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De acuerdo con el Informe Global sobre Trata de Personas de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD), si bien la explotación sexual es la forma más conocida, otras víctimas sufren condiciones de esclavitud en tareas domésticas, la agricultura o, incluso, son obligadas a practicar la mendicidad, contraer matrimonios forzosos o se les extraen órganos para trasplantes.

Por Luis Lidón

Viena, 3 feb (EFE).– Naciones Unidas denunció este martes que la pandemia de COVID impulsa la trata de personas, un tipo de esclavitud moderna que afecta especialmente a mujeres y en la que en los últimos tres lustros creció la explotación de menores.

La proporción de niños entre las víctimas de trata detectadas se ha triplicado en los últimos 15 años. Las niñas suelen ser explotadas sexualmente, mientras que los niños acaban en trabajos forzados, según el Informe Global sobre Trata de Personas de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD).

La mayoría de las víctimas son femeninas: de cada diez personas rescatadas de las mafias en 2018, cinco eran mujeres adultas y dos eran niñas, lo que supone el 70 por ciento del total.

DE ABUSOS SEXUALES A TRÁFICO DE ÓRGANOS

La trata es un delito que consiste en captar, trasladar y retener a una persona mediante la fuerza o la amenaza para explotarla durante largos periodos de tiempo.

Si bien la explotación sexual es la más conocida, otras víctimas sufren condiciones de esclavitud en tareas domésticas, la agricultura o, incluso, son obligadas a practicar la mendicidad, contraer matrimonios forzosos o se les extraen órganos para trasplantes.

En muchos casos, la captación se produce con falsas ofertas laborales. Al llegar al destino, los criminales suelen robarles la documentación y obligar a las víctimas a trabajar o prostituirse para saldar una supuesta deuda.

La ONUDD identifica dos tipos de estrategias de captación: la «caza», que supone el seguimiento de una potencial víctima -en muchos casos un menor- a través de las redes sociales, y la «pesca», consistente en aguardar respuestas a ofertas de empleo falsas.

VÍCTIMAS VENDIDAS POR 36 DÓLARES

En 2018, 148 países detectaron a unas 50 mil víctimas de trata de personas. Esa cifra es sólo la punta del iceberg de un delito en ocasiones trasnacional que puede afectar a millones de personas.

Los tratantes suelen explotar a los más pobres y vulnerables, tanto en sus zonas de origen como en su destino final, donde se suelen aprovechar de su aislamiento y del desconocimiento de sus derechos.

En numerosas ocasiones las víctimas son vendidas a lo largo de su cautiverio. La ONU ha documentado ventas de mujeres por entre 36 y 23 mil 600 dólares.

LA COVID AUMENTA EL RIESGO

El previsible aumento de la pobreza en el mundo por primera vez en décadas debido a la crisis desatada por la pandemia, el cierre de escuelas y el incremento de la horas expuestos a Internet abren nuevas oportunidades para los criminales, denuncia el informe.

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«Millones de personas en todo el mundo están sin trabajo, sin escolarizar y sin apoyo social en la crisis de la COVID-19, lo que los expone a un riesgo mayor a la trata de personas», declaró la directora ejecutiva de ONUDD, la egipcia Ghada Waly.

«Necesitamos acciones específicas para evitar que los criminales se aprovechen de la pandemia para explotar a los vulnerables» en un crimen tan «aborrecible», demandó Waly.

La ONUDD asesora y anima a los Estados a adaptar una legislación que reconozca este delito de forma específica y detecte y ayude a las víctimas con el fin de acabar con la impunidad.

PERFIL FEMENINO

Aunque la mayoría de las víctimas siguen siendo femeninas en 2018, se incrementaron los casos detectados de menores respecto al informe anterior, con datos de 2016.

La proporción de mujeres adultas entre las rescatadas se redujo de más del 70 por ciento a menos del 50 por ciento, mientras que los menores aumentaron desde alrededor del 10 por ciento a más del 30 por ciento.

En el mismo periodo de tiempo la proporción de hombres adultos ha pasado del 10 al 20 % del total.

Los perfiles de las víctimas cambian también según la forma de explotación. En 2018, la mayoría de mujeres y niñas eran víctimas de explotación sexual, mientras que hombres y niños eran en su inmensa mayoría sometidos a trabajos forzados.

«A escala mundial, una de cada tres víctimas es un menor, pero en países de rentas bajas los menores son la mitad de las víctimas detectadas, la mayoría de ellas captadas para trabajos forzados», denuncia Waly.

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La mitad de todas las víctimas detectadas en 2018 sufrían explotación sexual, el 38 por ciento estaba sometido a trabajos forzados, el seis por ciento era obligado a cometer actividades delictivas, el uno por ciento forzado a mendigar y, en cantidades menores, también se dieron casos destinados a matrimonios forzados o para la extracción de órganos.

ADAPTADO A LAS REDES

La mayoría de las personas condenadas por trata son hombres, con alrededor del 64 por ciento del total. Los delincuentes pueden ser desde miembros de grupos organizados a individuos aislados. Cuanto mayor es el nivel organizativo, mayor es también el tiempo de explotación.

Otro aspecto destacado es que los delincuentes han adaptado su modelo de captación y explotación al entorno digital, especialmente en la búsqueda de menores vulnerables en las redes sociales. Internet también permite a los delincuentes transmitir en vivo la explotación sexual de sus víctimas, lo que multiplica las ganancias de las mafias, destaca el informe como motivo de preocupación.