La COVID es tema ahora de los más jóvenes. Nadie se confíe: muchos caerán graves
PorDaniela Barragán
26/07/2021 - 9:45 pm
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Iniciar la vacunación en adultos mayores trajo como beneficio que en esta tercera ola los hospitales no estén a reventar, como sí ocurrió en las dos anteriores, pero el hecho de que ahora sean los jóvenes los que protagonizan los contagios de COVID, puede traer más efectos a largo plazo.
Ciudad de México, 26 de julio (SinEmbargo).- Todos los mensajes que han emitido las autoridades sanitarias en las últimas semanas han ido dirigidos a los jóvenes, a quienes alertan que —como son los que aún no están vacunados— tienen que cuidarse de no enfermar de la COVID-19.
Lo han dicho de manera formal, desde la conferencia de prensa presidencial y hasta con su propio lenguaje: memes en los que señalan que “los cumbiones pueden esperar” o que “no usar cubrebocas no es de bichotas”.
Pero los datos muestran que para los jóvenes de 18 a 39 años ya fue mucha pandemia.
Las gráficas de la Secretaría de Salud (SSa) muestran que hasta hace unos cuatro meses los adultos de 50 y más eran los más propensos a enfermar. Esto ha dado un vuelco y ahora los que tienen entre 20 y 39 años son los que tienen el mayor número de casos acumulados.
En entrevista con SinEmbargo, el doctor Mauricio Rodríguez, profesor de la Facultad de Medicina y vocero de la Comisión de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para COVID-19, explicó que sí se observa un cambio en la edad promedio de los casos —tanto de los ambulatorios como de los hospitalizados— e incluso un importante incremento, en términos proporcionales, en la cantidad de pequeños de cero a cuatro años, de cinco a diez y de diez a 19 años diagnosticados con COVID, la mayoría de ellos con enfermedad leve e incluso asintomáticos.
“También se está viendo una disminución en la edad promedio de las personas hospitalizadas, ya que antes estaba en 55 o 56 años y ahora está bajando a los 40 años. Eso refleja el éxito de las vacunas porque ya no se hospitalizan a las personas de más de 50 años porque están vacunadas la mayoría, pero lo que pasa es que el virus está sobre los que no están protegidos, ya sea con medidas de prevención con vacuna o las medidas generales”, comentó el doctor Rodríguez.
Una de las principales consecuencias de que los contagios aumenten, de acuerdo con el académico, son las nuevas variantes: “mientras más casos positivos hay, existe una mayor probabilidad de que se generen nuevas variantes y ya con las que tenemos, si además ponemos las condiciones propicias para nuevas, vamos a tener una situación más delicada”.
Otra característica que hace diferente a la tercera ola de la COVID-19 respecto a las dos anteriores, es que casi la totalidad de pacientes son casos ambulatorios, es decir, son personas que no necesitan hospitalización y sobrellevan la enfermedad en casa.
Pero la realidad es que no por tratarse de jóvenes, la enfermedad en automático sea leve, ya que sí hay casos de hospitalizaciones. Actualmente, el número de pacientes enfermos hospitalizados de 35 a 39 años, es ya mayor a los de 80 a 84 años, considerados los más vulnerables a la enfermedad.
El último reporte de la Secretaría respecto a la capacidad hospitalaria nacional es que va en aumento. La ocupación de camas generales es del 33 por ciento, mientras que la ocupación de camas con ventilador, está en un 25 por ciento.
Con las cifras de defunciones pasa algo similar: si bien no son las que el país registró en diciembre y enero pasados, comienzan a ser constantes y al alza.
En los casos diarios acumulados es notorio el repunte de contagios, ya que de junio al corte del 25 de julio, se tienen en promedio 5 mil 749 casos nuevos de COVID-19.
EN JÓVENES TAMBIÉN HAY CASOS GRAVES
De acuerdo con la explicación del doctor Mauricio Rodríguez, aunque es una proporción pequeña, sí hay casos de jóvenes enfermos de COVID-19 que requieren hospitalización:
“Hay una proporción de casos. Ya sabemos que, hipotéticamente, de 100 enfermos, la mayoría estarán en casa; una minoría tendrá que acercarse a un hospital y de esos, una parte menor se debe hospitalizar y quizás sólo uno requiera cuidados intensivos”.
Pero aunque eso podría tomarse como una buena noticia, el tema de las secuelas también es importante, ya que alrededor de 8 de cada 10 personas que enferman de COVID tienen alguna secuela dentro de los siguientes seis meses después de la recuperación.
Las secuelas más comunes son dolor de cabeza, cansancio, dificultad para concentrarse, dificultad para respirar, dolor muscular y dolor de articulaciones.
“Eso interferirá su vida personal, laboral, su rendimiento académico. Y genera muchos costos en su entorno y en su institución. Por ningún motivo es conveniente que haya muchos contagios […] Depende de la severidad con la que tuvieron la enfermedad y de cómo cursaron la enfermedad. Los más leves quizás no presenten nada, los moderados un poco más, pero puede haber condiciones incapacitantes”, sostuvo.
Finalmente, el llamado del vocero de la UNAM es intentar hacer conciencia en los jóvenes, pero tampoco culparlos de todo el problema, ya que los elementos que generaron la tercera ola son el aumento de movilidad y la confianza de los adultos por estar vacunados.
“El llamado es a pensar en lo colectivo, entender que somos parte de una cadena y que todos estamos conectados. Los jóvenes son parte de eso y pueden ser problema o solución. Necesitamos que se cuiden, que ayuden a que no haya contagios, que resistan, que sigan ayudando a sus comunidades, que sigan cuidándose, que se diagnostiquen pronto, que se aíslen si se sienten enfermos. La confianza es parte de la solución, ya que si alguien se enferma y no le dice a nadie y se va con todo un grupo de amigos, ya contagia a más”, concluyó el doctor Rodríguez.
Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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