México

“Han despertado un ejército”. Eso se escuchó en una de las bocinas que grupos provida colocaron frente a la Suprema Corte. Adentro, la decisión estaba tomada: en México ninguna mujer debe ir a la cárcel por abortar.

Ciudad de México, 8 de septiembre (SinEmbargo).- Justo cuando en México hay una ardua discusión sobre el conservadurismo en la política, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidió este martes, por unanimidad y conforme a derecho, marcar la ruta para que en cada estado se creen leyes que respeten la decisión de una mujer que decida interrumpir su embarazo.

“A parir de ahora no se podrá, sin violar el criterio de la Corte y la Constitución, procesar a mujer alguna que aborte […] A partir de ahora se inicia una nueva ruta de libertad, de claridad, de dignidad y de respeto a todas las personas gestantes, pero sobre todo a las mujeres. El día de hoy es un paso más en la lucha histórica por su igualdad, por su dignidad y por el pleno ejercicio de sus derechos”. Esas fueron las palabras finales del Ministro Presidente Arturo Saldívar al finalizar la sesión que fue catalogada como histórica por el avance en materia de libertades y derechos de las mujeres.

En todo el continente americano, la lucha por la despenalización del aborto se convirtió en uno de los estandartes principales de las luchas feministas. Acompañado de la exigencia de una educación sexual y de anticonceptivos, durante años las mujeres han intentado ganar terreno en esta cancha. En México sólo cuatro estados permitían la interrupción legal de un embarazo. Pero con la decisión de ayer, se espera que esto cambie.

La discusión de ayer en la Corte fue clara. En voz de la Ministra Margarita Ríos Farjat, “Nadie se embaraza en ejercicio de su autonomía para después abortar”. El pasado lunes, el Ministro Zaldívar comentó que la penalización termina por afectar a las mujeres más vulnerables, a las que viven en condiciones de pobreza porque se someten a procedimientos clandestinos que las enferman de por vida o las llevan a la muerte.

También se concluyó que la criminalización del aborto impide el cumplimiento del derecho de las mujeres a algo tan básico como decidir sobre sus cuerpos; que el derecho a interrumpir un embarazo es algo relacionado con la salud, por lo que se requiere que quede garantizada esa posibilidad y además, que la maternidad no es un destino impuesto desde el Estado.

El Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), una organización feminista que difunde información objetiva, científica y laica sobre el aborto en México, celebró el fallo histórico de la Suprema Corte al considera que es el reflejo de una histórica lucha del movimiento feminista por el aborto legal, seguro y gratuito.

“En términos muy sencillos implica que nunca más un juez o una jueza federal o local podrán mandar a la cárcel a una mujer o a una persona con capacidad de gestar que aborte. Este es un mensaje poderoso y marca un antes y un después para los derechos reproductivos de las mujeres”, dijo en entrevista Melisa Ayala, coordinadora de litigio en GIRE.

Ayala consideró que la decisión de la Corte busca mecanismos para no imponer ideas individuales sobre lo legal porque “la moral no es una finalidad legítima para criminalizar a las mujeres usando el derecho penal”.

Sobre el aborto en los estados del país, señaló que “falta que se haga efectivo este derecho porque si bien el derecho a decidir está consagrado en el artículo 4 de la Constitución, en muchas ocasiones los derechos se pueden quedar en el papel. Hace falta que salga de los códigos penales en todos los estados, pero que también que en los estados se vaya regulando el tema del aborto”.

GIRE celebró el fallo histórico de la Suprema Corte al considera que es el reflejo de una histórica lucha del movimiento feminista por el aborto legal, seguro y gratuito. Foto: Cuartoscuro.

LA LUCHA “PROVIDA” CONTINUARÁ

La prensa internacional destacó que la decisión de la Corte provoca un impacto ineludible, al ser el segundo país con más católicos en el mundo. A las fueras de la Corte eso se hizo evidente, ya que no hubo presencia de mujeres feministas, sólo de personas con pañuelo azul, el símbolo de quienes están en contra del aborto.

A las afueras de la Corte, rezaron por las mujeres que atraviesan por embarazos en crisis. Llegaron puntuales a la discusión. Asentaron que el aborto es un feticidio agravado; que hay mujeres que nacieron de una violación y que su madre decidió tenerlas; que no se necesita el aborto, sino soluciones; que la despenalización del aborto es un abuso del poder, del fuerte sobre el débil e indefenso y que una verdadera feminista lucha por los derechos también de las mujeres en el vientre.

A las afueras de la Corte, rezaron por las mujeres que atraviesan por embarazos en crisis. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

Minutos después de que se diera la votación, en el megáfono de los rezos se escuchó: “han despertado un ejército”, acompañado de comentarios de que ellos, los “provida” estarán listos para contrarrestar lo aprobado por la Corte.

“Nuestra generación no se quedará de brazos cruzados. No somos antiderechos. Ser antiderechos es estar en contra del primer derecho y el más importante que es el de la vida. Claro que queremos mujeres vivas, por eso estamos en contra del aborto, las que queremos sanas desde el vientre […] esta es la juventud provida, México es provida”.

Alondra Rojas, de 18 años, a las afueras de la SCJN criticó lo decidido. A su ver, esto impactará en todos los estados, lo que calificó de “injusto”.

“Las clínicas de abortarías están llenas de jovencitas menores de edad, que están siendo violentadas que no tienen idea de lo que les viene después del aborto. Han violentado la libertad de cada estado. Nosotros no queremos aborto, queremos libertad”, comentó.

Añadió que hay un claro tema con la religión y el actual Presidente Andrés Manuel López Obrador: “A nosotros como cristianos nos hacen sentir menos por el hecho de serlo. Nuestro Presidente es mormón, a él lo que le importa es ser el protagonista de todo, esta es una orden directa de él, lo sabemos y es lo que más coraje da”.

Grupos provida protestan afuera de la Suprema Corte. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

Jorge Vera, un manifestante que durante horas cargó un feto de silicón, dijo que el resultado de la votación es indignante porque “no se valora la vida humana de los no nacidos en México”.

Consideró que es falso que aprobar estas leyes ayuden a las mujeres “porque son las principales víctimas del aborto, no es la solución, la solución es elegir la vida y nosotros vamos a seguir trabajando para salvar la vida de las madres y de los niños”.

En medio del grupo que rezaba, estaba la doctora María de la Luz Sánchez, integrante del grupo Médicos Por la Vida, que defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

Ella dijo que la decisión afecta a todas las personas y que es necesario que la gente se entere de lo que es un aborto: “en Rusia rectificaron de que el aborto les salió que el aborto afecta moral y psicológicamente y produjo problemas de infecciones y muertes”.

Mujeres rezando afuera de la sede de la SCJN. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

Se le cuestionó sobre cómo atiende a sus pacientes que buscan interrumpir su embarazo. Contó que llegó una mujer a “exigirle” que le hiciera un aborto porque no quería ser madre.

“Ella usaba métodos anticonceptivos que le quitan el deseo materno y rechazan a los bebés, a sus hijos y al esposo. Son los métodos hormonales. Le di un antídoto contra eso y terminando el tratamiento la señora que ya quería al bebé”. El antídoto era un medicamento de homeopatía ortodoxa.

Sobre el tema de homologar la temporalidad para abortar a las 12 semanas como en la Ciudad de México, la doctora dijo que no era una interrupción, sino un embarazo: “se mata al niño porque se desmembra. Se lastima la matriz y eso no le dicen a las mujeres. Fuera la ignorancia. No saben que se desbarata al bebé, que se rompe la cabeza. Yo busqué esta profesión para la vida, no para matar”.

Daniela Barragán

Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.

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