Los investigadores estudiaron la leche materna de siete mujeres luego de que se les aplicaran vacunas de ARNm, y no hallaron rastros del biológico, lo que podría disipar las preocupaciones de quienes han rechazado la vacunación o han interrumpido la lactancia debido a la preocupación de que la vacunación pueda alterar la leche humana.

Madrid, 18 de julio (EuropaPress).- Las vacunas de ARN mensajero contra la COVID-19 no se detectan en la leche humana, según un pequeño estudio de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos), lo que proporciona una primera prueba de que el ARNm de la vacuna no se transfiere al lactante.

El estudio, que analizó la leche materna de siete mujeres después de que recibieran las vacunas de ARNm y no encontró ningún rastro de la vacuna, ofrece los primeros datos directos sobre la seguridad de las vacunas durante la lactancia y podría disipar las preocupaciones de quienes han rechazado la vacunación o han interrumpido la lactancia debido a la preocupación de que la vacunación pueda alterar la leche humana.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que se vacune a las personas en periodo de lactancia, y la Academia de Medicina de la Lactancia ha dicho que hay poco riesgo de que las nanopartículas de las vacunas o el ARNm entren en el tejido mamario o se transfieran a la leche, lo que teóricamente podría afectar a la inmunidad de los bebés.

«Los resultados refuerzan las recomendaciones actuales de que las vacunas de ARNm son seguras en la lactancia, y que las personas en periodo de lactancia que reciban la vacuna COVID no deben dejar de amamantar», explica Stephanie L. Gaw, una de las responsables del estudio, que se ha publicado en la revista JAMA Pediatrics.

«No detectamos el ARNm asociado a la vacuna en ninguna de las muestras de leche analizadas. Estos hallazgos proporcionan una evidencia experimental con respecto a la seguridad del uso de vacunas basadas en ARNm durante la lactancia», detalla el autor principal, Yarden Golan.

El estudio se llevó a cabo de diciembre de 2020 a febrero de 2021. La edad media de las madres era de 37.8 años y sus hijos tenían edades comprendidas entre un mes y tres años. Se recogieron muestras de leche antes de la vacunación y en varios momentos hasta 48 horas después de la vacunación.

Los investigadores descubrieron que ninguna de las muestras mostraba niveles detectables de ARNm de la vacuna en ningún componente de la leche. Los autores señalaron que el estudio estaba limitado por el pequeño tamaño de la muestra y dijeron que se necesitaban más datos clínicos de poblaciones más grandes para estimar mejor el efecto de las vacunas en los resultados de la lactancia.

El estudio se llevó a cabo de diciembre de 2020 a febrero de 2021. Foto: Cuartoscuro