El síndrome inflamatorio multisistémico es una condición poco común provocada por una infección por SARS-CoV-2 que causa una inflamación generalizada en todo el cuerpo. Según la investigación, muchos niños con MIS-C eran asintomáticos o tenían síntomas leves de COVID-19 al principio, pero semanas después desarrollaron una variedad de síntomas no respiratorios que incluían dolor abdominal, erupciones cutáneas, anomalías cardíacas y, en algunos casos, shock vasodilatador.

Madrid, 18 de julio (EuropaPress).- La COVID-19 causa un espectro de enfermedades en los niños y adolescentes sanos, aunque en la gran mayoría cursa de una manera asintomática o con síntomas leves, existe una pequeña cantidad de niños que desarrollan síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C), una afección pediátrica poco frecuente pero que puede poner en peligro la vida del paciente y que puede causar una inflamación grave en órganos como el corazón, el cerebro, los pulmones, los riñones y el sistema gastrointestinal.

El diagnóstico y el tratamiento del MIS-C es difícil porque los síntomas respiratorios y gastrointestinales pueden ser similares a los del COVID-19 grave. Otras características del MIS-C son muy similares a la enfermedad de Kawasaki, que provoca la inflamación de los vasos sanguíneos, y con el que se confundía al inicio de la pandemia.

Mucho se ha avanzado desde el desconcierto inicial ante su aparición a ahora. De hecho una pequeña investigación – hay que reiterar y tener en cuenta que solo se desarrolla por un porcentaje mínimo de niños con coronavirus-, muestra que los problemas cardíacos en niños hospitalizados con síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C) desaparecieron en su mayoría en unos pocos meses.

El estudio, realizado por investigadores de La Universidad de Columbia Vagelos College of Physicians and Surgeons y NewYork-Presbyterian en EU, acaba de ser publicado en Pediatrics. Realizado en una muestra de 45 pacientes con MIS-C es el primero en América del Norte en informar sobre los resultados cardíacos e inmunológicos longitudinales en niños hospitalizados con MIS-C.

«Es un alivio que este estudio muestre que la mayoría de las manifestaciones cardíacas e inmunológicas graves que vimos en los niños con MIS-C se resolvieron rápidamente» , ha señalado Kanwal M. Farooqi, profesor asistente de pediatría en el Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia y primer autor del estudio.

MIS-C es una condición poco común provocada por una infección por SARS-CoV-2 que causa una inflamación generalizada en todo el cuerpo. Muchos niños con MIS-C eran asintomáticos o tenían síntomas leves de COVID-19 al principio, pero semanas después desarrollaron una variedad de síntomas no respiratorios que incluían dolor abdominal, erupciones cutáneas, anomalías cardíacas y, en algunos casos, shock vasodilatador (presión arterial extremadamente baja).

Algunos de los primeros casos de MIS-C en los Estados Unidos fueron atendidos en la primavera de 2020 por pediatras de Columbia en el NewYork-Presbyterian Morgan Stanley Children’s Hospital. «Fue a la vez desafiante y aterrador, porque no sabíamos cómo les iría a estos pacientes a largo plazo, especialmente en términos de anomalías cardíacas e inmunológicas, que eran los problemas más importantes en ese momento» , señala Farooqi, que también es pediatra cardiólogo del NewYork-Presbyterian Morgan Stanley Children’s Hospital.

Cuando ingresaron por primera vez en el hospital, la mayoría de los 45 niños (edad promedio de 9 años) en el estudio estaban críticamente enfermos y requerían cuidados intensivos. Casi el 80 por ciento de los niños tenía algún tipo de disfunción cardíaca y casi la mitad tenía anomalías cardíacas de moderadas a graves, incluida la disminución de la capacidad del corazón para bombear correctamente, dilatación de las arterias coronarias y fugas en las válvulas cardíacas.

Dos tercios de los niños experimentaron una disminución temporal en la cantidad de glóbulos blancos durante su estadía en el hospital. La mayoría tenía un aumento en los marcadores inflamatorios y más de la mitad también tenían marcadores cardíacos específicos elevados que indicaban una lesión cardíaca.

Los investigadores encontraron que las anomalías inmunológicas y los marcadores de lesión cardíaca volvieron a la normalidad unas pocas semanas después de que los niños salieran del hospital. Foto: Cuartoscuro

¿CUÁL FUE EL TRATAMIENTO?

Los médico trataron a los niños con esteroides y la mayoría recibió inmunoglobulina e inmunomoduladores intravenosos. Un tercio recibió asistencia respiratoria, aunque ninguno requirió ECMO (una máquina externa de soporte vital). Más de la mitad recibió terapias para aumentar y mantener la presión arterial.

«Estos niños estaban bastante enfermos, pero en nuestro hospital, donde comenzamos a usar esteroides y otros tratamientos de manera rutinaria para MIS-C, la mayoría de los pacientes respondieron rápidamente y fueron dados de alta en unos cinco días», ha explicado Farooqi.

Los investigadores encontraron que las anomalías inmunológicas y los marcadores de lesión cardíaca volvieron a la normalidad unas pocas semanas después de que los niños salieran del hospital. A los cuatro meses, la mayoría de las anomalías cardíacas se habían resuelto, incluidas todas las anomalías de las arterias coronarias.

Un tercio de menores recibió asistencia respiratoria, aunque ninguno requirió ECMO (una máquina externa de soporte vital). Más de la mitad recibió terapias para aumentar y mantener la presión arterial. Foto: Cuartoscuro

«Es reconfortante que nuestros resultados cardíacos e inmunológicos fueron similares a los informados en un estudio retrospectivo reciente de niños hospitalizados en el Reino Unido con MIS-C», explica Farooqi.

La mayoría de los niños continuaron bien varios meses después de ser hospitalizados con MIS-C. Sin embargo, dada la ausencia de datos a largo plazo, están recomendando que los niños que tenían una disfunción más que leve en la ecografía cardíaca deben hacerse una resonancia magnética cardíaca a los seis meses y ver a un pediatra antes de ser autorizados para deportes competitivos.