Oaxaca cuenta con comida muy sabrosa que enamora a sus visitantes, entre la variedad de sus platillos hay varios que son imperdibles como la tlayuda o el caldo de piedras.

Ciudad de México, 15 de agosto (SinEmbargo).- Los platillos que forman parte de la gastronomía mexicana están llenos de sabor, aromas y cultura; además, cada entidad cuenta con comida representativa que siempre es un gusto descubrir para agasajar al paladar. Oaxaca es uno de los estados de la República que cautiva con sus platillos típicos, con esto en mente, Despegar, la empresa de viajes líder de Latinoamérica, compartió con los lectores de SinEmbargo, cinco platillos oaxaqueños que son parte de la riqueza culinaria de la región. Sin duda son un atractivo turístico importante para explorar.


MOLE

El mole es un platillo mexicano con mucha tradición. (Imagen ilustrativa) Foto: Shutterstock

La palabra proviene de la palabra Mulli, que significa potaje o mezcla y hace referencia a su principal característica que es la mezcla de diferentes ingredientes como: cacao, ajonjolí, maíz, pepitas y distintos tipos de chiles.

Oaxaca es llamada “la tierra de los siete moles” por la variedad de preparaciones de mole con los que cuenta este destino, por ejemplo: el negro, rojo, amarillo, verde, estofado y chichilo, en donde cada uno integra diversas semillas, especias y hierbas originarias del estado lo que lo hacen un platillo delicioso y un obligado. Este platillo tradicional se sirve en las festividades más importantes de Oaxaca y se acompaña de diversas carnes como el guajolote, pollo, res, chivo, gallina, cerdo e incluso pescado.

TLAYUDA

Una deliciosa y tradicional tlayuda. Foto: Pedro Valtierra, Cuartoscuro

La palabra “tlayuda” proviene del náhuatl tlalli, que significa maíz desgranado, y el sufijo español “uda” que significa abundancia. Este platillo se prepara con la base de una tortilla de maíz hecha a mano, que mide unos 30 centímetros o más y que tiene una consistencia única. La preparación tradicional consiste en poner sobre la tortilla frijoles refritos, queso, tasajo (un corte de res característico también del estado de Oaxaca), cecina o chorizo y se vende como un antojito o botana mientras se bebe mezcal o cerveza.

En 2020, la Tlayuda fue elegida en un concurso en redes sociales, como el platillo favorito de América Latina. Esto debido a su sabor, accesibilidad, e incluso de su versatilidad.

CALDO DE GATO

El nombre de este particular caldo tiene una gran historia, se dice que tiene que ver con la forma en la que se refieren a la clase social más baja dentro de las haciendas, pues eran ellos quienes degustaban de este platillo. También está la creencia de que cuando se estaban cociendo los ingredientes en la olla, un gato curioso cayó en ella. Sin importar cuál origen decidas creer, este platillo es un imperdible al visitar Oaxaca, se prepara con espinazo de res, garbanzos, zanahorias, chayotes, ejotes, jitomate, cilantro y chile pasilla. Por la anécdota y por el sabor, vale la pena probarlo.

TAMALES DE CHEPIL

Los tamales son un platillo tradicional mexicano que cambia de acuerdo a la región del país. (Imagen ilustrativa) Foto: Rodolfo Angulo, Cuartoscuro

Si bien en muchos lugares alrededor de la República Mexicana puedes encontrar los famosos tamales oaxaqueños, existen otro tipo de tamales que también son originarios de Oaxaca: los tamales de Chepil, que son elaborados con masa de maíz, manteca de cerdo batida, caldo de res o pollo, pero lo que los hace especial y por lo que llevan su nombre, es precisamente por la hojas de chepil, una planta que pertenece a la familia de las leguminosas que al madurar suelen ser utilizadas como quelites o como hierbas de olor, lo que le da a los platillos un toque único y un sabor realmente apetitoso.

CALDO DE PIEDRAS

El caldo de piedra es una receta ancestral única. Foto: Ollin Velasco vía Vice Media

Este es un platillo prehispánico y quizá uno de los más exóticos de la región, tanto en su preparación como en su historia. Además, es considerado como un platillo para honrar a la mujer y solo es elaborado por hombres, quienes se reparten las labores equitativamente.

Este caldo se cocina con agua, rebanadas de jitomate, chile verde, cebolla en rebanadas, ajos machacados y hierba santa. Los ingredientes se colocan en una jícara de barro y posteriormente se agregan dos o tres piedras del río (calientes, al punto de estar al rojo vivo). Esto es lo que permite la ebullición y cocción del caldo, al tiempo que le da un sabor realmente peculiar que vale la pena probarlo.

“La gastronomía mexicana es mundialmente reconocida, y no es para menos, hasta los viajeros con paladares exigentes disfrutan comer en este país. Viajar y probar platillos típicos es un hábito común de los viajeros nacionales y con mayor razón, de los turistas que nos visitan”, agregó Alejandro Calligaris, Country Manager de Despegar en México.

Redacción/SinEmbargo

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