Aunque prestó su voz para un tema de Message in a Bottle (1999), Pausini había rechazado componer para el cine, porque las propuestas que le llegaban le parecían «frías, con más marketing que corazón».
Por Javier Romualdo
Los Ángeles (EU), 17 de marzo (EFE).- Para Laura Pausini competir por un Óscar es tan inesperado que vive este momento como el Festival de Sanremo, que despegó su carrera a los 18 años. Desde entonces ha dicho que no a muchas películas en busca de algo «auténtico», como el tema «Io sì», que canta en el regreso de Sophia Loren a la gran pantalla.
«Todas las veces que dije no a cantar en una película ahora tienen sentido», asegura Pausini desde su casa en Roma durante una videollamada con Efe, tras conocer que competirá en abril por la estatuilla más preciada de Hollywood.
Aunque prestó su voz para un tema de Message in a Bottle (1999), Pausini había rechazado componer para el cine, porque las propuestas que le llegaban le parecían «frías, con más marketing que corazón».
La cantante trabaja estos meses con una lista de 600 maquetas, de las que solo elegirá aquellas con las que sienta los mismos «escalofríos» que la adaptación al cine dirigida por el hijo de Loren, Edoardo Ponti, de la novela The life ahead (La vita davanti a sé), sobre una exprostituta y superviviente del Holocausto que acoge en casa a niños pobres.
«Todo fue familiar, él cambiaba una parte del montaje y yo una línea -recuerda-. Todos seguimos en un chat común y nos decimos de todo, cada nominación la vivimos unidos, ya sea en maquillaje o música».
«QUIERO VIAJAR A LOS ÁNGELES, VIVIR LA EXPERIENCIA»
Pausini, fiel a la espontaneidad que ha mantenido en más de tres décadas de éxito, no oculta su emoción: «Yo quiero volar a Los Ángeles, quiero estar ahí viviéndolo, pero haré lo que manden».
No fue consciente de que el Óscar podía llegar hasta enero, cuando Ponti llamó diciendo que muchos se estaban interesando por la canción. La ambiciosa maquinaria de Hollywood está muy lejos, en distancia y en espíritu, de una estrella que mantiene sus raíces en un pequeño pueblo del norte italiano.
«Cuando gané el Globo de Oro no estábamos en cuarentena y pude reunirme con mi familia. En realidad fue mejor hacerlos virtuales, porque nunca había celebrado un premio con mis padres y fue bellísimo», comenta la ganadora de varios Latin Grammy, Grammy y premios en Italia, España y Latinoamérica.
«GANE O NO GANE, SE LO DEDICO TODO A MI PADRE»
No sabe si ganará y por eso ha querido «adelantar el discurso» para dedicar este momento a su padre, «cantante, teclista, acordeonista y bajista» de un piano-bar, con el que empezó a hacer música a los ocho años.
«Yo quería ser una cantante de piano-bar porque no había muchas mujeres que se dedicaran a eso. Pero él me decía que era un sueño pequeño y que no tenía que soñar pequeño», rememora.
La sorpresa con la que está viviendo esta etapa, una de las más dulces de su carrera, le lleva de vuelta a ese Festival de Sanremo, que ganó con 18 años en 1993: «Fue gigante para mí y ha revolucionado mi vida, pero mis sueños nunca fueron tan grandes para pensar en un Óscar».
Y el hecho de que llegue la oportunidad con un tema en italiano, que une el apellido de dos embajadoras del país, como Pausini y Loren, lo hace «realmente especial».
«ME GUSTA MUCHO NO CONOCER DE TODO EL MUNDO DEL CINE»
Pese a llegar a ser nominada a estos premios Oscar, en una lista que este año incluye a mitos como David Fincher, Anthony Hopkins y Glenn Close, la italiana descarta su incursión en el mundo del cine. «Me gusta mucho no conocer todo este mundo, cuando necesito escapar de mi realidad, me encierro en una película y vuelo», describe.
«Con la música eso ya es difícil para mí, escucho una canción y pienso en quién la habrá mezclado, si hay falsete o plena voz… Estoy demasiado dentro», analiza.
PREOCUPADA POR LA CULTURA EN PANDEMIA, PREPARA NUEVO DISCO
Mientras afronta lo que llaman la «carrera al Óscar» -ella aún se sonroja si lo escucha-, Pausini está embarcada en su nuevo disco, planeado para algún momento del 2022.
Después de una etapa de «poca inspiración» por la situación de la pandemia en Italia, se ha puesto a escuchar una lista con cientos de canciones que guarda en una carpeta sin conocer el nombre del compositor para que no influya en su decisión.
«Ha habido un relevo generacional, se escuchan cosas muy interesantes», describe. Probará nuevos estilos, pero no quiere ni reguetón ni trap, «me gustan pero no son para mí».
Y entre sus preocupaciones está la situación de la cultura en la pandemia, «que ha dejado sin oficio a todas las personas que trabajan detrás de un escenario».
«Alejandro Sanz escribió por un grupo que tenemos que los conciertos vuelven poco a poco en España, pero parece que hasta el año que viene no lo harán del todo. Tres años es mucho tiempo», afirma.