produjo tensión y relajación en las capas de la piel, desencadenando la captación de las moléculas de ADN por parte de las células cutáneas. El nuevo método es sencillo, indoloro y no tiene efectos secundarios conocidos, resalta Lin.

«El desarrollo de tecnologías de administración mejoradas desempeña un papel decisivo a la hora de llevar los productos biológicos basados en ácidos nucleicos a un amplio uso y relevancia clínica, y la distribución de vacunas en todo el mundo es sólo un ejemplo –explica–. Hemos demostrado una plataforma de transfección alternativa, segura y eficaz que produce altos niveles de expresión de transgenes».

En el nuevo estudio, tras la inyección de ADN puro, los investigadores aplicaron succión directamente en el lugar para crear una presión negativa sobre la piel. Foto: Matt Slocum, AP

Según destaca, «las ventajas también incluyen la rentabilidad del dispositivo y la escalabilidad de la fabricación, así como los requisitos mínimos de formación del usuario. Debido a las ventajas inherentes al ADN, entre las que destaca el hecho de evitar los requisitos de la cadena de frío de otras vacunas, esta tecnología facilita los programas de vacunación en regiones remotas del mundo donde los recursos son limitados».