General Motors anunció que invertirá en su planta de Ramos Arizpe, Coahuila, para empujar la producción de autos. Terry Dittes, vicepresidente del sindicato del sector del automóvil de EU, dijo que «el dinero de los contribuyentes no debería ir a compañías que utilizan mano de obra fuera de EU mientras se benefician de los subsidios del Gobierno estadounidense».

Washington, 30 de abril (EFE).- El sindicato del sector del automóvil de Estados Unidos, United Auto Workers (UAW), riticó la inversión de mil millones de dólares en México anunciada el jueves por General Motors (GM) y la calificó como «una bofetada en la cara» para los trabajadores y contribuyentes estadounidenses.

El vicepresidente de UAW, Terry Dittes, señaló en un comunicado que «en un momento en el que General Motors está solicitando una significante inversión del Gobierno de Estados Unidos en subsidios para los vehículos eléctricos, esto es una bofetada en la cara no sólo para los afiliados de UAW y sus familias, sino también para los contribuyentes y los trabajadores estadounidenses».

GM dijo ayer que invertirá más de mil millones de dólares en las instalaciones que tiene en Ramos Arizpe, Coahuila, para impulsar la producción de vehículos eléctricos.

Según GM, la inversión «permitirá inaugurar una nueva planta de pintura con tecnología innovadora que iniciará operaciones en junio de 2021» y también preparará una expansión en las plantas de ensamble y de sistemas globales de propulsión, lo que convertirá el complejo Ramos Arizpe en el quinto centro de producción de vehículos eléctricos de GM Norteamérica.

En su comunicado, Dittes consideró que los automóviles de General Motors que se venden en EU deberían estar fabricados por trabajadores de ese país y no de México.

«El dinero de los contribuyentes no debería ir a compañías que utilizan mano de obra fuera de EU mientras se benefician de los subsidios del Gobierno estadounidense», argumentó el sindicalista.

«Estos no son los Estados Unidos que respaldamos. Es realmente inapropiado», añadió.

La congresista demócrata Debbie Dingell, una de las representantes de Michigan, también criticó la decisión de GM de invertir mil millones de dólares en México para producir vehículos eléctricos destinados a Estados Unidos.

«Ningún dólar estadounidense debería apoyar que nuestros empleos sean transferidos a México, especialmente cuando tenemos trabajadores y la tecnología para producir localmente los mejores vehículos del futuro. GM necesita reafirmar su compromiso con las familias trabajadoras estadounidenses», afirmó la congresista.

General Motors está acelerando su transformación para producir más rápidamente nuevos modelos eléctricos. La compañía se ha comprometido a lanzar al menos 30 vehículos eléctricos de aquí a 2025 para lo que invertirá 27 mil millones de dólares.