Entrevista

Este miércoles llega a la plataforma de Netflix la serie Somos, creada por James Schamus y basada en el reportaje ganador del Premio Pulitzer «Anatomía de una masacre» sobre los eventos violentos hechos por el crimen organizado que acabaron con la vida de decenas personas. Una serie de seis episodios que se aleja de las narcoseries.

Ciudad de México, 29 de junio (SinEmbargo).– El 18 de marzo de 2011 se registró en Allende, en el estado de Coahuila, una masacre. Hordas de sicarios del cartel de los Zetas entraron a la ciudad y asesinaron a decenas de personas en total impunidad. A 10 años de los hechos, Netflix revive este episodio silenciado por años a través de la serie Somos.

El título de seis capítulos está basado en el reportaje «Anatomía de una masacre», escrito por la periodista estadounidense Ginger Thompson y del cual James Schamus compró sus derechos para convertirlo en la serie de ficción de la mano de las escritoras mexicanas Monika Revilla y Fernanda Melchor.

«Una razón para revisar este evento es porque no ha terminado. Por un lado, es importante recordar y utilizar nuestras herramientas y compromiso para traer a la vida estos sucesos que han sido pasados por alto y suprimidos, pero al mismo tiempo reconocer que esto está en curso y que las mismas estructuras de poder y violencia crean situaciones que resultan en tragedias como aquellas en Allende que son continuamente producidas y reproducidas. El ponerlas en contexto humano, y permitir que la cultura pop las presente de distintas y nuevas maneras, espero sean más humanas, puede ayudarnos a negociar formas para romper con esas estructuras de violencia», destaca James Schamus en entrevista con SinEmbargo.

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La tarde de ese 18 marzo las calles de Allende se llenaron con cerca de 50 camionetas con hombres armados vinculados al cartel, ingresaron a las casas, las saquearon, algunas fueron quemadas y otras destruidas con maquinaria pesada. Las personas que vivían ahí fueron asesinadas y llevadas a un rancho a las afueras de Allende donde quemaron los cuerpos.

La ira de los Zetas fue provocada por una filtración de la DEA cuando compartió con una unidad en la Ciudad de México que los teléfonos de sus miembros estaban siendo rastreados, pues alguien de los suyos los había traicionado.

Oficialmente se habla de 28 muertos y desaparecidos, las asociaciones que han apoyado al caso cuentan hasta 300 víctimas. El reportaje de Thompson, junto a ProPublica y National Geographic, identifican a al menos 60 personas.

Agentes de la DEA. Foto: Netflix
Las escenas violentas fueron sumamente cuidadas en la serie. Foto: Netflix

Somos, al igual que «Anatomía de una masacre», es relatado a través de las historias de personas que fueron testigo de este crimen, sólo que la serie retoma algunos de los datos de los testimonios para contarlos desde la ficción.

La tarea de Monika Revilla y Fernanda Melchor fue crear personajes fieles al reportaje, que partieran desde lo humano, a la par que mantuvieran sensibilidad hacía las víctimas de la masacre.

«Nuestra labor consistió en convertir a esas personas reales que ofrecieron su testimonio en personajes de ficción, por supuesto, similares pero no iguales, porque no queríamos revictimizar la experiencia de estas personas que de por sí estaban siendo lo bastantes valientes para contar lo que pasó para que encima repitiéramos el trauma con sus historias tal cual en la pantalla, no era el caso. Fue un verdadero reto hacer esto y siempre teniendo en cuenta que la ficción es otra forma de contar y de abordar la realidad. A través de la condensación simbólica que implica la ficción también podemos hacer referencia a la realidad», explica Melchor.

Las escritoras eligieron seis líneas narrativas para Somos. Rancheros al que narco usurpó sus tierras, agentes de la DEA sobre los Zetas, bomberos amenazados por cumplir su trabajo, mujeres capturadas por el narco; hasta otras que son también funcionan como testigos y víctimas de la violencia pero que muestran otros valores como el amor y la amistad, el lado más humano.

Contar estas historias desde la escritura de Monika y Fernanda, fue para James Schamus un elemento clave para sacar la serie, pues comúnmente estas realidades violentas son contadas desde perspectivas masculinas.

«El reporte de los hechos de Allende de Ginger Thompson fue posible gracias a mujeres muy valientes principalmente, que estaban dispuestas a alzar sus voces y que continúan hasta el día de hoy siendo las que nos presionan por la responsabilidad y el reconocimiento de sus recuerdos. Me di cuenta de que en la cultura pop, la mayoría de las historias que tienen que ver con narcos, trata de personas, y todas estas cosas, están todas centradas en los hombres. Nuestra fantasía es que estamos acostumbrados a vivir con estas realidades que usualmente son muy masculinas y desde el día uno fue muy importante para mí tener voces de mujeres que lideren nuestro equipo a través del proceso para asegurarnos de que estas perspectivas no son sólo parte de la historia, sino que la historia misma realmente se dirigiera a través de esas voces».

Mercedes Hernández en el papel de doña Chayo. Foto: Netflix
Jesús Sida es un actor natural que interpretó a «Paquito». Foto: Netflix

NO ES OTRA NARCOSERIE

Hacer una lista de narcoseries resulta fácil y ya no es corta. Títulos como El señor de los cielos, Pablo Escobar, el patrón del mal, El Chapo, Narcos, El Chema… son producciones con las que estamos familiarizados y que nos han puesto hasta el cansancio esta apología a la figura del narco. Pero Somos está muy distante a ello. La serie de Netflix fluye a partir de los personajes que están en medio de este contexto de la violencia del crimen organizado, ellos reaccionan en él.

La serie busca conmemorar la voces de los sobrevivientes incluso desde el manejo de la violencia, que funciona en Somos como recurso sólo para explicar el contexto de lo que sucedió y no como una herramienta para «vender» y que sea parte de «show», como los explica Monika Revilla:

«Lo que no queríamos hacer era caer en la pornografía. Lo que no queríamos hacer era repetir la manera en que se trata la violencia normalmente en las narcoseries. Sentíamos que había una necesidad de contar la violencia que está pasando en este país de manera más realista y sin que sea un espectáculo, sin que sea un show para entretenimiento, sin tratar a la violencia como decoración de fondo que en muchas otros proyectos puede hacerse así. Tratar de retratar la violencia de una manera más cercana como realmente se vive la violencia de pie de calle».

El foco de la serie no son los narcotraficantes, sino las personas en las que la violencia recae. De hecho, la idea de ello recae desde el título y el póster, que da rostro a las víctimas y las hace parte de un todo.

Monika Revilla explica que se buscó representar los relatos de un hecho tan lamentable de una forma honesta, presentando al espectador esa violencia incluso con la se vive día a día sin necesidad de convertirla en el gacho atractivo.

«La violencia muchas veces es una fuerza mucho más sutil, por ejemplo, cuando ves un coche extraño y te asustas, cuando les dices a tus amigos que te llamen cuando lleguen a su casa, en ese anunciado hay miedo y una conciencia de que tenemos que cuidarnos entre nosotros. Cuando te da miedo pararte en un alto por lo que te vaya pasar, cuando estás caminando en la calle y volteas para atrás todo el tiempo para ver si alguien te está siguiendo, así es como se vive la violencia muchas veces. También hay explosiones, también hay balazos, pero creemos que era importante empezar con un volumen muy tenue la serie para irla escalando poco a poco para el episodio final que ya es el gran evento. Sentimos que hacía falta reflejar las experiencias reales de una manera que pareciera más honesta».

Somos combina la actuación de profesionales con no profesionales ofreciendo un balance en el que se buscaba la naturalidad. La serie se comenzó a filmar en 2019 en distintos lugares del estado de Durango como la capital y un Centro de Readaptación Social vacío que sirvió como escenario para representar al penal de Piedras Negras. La ciudad de Torreón, Coahuila, y Los Ángeles, California también funcionaron como locaciones.

La serie cuenta con una exposición virtual, curada por Ana Elena Mallet, que alberga el Museo de Memoria y Tolerancia. Ahí el público puede conocer más de cerca aspectos del título del Netflix, así como conocer más a fondo la cultura de la ciudad de Allende, Coahuila. Estará disponible hasta el 22 de julio en la página somos.myt.org.mx.

Póster de Somos. Foto: Netflix
Bianka Estrada

Me gusta hablar sobre series, películas, documentales y mucho streaming. Cine mexicano para todos. Le busco el otro lado al entretenimiento: el social. Datos y datos para no aburrirnos.

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