Los días francos, el lado «incómodo» sobre la maternidad pocas veces retratado

Ulises Pérez Mancilla da su primer protagónico para el cine a Stephanie Salas, quien interpreta a una madre que contrasta con el rol de abnegada, para Los días francos.

León, Guanajuato, 21 de septiembre (SinEmbargo).– Los días francos, ópera primera de Ulises Pérez Mancilla protagonizada por Stephanie Salas, tuvo su estreno en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF).

El filme es un drama que pone en foco un lado «incómodo» de la maternidad y del que pocas veces vemos reflejado en la cine. Stephanie Salas interpreta a Amanda, una madre soltera que busca convertirse en una gran actriz al mismo tiempo que debe cuidar de su pequeño hijo Nico (Arturo de la Rosa).

Las cosas no van bien para la familia, las deudas brotan por todos lados y Amanda no atiende las prioridades. Víctima de toda esa desatención, es Nico.

«Para mí algo fundamental era la forma de contar esta historia como el elemento universal. La abordé desde lo que yo conocía y era un poco como ésta percepción como hijo. Recordé muchísimo mi yo de pequeño y mi madre adulta a ahora yo de adulto y decir ‘yo pensaba que mi mamá era una heroína y que todo lo podía’, y empecé a sumar los conflictos existenciales que como adulto yo tenía, y dije ‘por ahí es donde tengo que abordarla'», cuenta Ulises Pérez en entrevista con SinEmbargo.

El rol de la madre abnegada que de manera voluntaria renuncia sus propios deseos para anteponer a sus hijos y que ha sido interpretada a través de innumerables papeles en la filmografía mexicana es todo lo contrario a Amanda.

«Esta parte de deseo, de fantasía, que todos tenemos en algún momento de abandonarlo todo. Estaba muy abierto a estos movimientos sociales de sentir también yo una necesidad de cambio, de contarlo de manera distinta. Yo sí crecí en este modelo de la familia tradicional, los roles de género, entonces yo como hijo, como familiar, sentía esa necesidad de poder romper, de poder abrir otro aspecto de estos roles de la familia misma, y partir de ahí lo abordé».

Ulises Pérez Mancilla cambió los roles atendiendo a los nuevos tiempos. La crisis existencial que antes sólo era permitida a los personajes masculinos sin que incomodara a nadie, ahora es interpretada por una mujer y madre en su cinta.

«Para mí era importante porque es algo que ya está sucediendo, es algo que está empujando fuerte. Esta película la empecé a escribir hace cinco años, entonces de cinco años a la fecha ha sido importante cómo ha cambiado todo, como ha girado todo. Sentía esa necesidad. Creativamente me parecía una propuesta muy interesante. Cómo transponer esos roles, explorar, y encontrar personajes femeninos guiados por esos conflictos que normalmente no se le cedía o se les escribían a estos personajes».

Ulises Pérez Mancilla da así el primer protagónico para cine a Stephanie Salas, actriz de la dinastía Pinal que ha desarrollado su carrera en la televisión y parte en la música.

Fue el físico heredado de la genética de su abuela Silvia Pinal lo que atrapó al director que inspirado en los melodramas clásicos del cine mexicano desarrolló su filme.

«Me gusta su tipo físico. Yo quería esta película con alma vieja, pese a que no es una película de época, quería que resaltara ese aspecto. Físicamente ella me recordaba a su abuela, y de alguna manera, sin que fuera una actriz debutante, me permitió tener un rostro familiar para los espectadores».

Egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), Ulises Pérez Mancilla se ha desenvuelto en el cine a través del guión, dirección de cortometrajes, y como continuista al lado de recocidos directores como Arturo Ripstein, Julián Hernández, Lucía Carreras, entre otros.

Ahora Pérez Mancilla debuta con su primer largometraje que forma parte de la Selección Oficial en competencia del GIFF.

«Es una satisfacción muy grande. Ha siso un aprendizaje muy fuerte, muy doloroso. Lo he disfrutado mucho porque pese haber estado en muchísimas películas, no fue lo mismo. Dirigir tiene un proceso particular y para mí fue completamente nuevo. Estoy fascinado porque amo el set, amo los actores, amo contar historias, entonces estar de este lado, distinto, normalmente yo ayudaba a contar las historias y a cobijar a los realizadores y ahora estar de este otro lado es una experiencia muy gratificante y quiero seguir haciéndolo. Me encanta».