Pocos días después de que Isabel II canceló su aparición en la cumbre climática de la ONU en Glasgow, la monarca de 95 años decidió tomarse un descanso y continuar con sus tareas desde casa, incluyendo algunas audiencias virtuales.
Londres, 29 oct (EFE).- La reina Isabel II cancelará sus actos oficiales durante «al menos las dos próximas semanas» para poder descansar, siguiendo el consejo de los médicos, informó el Palacio de Buckingham en un comunicado.
A lo largo de ese tiempo, la monarca, que estuvo ingresada una noche la semana pasada para ser sometida a «exámenes preliminares», se dedicará exclusivamente a «tareas ligeras de oficina», incluidas algunas audiencias virtuales, pero no participará presencialmente en actos oficiales.
«Su Majestad lamenta que esto significa que no podrá asistir al Festival del Recuerdo el sábado 13 de noviembre», un homenaje anual a las Fuerzas Armadas en Londres, precisó la nota.
Sin embargo, el comunicado de palacio subraya que sigue siendo «la firme intención» de la soberana, de 95 años, acudir al servicio del Recuerdo el domingo 14 de noviembre, cuando se depositan coronas en el Cenotafio en la avenida Whitehall.
Fuentes palaciegas han indicado que la monarca, que el pasado 12 de octubre fue vista por primera vez con un bastón en un acto público, mantiene un «buen ánimo» y el consejo médico se percibe como «una precaución sensata».
El martes, Buckingham ya anunció que Isabel II suspendía su asistencia a la cumbre del clima COP26, que comienza el domingo en Glasgow (Escocia), después de que los médicos le aconsejaran guardar descanso tras su paso por el hospital para ser examinada de una dolencia que no se ha especificado.
La soberana, que tenía previsto presidir el lunes una ceremonia de recepción de los líderes mundiales convocados a la reunión climática, trasladará un mensaje en un discurso grabado previamente en vídeo.
La recomendación facultativa de mantener el descanso le obligó ya a cancelar una visita programada a Irlanda del Norte, y se ha limitado desde entonces a llevar a cabo «tareas ligeras» en el castillo de Windsor, su residencia oficial a las afueras de Londres.
La pasada semana fue examinada en el hospital privado King Edward VII, en el centro londinense, el mismo en el que estuvo ingresado su marido, Felipe de Edimburgo, antes de fallecer el pasado mes de abril a los 99 años.