El favipiravir es capaz de actuar como inhibidor de la polimerasa de ARN dependiente del virus para impedir la replicación y el posible escape de una partícula viral; mientras que, la nitazoxanida impide al virus sintetizar su cápside, salir e infectar otras células, al mismo tiempo que otorga un efecto inmunomodulador.
Ciudad de México, 29 de agosto (SinEmbargo).- Expertos del Departamento de Farmacología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav) forman parte del grupo científico interinstitucional que desarrolla el Ensayo Clínico del Estudio Fantaze que pretende desarrollar un tratamiento antiviral a través de la combinación de dos fármacos para combatir la infección temprana del coronavirus.
A través de un comunicado, Tania Smith Márquez, miembro del grupo científico de Carlos Hoyo Vadillo, investigador del Departamento de Farmacología del Cinvestav, dio a conocer que se propone una terapia antiviral con la administración de favipiravir y nitazoxanida, dos fármacos genéricos que tienen diferentes mecanismos de acción.
«El Ensayo Clínico del Estudio Fantaze en el que participan investigadores del Instituto Mexicano del Seguro Social, Cinvestav, la Universidad de Liverpool, la University College London y Hakken Enterprise, pretende realizar su ensayo clínico aleatorizado con placebo de terapia antiviral temprana contra COVID-19 en 120 pacientes derechohabientes del IMSS», dice dicho escrito.
El favipiravir es capaz de actuar como inhibidor de la polimerasa de ARN dependiente del virus para impedir la replicación y el posible escape de una partícula viral; mientras que, la nitazoxanida impide al virus sintetizar su cápside, salir e infectar otras células, al mismo tiempo que otorga un efecto inmunomodulador.
Investigadores del @cinvestav participan en un estudio que busca combatir al nuevo #coronavirus.https://t.co/nkBkIWIpTX pic.twitter.com/ro19ySo7dI
— Conexión Cinvestav (@ConexionCinves) August 20, 2021
La selección de los fármacos se llevó a cabo mediante un análisis de 162 porciones, hecho en la Universidad de Liverpool, que contaban con potencial actividad contra el SARS-CoV-2, y ambos coincidían con tener poca probabilidad de presentar interacciones farmacológicas.
Antes de hacer la selección de los medicamentos, se hizo un estudio previo mediante simulaciones computacionales, en las cuales se observó qué medicamentos contaban con la mayor probabilidad de tener una concentración suficiente en el tejido al que se buscaba llegar para erradicar el virus.
La dosis que se aplica también fue simulada a través de la computadora e indicó una concentración más certera para atacar el virus y se utilizará una un poco más elevada a la de otros estudios reportados con nitazoxanida.
«Se eligieron dos fármacos porque eso permite usar dosis más bajas; es muy común emplear terapias combinadas para tratar enfermedades difíciles como cepas resistentes de virus o bacterias y se usan combinaciones para atacar virus invasores por diferentes rutas; es como decir, atacamos al patógeno con un primer golpe y si trata de escapar lo atrapamos con un segundo», comentó Smith Márquez.
La ventaja de la propuesta radica en que dichos medicamentos y cuentan con acciones genéricas, que se traducen a precios accesibles. Cabe destacar que, al aplicar terapias combinadas es posible ofrecer dosis más bajas y por lo consiguiente se disminuye el riesgo de presentar efectos secundarios.
A esto se agrega que la nitazoxanida fue descubierta en la década de los 70. En México comenzó a utilizarse a partir de los 90 como un antiparasitario con actividad contra varios virus como influenza A, hepatitis C y VIH, entre otros. Sin embargo, se tiene evidencia de que se puede suprimir la tormenta de citocinas generadas durante la infección, y es capaz de llegar a relajar las vías aéreas de la infección por SARS-CoV-2.
El favipiravir es relativamente nuevo y obtuvo su patente contra cepas resistentes de influenza en 2014. En mayo de 2021 consiguió una opinión favorable por el Comité de Nuevas Moléculas de Cofepris para usarse contra el coronavirus, pero como no se encuentra de forma comercial en México, tuvo que importarse desde la India.
El ensayo clínico pretende verificar si con el tratamiento se consigue disminuir la carga viral al menos en un orden de magnitud de 10 veces, así como comprobar la existencia de un efecto en la infección. Posteriormente iniciar los estudios de farmacocinética para verificar la dosis y llevar a cabo estudios fisiológicos.
Carlos Hoyo Vadillo espera que los efectos de ambos fármacos den como resultado un beneficio para combatir el coronavirus.