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De acuerdo con la investigación, en los últimos 50 años 24 de las 31 especies de tiburones y rayas se han visto amenazadas de extinción y otras tres especies de tinburoes se consideran en peligro crítico de extinción.

Por Christina Larson

WASHINGTON, 27 de enero (AP) — Los científicos han sabido durante décadas que las especies de tiburones están disminuyendo, y un nuevo estudio indica que a nivel mundial la presencia de tiburones oceánicos y rayas se redujo más del 70 por ciento entre 1970 y 2018.

El estudio publicado el miércoles en la revista Nature se basa en 57 conjuntos de datos globales y subraya cuán dramáticamente se han derrumbado las poblaciones mundiales de estas especies en el último medio siglo.

Según los datos, 24 de las 31 especies de tiburones y rayas están amenazadas de extinción, mientras que tres especies (tiburones oceánicos de punta blanca, tiburones martillo festoneados y grandes tiburones martillo) se consideran en peligro crítico de extinción.

“Los últimos 50 años han sido bastante devastadores para las poblaciones mundiales de tiburones”, dijo Nathan Pacoureau, biólogo de la Universidad Simon Fraser en Canadá y coautor del estudio.

A veces, los tiburones son capturados intencionalmente por las flotas pesqueras, pero más a menudo terminan como “presa incidental”, en el curso de la pesca de otras especies como el atún y el pez espada.

Los tiburones y las rayas son peces con esqueletos de cartílago, no de hueso. Y en contraste con la mayoría de los demás peces, generalmente tardan varios años en alcanzar la madurez sexual y producen menos crías.

“En términos de tiempo, se reproducen más como mamíferos, y eso los hace especialmente vulnerables”, dijo Pacoureau. “Sus poblaciones no pueden reponerse tan rápidamente como muchos otros tipos de peces”.

Cuando el biólogo marino Stuart Sandin habla de tiburones, parece que está describiendo a los Jedis del océano. “Son depredadores tremendos, veloces nadadores y tienen sentidos asombrosos: pueden detectar cualquier perturbación en el océano a gran distancia”, como olores o pequeños cambios en las corrientes de agua.

Su capacidad para sentir rápidamente cualquier cambio en su entorno les ayuda a encontrar presas en la inmensidad del océano. Pero también los hace especialmente vulnerables ante el aumento de la pesca internacional, cuyas flotas se han duplicado desde 1950.

“Se tira un hilo de pescar en el océano abierto, y a menudo son los tiburones los que están allí primero, sean o no el objetivo principal”, dijo Sandin, quien trabaja en la Institución de Oceanografía Scripps.