Economía

Ahora al interior de la planta estará autorizada la presencia de inspectores de la Secretaría del Trabajo para impedir tácticas de intimidación, así como de observadores de la Organización Internacional del Trabajo.

Ciudad de México, 9 de julio (AP) — Los gobiernos de México y Estados Unidos anunciaron el jueves un plan para resolver una queja laboral presentada por autoridades estadounidenses en torno a los intentos de un sindicato para robarse una votación en una planta automovilística del norte de México.

La Secretaría de Economía se comprometió el jueves a sancionar cualquier acción contraria al nuevo voto de legitimación del contrato colectivo, a permitir la asistencia de inspectores y a que la votación se realice a más tardar el 20 de agosto en la planta de General Motors en la ciudad de Silao, estado de Guanajuato. Además la votación se efectuará dentro de la planta, no en las oficinas del sindicato que supuestamente intentó destruir las papeletas.

A partir de la semana entrante, estará autorizada la presencia de inspectores de la Secretaría del Trabajo en el interior de la planta para impedir tácticas de intimidación, así como de observadores de la Organización Internacional del Trabajo.

Sin embargo, se desconoce si bastará con esos compromisos. Los empleados en la planta se han quejado de que la añeja organización sindical Confederación de Trabajadores de México (CTM) ha recurrido a tácticas como promesas y amenazas a delegados sindicales, y ofrecer vehículos en rifas, a fin de ganar la votación.

El representante federal demócrata Bill Pascrell Jr. elogió el plan. Pascrell escribió: “Mantengo la esperanza de que los tratos secretos deshonestos entre corporaciones corruptas, sindicatos depredadores de protección y funcionarios gubernamentales nefastos se vuelvan cosa del pasado”.

La queja fue presentada en mayo en conformidad con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), después de que el sindicato de la vieja guardia fuera sorprendido supuestamente destruyendo los votos. Un nuevo sindicato intenta desbancar al de la CTM en la planta. Durante décadas, sindicatos corruptos mexicanos firmaban “contratos de protección” con bajos salarios a espaldas de los trabajadores.

El Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida previsto en el nuevo acuerdo comercial del T-MEC permite a un panel determinar si México está haciendo cumplir sus leyes laborales que permiten a los trabajadores escoger su sindicato y votar para aprobar los contratos colectivos y elegir a sus representantes. Si se determinara que México no está aplicando sus leyes, podrían invocarse sanciones, incluyendo prohibir el ingreso de algunas mercancías a Estados Unidos. La queja en mayo fue la primera presentada en el esquema del T-MEC.

Los trabajadores automovilísticos mexicanos ganan entre una octava y una décima parte del sueldo de sus colegas estadounidenses, lo que ha causado una reubicación a gran escala de plantas automovilísticas en México y la pérdida de empleos en Estados Unidos.

Durante décadas, las votaciones sindicales en México se efectuaban a mano alzada o simplemente no las había. Los trabajadores de muchas fábricas del país ni siquiera estaban enterados de que tenían sindicato hasta que veían en sus recibos salariales que les descontaban las cuotas sindicales.

Como parte de los esfuerzos para concretar el T-MEC, que reemplazó al antiguo Tratado de Libre Comercio de América del Norte, México aprobó reformas laborales que establecen que todas las votaciones sindicales serán a voto secreto y los trabajadores podrán sufragar para seguir en su actual sindicato o no.

La queja se derivó de una votación en abril entre los seis mil 494 empleados de la planta de transmisiones y camionetas pickup de GM en Silao.

Los trabajadores en la planta debían votar si querían reconocer o no al sindicato que ha controlado por mucho tiempo el contrato colectivo de la planta. Ese sindicato forma parte de la CTM, que a su vez era parte del Partido Revolucionario Institucional, el cual gobernó México la mayor parte del siglo pasado.

En un comunicado emitido en mayo, GM dijo que “apoya las disposiciones laborales del T-MEC, incluido el mecanismo de respuesta rápida”, y señaló que cooperará con las autoridades “para garantizar la integridad de la votación sobre el contrato colectivo en el complejo manufacturero en Silao”.

“No creemos que General Motors haya estado involucrada en las presuntas violaciones que ocurrieron en nuestra planta en Silao”, indicó la empresa, aunque señaló que había contratado a un asesor externo para efectuar una investigación sobre lo sucedido.

La Secretaría del Trabajo invalidó la votación de abril.

México continúa en medio de un proceso en el que se efectúan votaciones en los centros de trabajo para aceptar o rechazar a los sindicatos actuales. Dicho proceso comenzó en 2019 y concluye en 2023, y deberá efectuarse en todos los centros de trabajo sindicalizados en México.

Algunos expertos han criticado el proceso, porque a los empleados no se les permite elegir entre un nuevo sindicato y uno antiguo. En cambio, en esencia se les pide que escojan entre el antiguo sindicato y ninguno.