Los expertos examinaron 64 millones de registros de pacientes de más de 500 organizaciones de atención médica, así los resultados mostraron que las personas con discapacidad intelectual tenían 2.5 veces más riesgo de contraer COVID-19.
Madrid, 6 de marzo (EuropaPress).- Después de la vejez, la discapacidad intelectual es el mayor factor de riesgo de muerte por COVID-19, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores de la Thomas Jefferson University (Estados Unidos) y que ha sido publicado en la revista NEJM Catalyst.
«Las probabilidades de morir de COVID-19 son más altas para las personas con discapacidad intelectual que para las personas con insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedad renal o enfermedad pulmonar. Esa es una profunda comprensión de que, como comunidad de atención médica, no lo hemos apreciado completamente hasta ahora», han señalado los expertos.
Para llegar a esta conclusión, los autores examinaron 64 millones de registros de pacientes de 547 organizaciones de atención médica entre enero de 2019 y noviembre de 2020 para comprender el impacto de la pandemia de COVID-19 en los pacientes con discapacidad intelectual. Así, identificaron variables como COVID-19, discapacidad intelectual u otras condiciones de salud, así como factores demográficos como la edad.
After old age, intellectual disability is greatest risk factor for death from COVID-19, study finds https://t.co/5fAmvOWTLS
— Rob McKillip (@rcmckill) March 6, 2021
Los resultados mostraron que las personas con discapacidad intelectual tenían 2.5 veces más probabilidades de contraer COVID-19, aproximadamente 2.7 veces más probabilidades de ser ingresadas en el hospital y 5.9 veces más probabilidades de morir a causa de la infección que la población general.
Asimismo, los autores ha explicado que los pacientes con discapacidad intelectual pueden tener menos capacidad para cumplir con las estrategias que reducen el riesgo de infección, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social. Además, han demostrado que estos pacientes tienen más probabilidades de tener afecciones de salud adicionales que contribuyan a un curso más severo de la enfermedad COVID-19.
«Necesitamos comprender más sobre lo que está sucediendo con estos pacientes. Creo que estos pacientes y sus cuidadores deben ser priorizados para los servicios de vacunación y atención médica. Debemos reflexionar sobre por qué le hemos fallado a esta población vulnerable y cómo podemos brindarles un mejor servicio durante esta crisis de salud y en el futuro», han enfatizado los investigadores, quienes han pedido que se priorice a este grupo en las estrategias de vacunación.