La clave para esta «preinmununidad» gracias a las células T de memoria que se crean al pasar por una infección, en este caso, parecida a la producida por el SARS-CoV-2.
Quito, 1 mar (EFE).- Una investigación desarrollada en Ecuador sugiere que la presencia de un tipo de células del sistema inmunitario podría estar relacionada con una baja probabilidad de contagio del virus SARS-CoV-2 o menor posibilidad de que la infección provoque un cuadro clínico grave.
Los resultados preliminares del estudio indican que una parte de la población podría tener una preinmunidad que la protegería contra infecciones de la COVID-19, dijo a Efe Jacobus de Waard, investigador de la Universidad de Las Américas (UDLA) y autor principal del estudio, en colaboración con científicos de la Universidad Central.
El científico analizó las llamadas «células T de memoria», que se generan por el organismo tras haber sufrido una infección, una defensa inmunológica que puede persistir durante años y protegería al individuo de futuros contagios.
«El cuerpo tiene dos maneras de defenderse contra infecciones: una es mediante los anticuerpos y el otro sistema, del que se investiga poco, son las ‘células T’ que se activan por el sistema inmune para eliminar a las bacterias o los virus», explicó De Waard, especialista en infectología e investigador asociado a la UDLA.
47.2/x Pre-existing T-cell immunity to SARS-CoV-2 in unexposed healthy controls in Ecuador, as detected with a COVID-19 Interferon-Gamma Release Assayhttps://t.co/iMvt1MmpV8
— Sabina Walker ? Master Appl Science (Neuroscience (@SabinaWalker18) February 18, 2021
Publicado recientemente en la revista científica International Journal of Infectious Diseases, el estudio analizó a 32 individuos de los cuales 17 permanecieron en un aislamiento estricto durante la pandemia mientras que los otros 15 padecieron la COVID-19.
Mediante pruebas de anticuerpos se determinó que, efectivamente, ninguno de los 17 había estado en contacto con el virus y todos carecían de anticuerpos específicos contra el virus SARS-CoV-2.
Posteriormente, se les realizó una prueba para identificar la posible presencia de «células T de memoria», que apuntaría a una acción contra el coronavirus en su sistema inmunológico.
«El primer grupo desarrolló anticuerpos y una respuesta de «células T de memoria», advirtió el científico.
Pero lo que no se esperaba era que los resultados del estudio mostraron de manera sorpresiva que, aunque ninguno de los individuos investigados que no había sufrido un contagio del SARS-CoV-2, ocho de los 17 (el 45 por ciento del grupo de estudio) contaban con «células T de memoria», que se activan cuando una persona entra en contacto con el virus.
LAS «CELULAS T»
¿Qué significan estos hallazgos en aquellos individuos con «células T de memoria»?
El investigador precisó que esa «preinmunidad» podría estar relacionada con una baja probabilidad de contagio o, en caso de convertirse en positivo, una menor probabilidad de desarrollar una enfermedad sintomática.
«Significa que probablemente se infectaron en el pasado con virus que se parecen mucho al SARS-CoV-2», manifestó el investigador.
De Waard sostiene que el sistema inmunológico sería capaz de recordar otros cuatro tipos de coronavirus que han estado en circulación desde hace mucho tiempo entre los humanos, relacionados con infecciones leves del tracto respiratorio superior y que suelen provocar síntomas del resfriado común.
Hasta ahora, los resultados de la investigación sugieren una relación entre la preexistencia de «células T de memoria» y personas que aparentemente no han desarrollado síntomas o únicamente síntomas leves compatibles con la COVID-19, precisa el comunicado.
Se prevé que en una segunda etapa del estudio el número de participantes sea mayor para poder determinar a una mayor escala la presencia de las «células T de memoria» en población aún no contagiada y que, sin saberlo, podrían estar protegidas frente al contagio.
«Queremos más personas en este estudio porque queremos demostrar la hipótesis de que estos pacientes están protegidos de verdad», arguye el investigador.
El hecho de conocer si existen personas con preinmunidad podría explicar la existencia de pacientes positivos asintomáticos o con síntomas leves de la COVID-19, lo que implicaría, por ejemplo, «que no fueran prioridad para la vacunación» o que una única dosis de la vacuna les fuera suficiente para desarrollar los anticuerpos suficientes.
Y es que las «células T de memoria» desaparecen de manera mucho más lenta, y como prueba de ello, personas infectadas con el virus que provoca el síndrome respiratorio de oriente medio (MERS, por sus siglas en inglés) todavía tenían células de este tipo 15 años después.