Pablo Cantú se embarca en su proyecto solista bajo el nombre de Polaris, un proyecto al que le pudo dedicar el tiempo necesario que en otras circunstancias tal vez no hubiera sido posible, lo que le permitió explorar otras de sus facetas como compositor, productor y cantautor. Además, en esta pandemia, aprovechó para detenerse y hacer una reflexión acerca de su equipo, la administración de los recursos y la veracidad de sus temas, para no lanzar una canción por presión externa sino por buenas razones, para ofrecer calidad. «Yo creo mucho en el ir poco a poco, en la constancia», contó a SinEmbargo.
Ciudad de México, 14 de marzo (SinEmbargo).- El multiinstrumentista, compositor y productor mexicano Pablo Cantú, conocido por formar parte de Reyno, decidió dar rienda a su creatividad y explorar uno de sus proyectos más personales: Polaris. Un trabajo alterno al que dedicó varios años y con el que ahora lanza su disco «1.5», un material compuesto por ocho canciones, entre ellas «Trance» y «Voz de Marte», tema en el que colabora Diego Rosas y del que hace poco lanzaron un videoclip.
Pablo Cantú reveló en entrevista a SinEmbargo que con Polaris pudo experimentar otras de sus facetas. «Dio para que yo pensara en algo más lúdico, más libre, experimentarme en otras facetas como compositor, como cantante como productor, ahorita con la pandemia se dio la oportunidad de formalizar este proyecto, de darle estructura e irlo liberando porque en el proceso acabé haciendo dos discos completos y empecé a componer para un tercero. Como que aproveché la pandemia para estructurar los tiempos y formalizar esto que ya no quiero que sea algo de ocio sino una prioridad también», contó.
Uno de los aspectos que más disfrutó Pablo fue el no guardarse nada y tener el tiempo para no quedarse con el famoso ‘si hubiera hecho esto’ o ‘hubiera incluido tal canción’, que puede pasar debido a la agenda tan absorbente que llegan a tener los músicos y productores entre presentaciones y grabaciones. «Ahorita me estoy dando el tiempo de no quedarme nada guardado, lo cual se siente muy bien, siento que cuando empiece un nuevo proceso creativo no tendré todas estas cosas que te llevan para atrás, de ‘me acuerdo de eso que deje a la mitad’, terminarlo todo creo que me va a dar mucha paz».
LA ERA DIGITAL Y LAS OPORTUNIDADES PARA LOS MÚSICOS
Las plataformas digitales han traído una ventana de oportunidad y exposición como ventajas para la música, sin embargo, como en todo, no quiere decir que el 100 por ciento sea de calidad. Cantú, además de ser músico, compositor y productor, también es mánager, lo que le brinda una perspectiva amplia de las diversas tareas de la industria musical, para él, esta era digital le provoca sentimientos encontrados, reconoce sus ventajas, pero es muy consciente de que también lleva a una inmediatez y rapidez en la que las personas pueden confundir el hacer lo que te gusta con hacer algo de calidad que merezca ser compartido.
«No tengo una conclusión al respecto, tengo muchas ideas y me queda claro que yo quiero proponer con algo más que estar todo el día en selfies diciéndoles qué me desayuné, estoy tratando de competir en el medio con volumen y también por eso toda esta acumulación de, ‘ok, si las canciones dejan de ser vigentes en dos semanas, pues voy a tener que sacar una nueva cada dos semanas, lo puedo hacer y poco a poco iré alcanzando ese ritmo'», refirió.
Con la pandemia, el Internet ha brindado la oportunidad de ofrecer ‘conciertos digitales’ o a distancia que varios artistas han realizado, Pablo no ha prestado mucha atención al asunto, pero menciona que ninguno lo ha llevado a cuestionarse por qué él no realizó esa presentación. «Creo que este es un momento para replegar, replantearse y pensar cómo se regresará después de que haya una vacuna», afirmó.
«A mí, además, no me gusta mucho el discurso de víctima, creo que las primeras víctimas de la pandemia son letales, o sea, hay gente luchando por su vida y los músicos al final sí tenemos una ventana de comercialización que no es la ideal, es la digital, pero hay un montón de posibilidades de ingreso, de producir música, de adelantos de publishing, en fin, una serie de cosas que a mí no me gusta alzar la mano para decir, échenme la mano, ayúdenme con tal, creo que ya llevamos una ventaja al tener un refugio creativo, poder vivir de hacer canciones y de decir lo que piensas, lo que sientes ya es un privilegio total y yo veo muchos que viven de eso en la desesperación vendiendo conciertos que no dan la calidad ni la inspiración».
La música juega un papel importante en las crisis. Para el cantautor, el arte debe inspirar a los demás: «se ha hecho música en contextos de revoluciones, de represión, de dictaduras, de un montón de factores en contra como para ahorita decir que no se puede».
CONSTANCIA Y CALIDAD
Respecto a los retos que enfrenta la industria, Cantú señaló que son muchos y están en constante cambio al igual que el mercado, por lo que no se debe buscar una solución inmediata y definitiva. Pablo aprovechó la pandemia para detenerse y hacer una reflexión acerca de qué es lo que quiere depurar en su equipo, en la administración de los recursos y en la veracidad de sus temas, para no lanzar una canción por presión externa, sino seguir por buenas razones para ofrecer calidad. «Yo creo mucho en el ir poco a poco, en la constancia».
«Me parece que los artistas llegarán más lejos si dejan de estar en la inmediatez y la urgencia y en que el streaming está de moda, ahora es Tik Tok, y ahora es tal, persiguiendo como esa ola de las tendencias. Yo creo que no se logra construir algo arraigado, el artista y los seres humanos necesitamos ese aplomo, esa raíz de poder dictar los propios tiempos para inspirar y no estar siendo siempre una víctima o un beneficiario de las mareas», comentó.
Existen muchas opciones, pero no toda la música conecta con el público, esto es algo que Cantú tiene muy presente, no alejarse de su esencia porque es algo que el público nota. «Tú ves los streamings […] y dices ok, estás tocando bien, es la canción que me gusta, eres un profesional pero te ves incomodo, se ve que te estás traicionando a ti mismo y ya pasa eso hasta en una historia de Instagram en la que la gente siente que tiene que estar, y los ves incómodos y se van devaluando hasta que sea alejan tanto de su esencia que les va a ser imposible hacer una canción que conecte».
«Parece que el peligro más grande de la modernidad es la aburrición, y de pronto digo, no, de la aburrición también tiene que venir un momento de decir ¿Qué hago? y ahí aparece la creatividad, la autenticidad».
