Primero fue el despido de Jorge F. Hernández. El escritor acusó intolerancia de Marx Arriaga, a quien dedicó un artículo donde criticaba supuestos dichos. Luego vino la respuesta de Arriaga en el programa “Los Periodistas” y posteriormente una carta de Daniel Goldin, quien es mencionado por ambos. Llegó el nombramiento de Lozano y ahora, la renuncia del responsable de la Diplomacia Cultural de Relaciones Exteriores.
Ciudad de México, 18 de agosto (SinEmbargo).–El Director Ejecutivo de Diplomacia Cultural de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Enrique Márquez, renunció esta mañana a su cargo en un capítulo más de la crisis generada por el despido del escritor Jorge F. Hernández y la contratación de Brenda Lozano para sustituirlo como agregada cultural de México en España.
«Les comparto la renuncia que acabo de presentar al Canciller Ebrard», publicó a través de su cuenta de Twitter, esto junto con el documento dirigido a Marcelo Ebrard, el titular la diplomacia mexicana, para informarle su decisión. Antes, el Presidente Andrés Manuel López Obrador había dicho que no se le consultó el nombramiento, que no condenó.
En su texto de renuncia, Márquez Jaramillo explicó que «después de haberlo reflexionado con toda seriedad y ánimo, he decidido presentarte mi renuncia con efectos a partir del próximo 1 de septiembre como responsable de la Diplomacia Cultural de la Secretaría de Relaciones Exteriores».
«Debido a los recientes y lamentables acontecimientos que se suscitaron por la decisión de dar por terminada la Comisión del Agregado Cultural de la Embajada de México en España, Jorge F. Hernández, y por el nombramiento de Brenda Lozano para sucederle en el cargo, considero que mis espacios de acción e interlocución con la comunidad cultural ya no son los de antes», agregó.
Les comparto la renuncia que acabo de presentar al Canciller Ebrard. SRE_mx @m_ebrard @DiplomaciacMX pic.twitter.com/cJtsyMyuWW
— Enrique Márquez (@emarquezj) August 18, 2021
«Por tal motivo considero muy difícil que podamos seguir construyendo con grandes resultados y consensos, como hasta ahora, la nueva Diplomacia Cultural que México necesita en estos momentos en los que la cultura debe jugar un papel clave en la reinvención del mundo”, dijo en la carta.
“Quiero notificarte que el día de ayer di respuesta puntual a la solicitud de información que me fue remitida por la Unidad de Transparencia de la Secretaría de Relaciones Exteriores sobre la terminación de la Comisión del Agregado Cultural de la Embajada de México en España. Con ese informe, la comunidad cultural y la opinión pública tendrán acceso a la documentación de los hechos que en buena medida fueron distorsionados o manipulados por una intensa campaña de redes sociales”, sostuvo.
«Finalmente, quiero expresar a través de ti mi gratitud a mis compañeros de la Secretaría, por su solidaridad probada. Sin los embajadores, cónsules y responsables de cultura en nuestras diversas representaciones, hubieran sido imposibles los logros que dejamos, que son muchos. A ellos refrendo mi amistad y cariño. Siempre propositivos y sinceros”, manifestó.
UNA CADENA DE HECHOS
La renuncia de Márquez era, de alguna manera, previsible. Le precede una tormenta y no está claro quién la provocó. En un último capítulo aparece Lozano, una joven escritora. Es quien sustituye a Hernández en la Embajada de México en España. Algunos lopezobradoristas consideraron que no tenía el perfil para ese puesto dado que ha expresado su desacuerdo con el Presidente López Obrador y su movimiento, identificado como “4T” o “Cuarta Transformación”.
Antes del nombramiento de Lozano, una carta. Daniel Goldin, director de la Biblioteca Vasconcelos de la Ciudad de México entre 2013 y hasta 2019, respondió a Marx Arriaga, director general de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), quien estuvo previamente en una entrevista con Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela, en el programa “Los Periodistas”, que se transmite por el canal de SinEmbargo Al Aire.
Goldin reviró a Arriaga que nunca tuvo un jardín privado dentro de la biblioteca y que no privilegió a Nexos o a Letras Libres cuando estuvo al frente de ese cargo, como el funcionario federal dijo. Y lo retó. Afirmó que no iba a poder probar sus acusaciones.
¿Y por qué habló Marx Arriaga? Porque Jorge F. Hernández fue despedido como agregado cultural de México en España, acusado de comentarios “muy ofensivos y misóginos” por Relaciones Exteriores, que le achacaban además “comportamientos graves y poco dignos” en contra de la Embajadora mexicana en Madrid, María Carmen Oñate.
Pero Jorge F. dijo en “Los Periodistas” que Enrique Márquez lo despidió por orden de Arriaga. Sobre la acusación de supuestos abusos verbales, que cuando llegó la carta de Márquez él se encontraba junto a la Embajadora Oñate y ambos, la supuestamente ofendida y él, se asombraron. Acusó a Marx Arriaga, de Materiales Educativos, de realmente estar detrás de su despido porque lo criticó después de que dijera, según él, ante promotores de la lectura, “una idea que ya no promueve ni Nicolás Maduro”, Presidente de Venezuela.
“Intenté combatir el pésimo mensaje que dio a los promotores de lectura, que yo he sido invitado a contagiarles delirios y placeres para que contagien a los niños el placer de la lectura y sí me sorprendió que él más bien […] entre otras cosas, coló ese concepto fundamental del materialismo histórico de Marta Harnecker, que ya no lo apuntala ni Nicolás Maduro, en donde sí, en resumidas cuentas, dijo que leer era producto del consumismo capitalista. Y dije, ‘no bueno ahora sí, perdón, pero yo quiero escribir algo en contra de este hombre’, sabiendo que me metía en un problema”, comentó Hernández.
En la entrevista con Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela es que aparece Daniel Goldin. Hernández dijo: “No me alcanzaron los párrafos para darle de veras una buena lidia [a Arriaga]. Me la debe desde que era director de la Biblioteca José Vasconcelos Daniel Goldin, un hombre íntegro, un hombre de libros, un hombre que fomentó la lectura entre niños como pocos lo han hecho en el mundo con la colección A la orilla del viento, que sigue existiendo en el Fondo de Cultura Económica. Y desde entonces yo quería decirle a Marx, o Marxisto, si me lo permite con cariño, que así no se hacen las cosas y así no se llega a una biblioteca que había rescatado Daniel. Fracasó en la biblioteca y ahora con los libros de texto, con la revisión que está haciendo, está augurando una ideologización que a mí me provocó mi artículo”.
Vino el turno de Arriaga. Dijo que él nunca habló de que la lectura era un acto capitalista y aseguró que él no es ningún privilegiado de Palacio Nacional, en respuesta a quienes lo identifican como un cercano de la escritora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Entre ellos, el mismo Jorge F. Hernández. “Somos colegas [él y Gutiérrez Müller]. Hemos coincidido en congresos, en publicaciones”, dijo.
Sobre Daniel Goldin, Arriaga dijo que él renunció y que entonces “entendí los ataques en aquel momento por la salida de Daniel, porque, bueno, muchos escritores, muchos veían a la Vasconcelos como un salón de juegos, como un patio privado donde podían hacer sus presentaciones, donde podían hacer sus cosas, una caja chica para poder sacar recursos para sus proyectos, etcétera y que eso se había acabado”.
“Después, cuando se enteran que ya no iba a haber contratos para revistas Nexos y Letras Libres, viene otra oleada de ataques, y ahora que estamos con un encargo en particular que es la reforma a los libros de texto, lo cual implica en el mercado del libro cerca de tres mil millones de pesos al año, pues ya saben, se vuelve un sujeto incómodo que hay que tumbar a como se pueda”, agregó.
Goldin, dijo, “tenía una nómina de cerca de 15 millones de pesos anuales y pues no se sostenía. Teníamos como presupuesto en ese año, en el 2020, tan sólo 10 millones para toda la red nacional de bibliotecas públicas, para siete mil 464 espacios y sólo para la Vasconcelos absorbía 15 millones, así que le solicité en aquel momento, en el plan de trabajo, que había que tener conciencia de la situación en la que nos encontrábamos, que había que apoyar a la bibliotecas más alejadas, a las más abandonadas, y que por eso había que reducir el personal de confianza, bajarlo”.
Y luego vino la respuesta de Goldin, quien respondió duramente a Arriaga.