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ADVERTENCIA: IMÁGENES FUERTES

El afroamericano Ronald Greene murió tras una persecución en Luisiana en mayo de 2019. Las autoridades informaron que el deceso fue por las heridas que sufrió en un accidente automovilístico. Dos años después, la agencia AP tuvo acceso al video de la cámara corporal de uno de los agentes involucrados y las imágenes revelan que hombre fue víctima de abuso policial.

 NUEVA ORLEANS (AP) — Policías estatales de Luisiana, EU, fueron grabados por una cámara corporal usando armas aturdidoras, dando puñetazos y arrastrando a un hombre afroamericano mientras éste se disculpaba por haber tratado de escapar en su automóvil, imágenes que son los últimos momentos del hombre y que The Associated Press obtuvo luego que las autoridades se negaron a publicarlas por dos años.

“¡Soy tu hermano, tengo miedo! ¡Tengo miedo!”, dice Ronald Greene mientras los policías blancos usan repetidamente un arma de electrochoques contra él antes de que siquiera pueda salir del auto en un camino rural oscuro.

El arresto del 2019 en las afueras de Monroe, Luisiana, es objeto de una investigación federal de derechos civiles. Pero a diferencia de otros casos de muertes bajo custodia policial en el país en los que el video de las cámaras corporales es dado a conocer casi inmediatamente, el caso de Greene se ha mantenido en secreto y ha sido objeto de acusaciones de encubrimiento.

Funcionarios de Luisiana se han negado en repetidas ocasiones a dar a conocer el video y detalles de las causas de la muerte del hombre de 49 años. Inicialmente, los policías estatales le dijeron a la familia Greene que éste había muerto por impacto tras chocar con un árbol durante la persecución. Después, la Policía Estatal emitió un comunicado de una página en el que dijo que Green forcejeó con los agentes y murió camino al hospital.

Solamente ahora, en el video tomado por una cámara corporal de un policía y que fue obtenido por la AP, el público puede ver por primera vez parte de lo sucedido durante el arresto.

El clip de 46 minutos muestra a un policía derribando a Greene al suelo, aplicándole una llave de estrangulación y dándole puñetazos en el rostro mientras se puede escuchar a otro policía gritándole insultos.

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Greene grita “¡lo siento!” mientras otro policía le da una descarga con un arma aturdidora en la espalda y le advierte: “¡Mira, vas a recibir otra si no pones tus (improperio) manos detrás de la espalda!” Un tercer policía entonces es visto brevemente arrastrando a Green de cara al suelo mientras éste tiene grilletes en los pies y las manos esposadas a la espalda.

En lugar de prestarle ayuda, los policías dejan al corpulento hombre desatendido, boca abajo y gimiendo, durante más de nueve minutos, mientras utilizan toallitas desinfectantes para limpiar la sangre de sus manos y rostros.

“Espero que este tipo no tenga (improperio) sida”, dice uno de los policías.

Luego de un tramo de varios minutos en los que no se ve a Greene en cámara, éste aparece de nuevo, con las extremidades flácidas, inconsciente y sangrando de la cabeza y el rostro. Es colocado entonces en una ambulancia con un brazo esposado a la baranda de la camilla.

En muchas partes del video no se ve a Greene en la pantalla, y el policía parece haber apagado el micrófono a media grabación, dificultando determinar exactamente lo que sucede. Al menos seis policías estaban en la escena del arresto, pero no todos tenían sus cámaras encendidas.

“Lo asesinaron. Fue preparado, planeado”, dijo la madre de Greene, Mona Hardin, el miércoles. “No tenía oportunidad. Ronnie estaba perdido. No iba a sobrevivir”.

Un abogado de la familia Greene, Lee Merritt, dijo que el video “tiene algunas de las mismas características del video de George Floyd, la duración, la brutalidad”.

“Él se disculpó a manera de rendición”, dijo Merritt.

La Policía Estatal de Luisiana declinó comentar sobre el contenido del video. En un comunicado, la agencia dijo que “la publicación prematura de documentos investigativos y evidencia de video en este caso no está autorizada y… socava el proceso de investigación y pone el riesgo el resultado justo e imparcial”.

Inicialmente, los mandos de la Policía Estatal dijeron que el uso de la fuerza por sus agentes estuvo justificado y no abrió una investigación administrativa hasta 474 días después de la muerte de Greene.

“Los departamentos de policía tienen que dejar de poner obstáculos a información que es cuestionable para la opinión pública. Tienen que revelar todo lo que saben, cuando lo saben”, dijo Andrew Scott, un exjefe de la policía de Boca Ratón, Florida, que declara como experto en casos de uso de la fuerza. “Indica que estás ocultando algo”.

Aunque apuntó que Greene “no careció de responsabilidad” y pareció resistir las órdenes de los policías, Scott dijo que arrastrar al hombre esposado bocabajo por los tobillos “fue malicioso, sádico, completamente innecesario”.

“Es nunca debió suceder”, dijo. “Tienes al hombre completamente sometido. No está dañando a nadie”.