De acuerdo con los investigadores, el hallazgo podría abrir nuevas perspectivas de estudio sobre cómo el cambio climático moderno afectará a la Tierra en los próximos siglos.

Londres, 31 ago (EFE).- Un equipo de científicos internacionales ha dado con la causa que se escondía detrás de uno de los casos más rápidos y drásticos de cambio climático en la historia de la Tierra, acontecido hace 55 millones de años.

El estudio, publicado este martes en la revista Nature Communications, indica que elevados niveles de mercurio desencadenaron el máximo térmico del Paleoceno-Eoceno (PETM, por sus siglas en inglés), un calentamiento global extremo que duró alrededor de 150 mil años y que comportó aumentos significativos de la temperatura.

Los investigadores hallaron que las cantidades de mercurio, detectado en muestras de núcleos sedimentarios del Mar del Norte bien conservados, disminuyeron durante las primeras etapas del abrupto cambio climático, lo que sugiere que algún otro depósito de carbono emitió importantes gases de efecto invernadero a medida que el fenómeno avanzaba.

Estos gases fueron liberados por grandes erupciones volcánicas, también responsables de la dispersión de mercurio, por lo que los científicos se propusieron medir el mercurio y el carbono en los núcleos de sedimentos para detectar cualquier vulcanismo antiguo.

«La sorpresa fue que no encontramos una relación simple de aumento del vulcanismo durante la liberación de gases de efecto invernadero», remarca en un comunicado el coautor del estudio Sev Kender, de la Universidad de Exeter, quien apunta a la hipótesis de que existió una segunda fuente de gases después de la actividad volcánica.

Mapas de ubicación de la Provincia Ígnea del Atlántico Norte (NAIP) y sitios de núcleos de sedimentos analizados en el estudio. Foto: Kender, S., Bogus, K., Pedersen, G.K. et al. Paleocene/Eocene carbon feedbacks triggered by volcanic activity. Nat Commun 12, 5186 (2021).

Según los científicos, la investigación, que también ha involucrado a expertos del British Geological Survey, la Universidad de Oxford, la Universidad Heriot-Watt y la Universidad de California en Riverside, podría abrir nuevas perspectivas de estudio sobre cómo el cambio climático moderno afectará a la Tierra en los próximos siglos.