La serie, original de Star+. cuenta con 10 episodios que narran desde la ficción casos de violencia de género o feminicidio basados en hechos reales que sucedieron en México.
Ciudad de México, 14 de octubre (SinEmbargo).– En la guerra por el streaming cada vez hay más series locales que buscan llegar al público mexicano a través de narrativas que reflejen parte de la realidad que vivimos todos los días, éste es el caso del título No fue mi culpa de Star+ de Disney.
La serie es una ficción que relata historias basadas en casos reales de mujeres que han sido víctimas de violencia de género o feminicidio en México. A través de 10 episodios, el espectador se adentra en la vida de varias mujeres interpretadas por actrices como Paulina Gaitán, Esmeralda Pimentel, Regina Alcalá y Leidi Gutiérrez, entre otras.
«A lo largo de los capítulos se conoce la historia de nuestro hilo conductor que es Mariana y Lilí, unas hermanas y la terrible desaparición de una de ellas. El proceso que vive Mariana que es el que viven muchas familias en nuestro país, y después vamos conociendo la historia de distintas mujeres en diferentes clases sociales, distintas edades y con diferentes modos de vida que son víctimas de distintas formas de violencia contra la mujer», explica Ana Lorena Pérez Ríos, una de las directoras de la serie, en entrevista con el programa El Sofá Mundano, de SinEmbargo al Aire.
Pérez Ríos fue parte del equipo de dirección de esta serie junto a Lucía Gajá y Julia Rivero, tres realizadoras que dieron forma al proyecto escrito por las guionistas Emi Salde, Alicia Flores, Dariela Pérez y lideradas por Ana María Parra Vázquez.
Aunque el título es contado desde la ficción, cada una de las historias de puestas en pantalla está inspirada en hechos reales meticulosamente cuidados para mostrar en pantalla un tema urgente que cobra en México la vida de una mujer cada ocho horas, según el “Reporte semestral de incidencia delictiva 2021” del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) publicado en julio pasado.
«Empezaron el proceso de mucha investigación que inicia con las noticias, cosas terribles, y después comenzó a palmear en muchas entrevistas y mucha investigación con organizaciones, fundaciones, con organismos del Gobierno, con colectivos que nos compartieron sus experiencias, y que través de las experiencia personales empezamos a poder sumar junto a muchas noticias cómo una amalgama que es muy triste porque no es que los casos hayan sucedido a una sola persona, a una sola mujer, sino que son como la colaboración de muchas historias, al final le damos nombre a uno solo, pero está basado en que esto pasa demasiado en muchos hogares de nuestros país», destaca la directora.
La responsabilidad de contar estas historias sin revictimizar a las mujeres fue uno de los pilares indispensables que siguieron para llevar esta historia a las plataformas de streaming.
«Son dos que van muy de la mano, la primera fue la responsabilidad de poderlo visibilizar, que fuera algo que se contara como es; y la segunda, y lo platicamos mucho con Lucía Gajá, que compartió conmigo la dirección de esta serie, tenía que ver con no revictimizar las historias que nos fueron compartidas y contar con mucho respeto el tema desde la vivencia quien nos la puso enfrente, respetar tener muy consciente que esto, respetar el proceso».
El equipo detrás de No fue mi culpa estuvo compuesto en un 80 por ciento por mujeres detrás y frente de cámaras.
Las historias contadas desde narrativas escritas y puestas en pantalla por mujeres dieron a la serie un rumbo diferente. La energía puesta en el proyecto invadió el set y de alguna forma todas las involucradas aportaron para contar los casos desde sus propias experiencias.
«Se generó una solidaridad y una sororidad muy fuerte, la energía que había en set era de mucho compromiso de ‘entiendo lo que estamos haciendo’, y entonces se convirtió en un crew que estaba dispuesto hacer lo que sea para que salieran las historias, y eso fue muy conmovedor. De pronto cuando hicimos las escenas más complicadas en cuanto a violencia se refiere, o emocionales, reinaba como un silencio, que yo no había sentido nunca en otro proyecto, y era un silencio de empatía, un silencio de respeto, un silencio de entendemos el nivel emocional que nos pega en el corazón y el estómago de esto que esta pasando».
Ana Lorena Pérez Ríos ha desarrollado una carrera mayormente para televisión y teatro. En la pantalla abierta ha llevado proyectos dirigidos al melodrama como Para Volver a Amar, Un Refugio para el Amor, Por Siempre mi Amor, entre otros. Y para el teatro ha estado a cargo de puestas como El Método Gronholm, Emociones Encontradas, Chicas Católicas y Monólogos de la Vagina, por mencionar algunas. No fue mi culpa representa para su debut detrás de una serie de streaming.
La serie mexicana es la primera para Star+ que también tendrá su versión para otros países con No fue mi culpa Colombia y No fue mi culpa Brasil.