Un estudio de investigadores de la UNAM reveló que la reducción de contaminación vehicular por el encierro durante inicios de la pandemia fue contrarrestada por el ozono proveniente de productos de limpieza usados contra el coronavirus.
Ciudad de México, 11 de septiembre (SinEmbargo).– La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que las zonas urbanas registraron «un descenso sin precedentes» —aunque breve— en la emisión de contaminantes durante el año pasado por los confinamientos y las restricciones de viajes frente a la pandemia.
Sin embargo, un estudio publicado en la revista científica Science of the Total Environment detectó que la mejora en la calidad del aire en la Ciudad de México en 2020 por la presencia de menos autos en las calles fue contrarrestada por el ozono derivado de un mayor uso de productos de limpieza y gel antibacterial contra la COVID-19.
«Esas emisiones [de vehículos e industrias], en términos de química, fueron reemplazadas por los compuestos orgánicos provenientes de productos de limpieza y desinfección», aseguró Óscar Peralta Rosales, investigador del Centro de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y principal autor de la investigación, en el marco del Día Internacional del Aire Limpio.
«La química atmosférica es compleja y se desencadenaron reacciones que llevaron a la generación de casi la misma cantidad de ozono que en 2019 y 2018», explicó.
Los coautores, también de institutos de la UNAM, compararon las concentraciones de monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) y ozono (O3) del 1 de marzo al 31 de mayo en los años 2018, 2019 y 2020, el primer año de la pandemia.
Aunque los niveles de los dos primeros contaminantes presentaron una disminución por la política de Quédate en Casa, «inesperadamente, la concentración promedio de ozono diario era prácticamente indistinguible de la de los últimos dos años para el mismo lapso de tiempo», concluyó el estudio.
De hecho, la OMM halló «mejoras temporales localizadas» en la calidad del aire, pero también detalló que los niveles de ozono –a diferencia del dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno o el monóxido de carbono– se mantuvieron igual o incluso aumentaron pese a las medidas de confinamiento tomadas por algunos gobiernos como el de México.
El investigador Peralta Rosales atribuyó dicha presencia similar de concentración de ozono al empleo en altos volúmenes de los limpiadores de pisos y de objetos, así como de geles con alcohol, ya que son productos volátiles y, al estar en el aire, sus compuestos orgánicos reaccionan con los óxidos de nitrógeno que, sumados a la luz solar, forman este contaminante causante de enfermedades respiratorias.
«Las acciones de saneamiento durante el encierro pudieron haber inducido un mayor uso de productos de limpieza. Muchos de ellos contienen compuestos orgánicos, alcohol y cloruro», plantea el estudio.
Como resultado, aunque en 2020 y 2021 no se han registrado numerosas contingencias en la megalópolis a comparación de 2017 y 2019, han habido días con mala calidad del aire, sobre todo en temporadas con alta radiación solar e incendios forestales como la primavera.