Los investigadores consideran que su modelo de laboratorio tiene el potencial de servir con eficacia en el desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer.
Ciudad de México, 19 de agosto (RT).- Un equipo de científicos israelíes ha conseguido imprimir con éxito el primer tumor cerebral maligno activo del mundo utilizando una impresora 3D, siendo hasta el momento el modelo más complejo desarrollado en laboratorio, detalla un estudio publicado esta semana en la revista Science Advances.
Investigadores de la Universidad de Tel Aviv imprimieron un glioblastoma en un entorno similar al cerebro, incluido un complejo sistema de tubos que emulan a los vasos sanguíneos por los cuales puede circular sangre y medicamentos. Los modelos impresos dentro de un bioreactor se basaron en muestras de tumores de pacientes extraídas durante sus cirugías.
Microengineered perfusable 3D-bioprinted glioblastoma model for in vivo mimicry of tumor microenvironment | Science Advances https://t.co/cTGrUWYI8Q
— Dr Anthony Martin (@AMAinsight) August 19, 2021
«El glioblastoma es el cáncer más letal del sistema nervioso central y es responsable de la mayoría de las neoplasias malignas del cerebro», explicó la profesora Ronit Satchi-Fainaro, quien sostiene que los nuevos descubrimientos pueden ayudar a desarrollar mejores tratamientos contra la enfermedad.
Hasta ahora, las células cancerosas eran cultivadas en placas Petri en 2D, pero el cáncer, como todos los tejidos, se comporta de forma diferente en una superficie plástica que en el cuerpo humano. Esto provoca que cerca del 90 por ciento de potenciales medicamentos experimentales fallen en la etapa clínica al no lograr reproducir el efecto en los pacientes, señalan los autores.
Para abordar este problema, el equipo creó el primer modelo bioimpreso en 3D de un tumor de glioblastoma. Entre los múltiples hallazgos, encontraron que, a diferencia de todos los cultivos 2D que crecen al mismo ritmo, los tumores impresos en 3D muestran tasas de crecimiento variables, que es lo que se observa en humanos y animales.
Los científicos creen que los modelos bioimpresos tienen el potencial de ayudar a predecir de forma rápida, sólida y reproducible del tratamiento más adecuado para un paciente específico. De hecho ya han probado tres formas diferentes para el desarrollo de fármacos.
«Nuestra innovación nos brinda un acceso sin precedentes, sin límites de tiempo, a tumores 3D que imitan mejor el escenario clínico, lo que permite una investigación óptima», concluyó Satchi-Fainaro.