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Las cifras nacionales de Estados Unidos muestran que el repunte más reciente de casos de coronavirus entre las embarazadas es menor que durante el pico invernal del brote. Sin embargo, en algunos hospitales de estados con bajas tasas de vacunación, el número de futuras madres enfermas supera a los registrados en otros repuntes, antes de que hubiera vacunas disponibles.

Ciudad de México, 13 de agosto (SinEmbargo).– Kristen McMullen, una mujer de West Melbourne, Florida, se embarazó de su primera bebé después de años de espera. Tres semanas antes del parto se sintió enferma. Sí, era COVID-19. Rápidamente los síntomas se convirtieron en neumonía.

Al ver su estado, los médicos decidieron actuar de emergencia y le practicaron cesárea. Cuando despertó, tuvo a su hija en los brazos. Luego murió.

“Pudo tener a Summer básicamente para sólo dos fotografías. En una tenía su máscara de respirar puesta y en la otra se la quitó. Y entonces se la llevaron inmediatamente a la unidad de cuidados intensivos”, explicó su tía Melissa Syverson a USA Today.

El marido de McMullen ha tenido que tomar un segundo trabajo para sacar adelante solo a la pequeña.
El marido de McMullen ha tenido que tomar un segundo trabajo para sacar adelante solo a la pequeña. Foto: Facebook Melissa Syverson

Los familiares de Kristen McMullen no han dicho si la joven madre se puso la vacuna. En Estados Unidos, aunque tienen dosis de sobra, amplios sectores de la población se han dejado influenciar por campañas contra la inmunización.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades exhortaron el miércoles pasado a todas las mujeres embarazadas a vacunarse contra la COVID-19, en un momento en que los hospitales de Estados Unidos están registrando números inquietantes de futuras madres sin inocular y gravemente enfermas.

Las mujeres que esperan un bebé corren mayor riesgo de presentar una enfermedad grave y complicaciones en su embarazo a causa del coronavirus, incluidos posibles abortos espontáneos y mortinatos. Pero sus tasas de vacunación son bajas: aproximadamente sólo el 23 por ciento de ellas han recibido al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19, de acuerdo con datos de los CDC (siglas en inglés del organismo médico).

El marido de Kristen McMullen y su recién nacida.
El marido de Kristen McMullen y su recién nacida. Foto: Facebook Melissa Syverson

“Las vacunas son seguras y efectivas, y nunca ha sido más urgente aumentar la inoculación, ya que nos enfrentamos a la variante Delta altamente contagiosa y estamos viendo graves desenlaces a consecuencia de la COVID-19 entre personas embarazadas sin vacunar”, señaló la directora de los CDC, la doctora Rochelle Walensky, en un comunicado.

Kristen McMullen no pudo volver a sostener a su hija en los brazos. Durante 15 días dio la batalla contra la muerte, y la perdió. Sólo pudo ver fotos en su celular, dijo Syverson a Fox35 Orlando.

El marido de McMullen ha tenido que tomar un segundo trabajo para sacar adelante solo a la pequeña y la familia ha emprendido una recaudación de fondos en una plataforma digital para buscar apoyos que paguen las facturas médicas y sirvan también para la pequeña Summer.

–Con información de AP

Redacción/SinEmbargo

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