Los cazadores de niños prefieren Instagram, WhatsApp, Facebook y luego Tik Tok [El Caso Argentina]
PorRedacción/SinEmbargo
05/02/2021 - 11:00 pm
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Las cifras sobre la ocurrencia de grooming en Argentina son la punta del iceberg de un problema mucho mayor que durante la pandemia del COVID-19 tuvo un alarmante aumento del abuso y explotación sexual infantil en línea y de afectación para las víctimas de violencias sexuales en entornos digitales.
Ciudad de México, 5 de febrero (SinEmbargo).– «Perdón, los extraño, voy a estar bien. No me busquen, voy a estar en la casa de una amiga en Ingeniero White”.
Este fue el corto mensaje que le dejó Micaela Ortega de 12 años a su mamá y a su abuela antes de salir de su casa, ubicada en Bahía Blanca, en el sur de la provincia de Buenos Aires, para conocer a su amiga «Roche de River» con la que compartía sus gustos por la música y el fútbol.
Pero “Roche de River” era en realidad Jonathan Luna de 26 años, un exconvicto que tras ser beneficiado con una medida transitoria que le permitió salir de prisión por su buena conducta, contactó a Micaela haciendo pasar por otra de niña de 12 años en Facebook llamada “Roche de River”. Este hombre que había pagado condena por antecedentes de abuso tenía entre 10 y 11 perfiles de Facebook con diferentes nombres y con más de mil 700 niñas y mujeres captadas desde la cuenta.
Bajo uno de esos perfiles construyó una relación de confianza y amistad con Micaela. Tanto que la niña le contó del día que discutió con su mamá. Una oportunidad que aprovechó Jonathan para invitarla a su casa y generar el encuentro al que todo criminal sexual aspira, finalmente.
Para lograrlo “Roche” le dijo hábilmente que por ser “menor de edad” sus papás le impedían salir, por lo que sería su “primo” quien iría a buscarla. Y así fue, solo que su primo era el mismo exconvicto Jonathan Luna, acusado de abuso sexual.
Ese día del 23 de abril de 2016 Mónica no supo dónde estaba Mica, como cariñosamente le decía, hasta cinco semanas después cuando la pequeña apareció muerta.
“La hizo caminar 13 km y la mató a golpes, destruyó su cabeza, la estranguló con su propia remera. Yo soy responsable por haberle comprado una computadora creyendo que ya estaba a salvo porque para mí, con 43 años, las personas que te hacen daño están en la calle, nunca pensé que había abierto un portal gigante a personas desconocidas y que una de ella iba a rematar la vida de mi hija, por eso para mí es tan importante la campaña (contra el grooming)”. Así lo recuerda Mónica Cid, madre de la víctima, quien dio su testimonio durante la presentación de la Ley Mica Ortega para el Canal 12.
Lo sucedido con la niña inspiró, entre otras historias, la creación de la ley que incluye el Programa Nacional de Prevención y Concientización del Grooming o Ciberacoso contra Niñas, Niños y Adolescentes en Argentina.
Como muchos niños, niñas y adolescentes que en la actualidad navegan en las redes sociales, sin conocer los peligros a los que están expuestos, Micaela fue víctima del delito de grooming, un tipo de violencia sexual en internet perpetrada contra un menor por parte de un adulto que finge una identidad falsa para contactar menores, a través de las redes y plataformas, mediante el acoso o el acercamiento. Es un adulto que se hace pasar por un niño o niña para buscar a menores de 18 años, con el fin de obtener algún favor sexual en fotos, videos o incluso coordinar un encuentro.
Este delito reconocido desde el 12 de noviembre de 2020 por la Cámara de Diputados tuvo un repunte significativo durante el periodo de aislamiento social y preventivo impuesto por el Ejecutivo como medida para enfrentar la expansión de los contagios por coronavirus.
En abril de 2020 se cuadruplicaron las consultas por grooming en comparación con el mismo periodo del año anterior, afirmó la organización sin fines de lucro Argentina Cibersegura que desde hace más de 10 años trabaja en el país abordando temas como el Grooming.
Pero el alcance de este delito se evidencia en las fuentes de la Línea 137 —que funciona de manera ininterrumpida las 24 horas, todos los días del año, para atender situaciones de violencia familiar y sexual y que se encuentra a cargo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Argentina. Las estadísticas revelan que entre el 20 de marzo y 31 de octubre de 2020 las consultas con relación al delito de grooming aumentaron 133 por ciento respecto al mismo periodo del año 2019.
Las principales víctimas registradas de este delito fueron niñas y adolescentes (representadas en 79 por ciento) entre 12 y 17 años (65 por ciento). No obstante, se contabilizan también a niños y adolescentes afectados (21 por ciento en total) en edades más jóvenes. Específicamente, entre 6 a 11 años, lo que significó un 35 por ciento de los casos.
La lista de las redes sociales y de mensajería donde más sucedieron casos de grooming en Argentina la encabeza Instagram con 54 por ciento. Le sigue WhatsApp con 31 por ciento, Facebook con 11 por ciento y Tik Tok con 2 por ciento.
“El grooming es como la antesala a otros delitos, dependiendo del fin que tenga la persona que contactó al menor. Puede tener un abuso concretado por la violación, chantaje, trata de personas y hasta asesinato, porque existen chicas que primero fueron contactadas con perfiles falsos donde ser lograron generar ese encuentro y luego las mataron”, comentó María Isabel Christensen, miembro de la ONG Mamá en Línea en referencia a lo ocurrido con Mica y cuya historia fue una de las inspiraciones para la fundación de esta organización, creada por madres de menores de edad, víctimas de violencia en línea.
Desde el año 2009 y durante todo el 2020 Mamá en Línea ha recibido casos donde se ofrece orientación a familiares de niños y adolescentes contactados en redes sociales para el intercambio de fotografías por parte del adulto. Se incluyen delincuentes quienes pidieron desde fotos sin ropa o con poca ropa hasta manifestaron la intención de generar el encuentro con las víctimas para concretar el abuso sexual. Los casos han incluido la desaparición de menores de edad.
Entre los muchos casos atendidos se encuentra el de Rosa Castro, quien vive en el sur del país. Su hija fue contactada mediante el chat de Facebook, donde se descubrió que un adulto se sentaba a “chatear” con ella desnudo. Lo hacía con la naturalidad de quien conoce a alguien. Fue precisamente esa familiaridad la que llamó la atención en sus familiares y amigos al enterarse de lo que ocurría con la niña y así comenzaron a indagar para saber quién era el abusador.
“Cuando su madre se da cuenta de la situación quiso averiguar con un grupo de amigos. Es allí cuando esta persona comete un error durante una conversación (…) se le cae algo de la mesa y al agacharse muestra un perfil de su rostro y cuando lo descubren era el hijo del jefe de la mamá, quien trabajaba en una farmacia (…) fue la continuidad del día a día y la familiaridad que hizo que esta persona pudiera conocer la información que necesitaba para poder contactar a esta menor”, relató la investigadora y activista.
VIOLENCIA SEXUAL CIBERNÉTICA
Las cifras sobre la ocurrencia de grooming en Argentina son la punta del iceberg de un problema mucho mayor que durante la pandemia del COVID-19 tuvo un alarmante crecimiento del abuso y explotación sexual infantil en línea y de afectación para las víctimas de violencias sexuales en entornos digitales. El total de las violencias que experimentaron en estas plataformas niños y adolescentes aumentó en un 148.2 por ciento interanual.
No solo eso. La utilización de niños, niñas y adolescentes en pornografía alcanzó un crecimiento del 522.5 por ciento, tal como lo advierte la Unicef en su informe “Un análisis de los datos del Programa Las Victimas Contra Las Violencias 2019-2020 y del impacto de la campaña De los chicos y las chicas #SomosResponsables”.
El texto forma parte de una serie de documentos con datos sobre violencia provenientes de diversas fuentes oficiales que cuenta con cifras del Programa Las Víctimas Contra Las Violencias, creado en el año 2006, y que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Según la Base de datos del Programa “Las Víctimas Contra Las Violencias” en un periodo de 11 meses (2019-2020) se contabilizaron 3 mil 249 niñas, niños y adolescentes, víctimas de algún tipo de violencia sexual con discapacidad. De ellos, 12.4 por ciento fueron por grooming. Las restantes oscilan en:
–Tocamiento sexual o tentativa (29 por ciento)
–Violaciones o tentativa (17.5 por ciento)
–Utilización de niños, niñas y adolescentes en pornografía (7.2 por ciento)
–Exhibicionismo (1.7 por ciento)
–Utilización de niños, niñas y adolescentes en prostitución (0.5 por ciento)
–Trata y corrupción de niños, niñas y adolescentes (0.3 por ciento)
–Otras formas (9.0 )
–NS/NC (22.4 por ciento)
En 29.4 por ciento de los casos de violencia sexual registrados contra niños, niñas y adolescentes se dieron en entornos digitales como las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea.
“Se trata de un criminal, un delincuente que empieza con un delito menor y a medida que va avanzando es cuando comienza a cometer delitos mayores”, expresó la representante de Mamá en Línea.
Al respecto, los niños que son víctimas de la trata de persona vienen de las provincias del norte o de países limítrofes, como Bolivia, Paraguay y Brasil.
“En el borde triple hay una gran concentración de trata de niños y trabajo infantil. Estos niños terminan en centros urbanos en el centro o en el sur del país, donde se promueve el turismo sexual. Otros son víctimas de trabajos forzados en talleres textiles clandestinos, labores agrícolas y venta de órganos”, asevera la organización Humanium, una ONG internacional que apadrina a niños para acabar con la violación de los derechos infantiles en el mundo.
¿QUIÉNES AGREDEN?
Autoridades y organismos internacionales dedicados a la defensa de la niñez como la Unicef en Argentina advierten que los abusadores son personas muy cercanas a las víctimas, lo que desmonta el mito de quienes creen que los infantes se encuentran más seguros con sus familiares.
Datos de la base de datos del Programa “Las Víctimas Contra Las Violencias” revelan que alrededor de 6 mil 738 agresores de violencia familiar y sexual entre octubre 2019-septiembre 2020. Además, siete de cada 10 agresores eran del género masculino, mientras que en materia de violencia familiar 67.2 por ciento de las víctimas fueron agredidas por su padre o padrastro y más de 60 por ciento también respecto a la violencia sexual y 16.3 por ciento entre los casos registrados a manos del abuelo (7.2 por ciento) y tío (9.1 por ciento).
Las cifras señalan que en el periodo entre octubre 2019 y septiembre 2020 se registraron 5 mil 899 víctimas de violencia familiar y sexual en el hogar. De las 3 mil 249 que sufrieron violencia sexual, ocho de cada 10 víctimas eran niñas o adolescentes de género femenino perpetrada en un 80 por ciento por algún familiar o conocido.
Mientras que las víctimas de violencia sexual (en el entorno familiar y con conocidos) fueron agredidas en su mayoría por padres y padrastros (26.5 por ciento) y abuelos y tíos (16.3 por ciento). De ellos el género femenino aparece de nuevo como el más afectado con 80.2 por ciento. Por su parte, los varones ocupan el segundo lugar con 19.7 por ciento y por último las victimas transgénero con un 0.1 por ciento.
¿CÓMO DETECTAR UN CASO DE GROOMING?
Los especialistas en el tema instan a observar las conductas de las víctimas en los diferentes ámbitos que se desenvuelven.
• En el hogar: cuando expresan deseos de estar solo, nerviosismo, pesadillas constantes, miedo que antes no tenían, rechazo a los abrazos por parte de la familia, esconder el celular, cambios en el hábito alimenticio y ansiedad.
• En la escuela: comienza a reducir su rendimiento académico abruptamente, sufre falta de atención y concentración en clases, usa lenguaje inapropiado, tiene miedo a salir a los recreos o se sitúa en los rincones.
Ante este escenario es muy importante hacerles saber a las víctimas que ellos no tienen la culpa de nada de lo han vivido, ya que este es el primer sentimiento que experimentan.
MODALIDADES DEL GROOMING
• Mediante pago: desde un principio se dirige a los menores de edad proponiéndoles algún acuerdo económico, a cambio de fotos o vídeos de índole erótica o sexual.
• Engaño: el acosador se hace pasar por otro menor, llegando a empatizar con ellos, el acosador acabará conociendo sus secretos y temores, incluso datos personales.
• Seducción: los adultos depredadores son especialistas en ganarse a los menores transmitiéndoles mensajes que endulzan sus oídos.
¿Cómo se crean estas relaciones en redes sociales?
– Se abren perfiles falsos con imágenes de menores (para ello utiliza imágenes de otros usuarios).
– Se usa el envío de solicitudes de amistad o seguimiento
– Actúan sobre perfiles que estén configurados como públicos, comentan imágenes o posteo públicos; afirman pertenecer a la misma escuela o el mismo club; investigan amigos de la escuela, familiares y, por último: la víctima. Toda lo hacen a manera de espiral.
• El groomer añade a los conocidos de la víctima para provocar una falsa sensación de seguridad en la víctima, quien piensa que ese desconocido pertenece a su círculo de amigos o conocidos.
• El contacto y el acoso comienza por un chat e inmediatamente copia su forma de expresarse: consigue información relevante, horarios de los padres, cuándo trabajan y la víctima está sola en la casa; la hora en la que sale de su casa y vuelve de la escuela y si realiza alguna actividad más, entre otros.
En estas conversaciones se crea un juego donde se explota al máximo la curiosidad y la debilidad madurativa de su víctima, de tal forma que el victimario cae en las trampas y comienza a enviarle contenido sexual.
El abuso y la agresión llegan con la amenaza constante de hacer públicas las fotos y vídeos que tiene del menor. En la mayoría de los casos el objetivo final es llegar a algún tipo de acto sexual con el menor de edad, desde tocamientos hasta mantener relaciones sexuales plenas.
Para ello se concertará una cita, lo más probable es que sea en un entorno que el acosador controle, rara vez es el domicilio del Groomer.
¿QUÉ HACER EN CASO DE GROOMING
• Nunca borre la información o las conversaciones (si fuera posible ponga el celular en modo avión y no vuelvo a conectarlo a Internet hasta que un laboratorio de informática forense designado por las autoridades haya resguardado la evidencia).
• No reenvíe ningún correo electrónico, imágenes y vídeos recibidos.
• No denuncie en la red social o aplicación la cuenta del acosador hasta haber realizado la denuncia.
• No amenace o increpe al acosador
• No se haga pasar por el menor.
• No bloquee la cuenta.
• Haga capturas.
• Denuncie inmediatamente.
NÚMEROS QUE ALARMAN
Al comparar el período de aislamiento social, preventivo y obligatorio como calificó el Ejecutivo a la etapa de cuarentena en Argentina, Unicef observó un incremento del 48 por ciento de los llamados por violencia familiar respecto al período comprendido entre octubre del 2019 y el 19 de marzo de 2020, y el mismo período en 2019, principalmente durante el primer mes de la medida. El incremento de los llamados se concentró fundamentalmente en los de violencia familiar que aumentaron 50 por ciento.
Tanto autoridades como organismos internacionales han podido detectar que han sido los niños, niñas y adolescentes las poblaciones más vulneradas durante la cuarentena. De esto da cuenta el número de casos que ingresaron al Programa “Las Víctimas Contra Las Violencias”, a través de la Línea Nacional 137 que acompañó a víctimas de violencia familiar y sexual en el período que va desde el 1 octubre de 2019 hasta el 30 septiembre de 2020.
Es así como de las 17.674 víctimas que se recibieron en un total de 13.194 llamadas, 10.043 corresponden a niños, niñas y adolescentes. Esto también significa que 56.8 por ciento del total de víctimas atendidas eran menores de 18 años.
Mientras que los llamados de víctimas de violencia sexual aumentaron 23 por ciento desde el 20 de marzo y las víctimas atendidas por la ASPO aumentaron un 54 por ciento. El informe destaca que 65.3 por ciento de las víctimas eran del género femenino y 33.4 por ciento eran del género masculino. Adicional, 44 de las adolescentes entre 12 a 17 años se encontraban cursando un embarazo. Este tipo de violencia representa una incidencia de 37 por ciento en el hogar.
Desde ya informes de inteligencia de las distinta agencias internacionales que trabajan para combatir estos delitos, y organismos multilaterales, coinciden en que las verdadera magnitud del abuso sexual de menores de edad en el ámbito doméstico durante la pandemia del COVID-19 solo se conocerá cuando hayan suavizado las medidas de confinamiento, pues mientras duren las medidas de aislamientos obligatorio en los países, las posibilidades para denunciar son más difíciles si están confinados con su agresor.
TRABAJAS PARA LA JUSTICIA
Una de los obstáculos con las que deben lidiar las víctimas y familiares que buscan justicia en materia de delitos relacionados con el abuso y la explotación infantil en Argentina son los procedimientos que deben seguir las fiscalías para llevar adelante una investigación, pues ellas dependen del reporte que la red social provee, por lo que mientras la fiscalía genera la petición ante la compañía tecnológica en Estados Unidos, esta debe gestionarse primero ante la embajada, luego pasar a cancillería, para posteriormente hacer la petición ante el NCMEC y finalmente a la red social.
Una ruta muy larga que puede significar al menos 35 días para poder obtener el reporte que pruebe las conversaciones entre el menor de edad y el delincuente, un tiempo suficiente para que el agresor pueda moverse desde distintas maneras e inclusive arriesgar aún más la vida de la víctima si es está siendo objeto de trata o tráfico humano, explica la representante de la organización Mamá en Línea.
Tras cuatro años del asesinato de Micaela, el Estado con apoyo de organismos internacionales junto a las organizaciones civiles ha comenzado a realizar campañas para concientizar sobre el delito de groomig y la prevención del cibercrimen con fines de explotación sexual en contra de niños, niñas y adolescentes.
Sin embargo, las organizaciones como Mamá en Línea creen que deben tomarse más medidas. “Se necesitan hacer más campañas donde se hable de estos delitos por todos los medios disponibles (…) muchos cuando van a realizar una denuncia en una comisaría de un pueblito, por ejemplo, no tienen idea sobre qué hacer si se les presenta una situación así. Ese desconocimiento hace que, aunque las autoridades le tomen la denuncia quede un cajón, porque no saben qué hacer, no conocen la ley, ni el delito; no saben procesar esa evidencia que puede ser la captura de pantalla de la conversación, fotografías, etc. y así quedamos en la nada en delitos que ni siquiera se reflejan en las estadísticas”, argumento.
UN MAR DE POSIBILIDADES CRIMINALES
Para tener una dimensión del alcance de los cibercrímenes en Argentina basta con revisar el informe sobre acceso a internet en 2020 del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
El documento indica que en el tercer trimestre de 2020 se registraron, en promedio, 7 millones 584 mil 503 accesos a internet fijos. Esto significó un aumento de 1 por ciento respecto al tercer trimestre de 2019. Argentina registró casi 40 millones de accesos a internet en todo el territorio. De ellos alrededor de 80 por ciento fueron accesos de tipo móvil por teléfonos inteligentes u otros dispositivos electrónicos, lo que se traduce en 30 millones 923 mil 669 accesos a internet móviles. A su vez, los accesos fijos residenciales crecieron 2.1 por ciento sumando un total de 7 millones 127 mil 038, mientras que los accesos fijos de organizaciones totalizaron 457 mil 465 con una caída de 13.9 por ciento.
En cuanto a los accesos a internet móviles se contabilizaron en promedio 30 millones 923 mil 66, lo que implicó una disminución de 3.1 por ciento respecto al mismo trimestre del año anterior. Los accesos móviles residenciales tuvieron una variación negativa de 2.9 por ciento y alcanzaron los 27 millones 208 mil 346; adicional los correspondientes a organizaciones sumaron 3 millones 715 mil 323 y acumularon una baja de 4.3 por ciento, releva el documento.
Ya para los meses de julio, agosto y septiembre de 2020 se registraron 7 mil 531, 7 mil 587 y 7 mil 635 miles de accesos a internet fijos, respectivamente. Con relación al mismo mes del año anterior hubo un aumento de 0.7 por ciento (julio), 0.9 por ciento (agosto) y 1.3 por ciento (septiembre).
Mientras que, en el último mes del trimestre, septiembre de 2020, los accesos residenciales representaron 94.1 por ciento del total de accesos fijos que además se incrementaron en 2.6 por ciento respecto al mismo mes de 2019. Por su parte, los accesos fijos de organizaciones, que representaron 5.9 por ciento del total, se contrajeron 15.6 por ciento en septiembre de 2020 respecto a igual mes del año anterior.
*Esta investigación fue realizada por un equipo de periodistas, integrantes del Diplomado de Periodismo de Datos y Técnicas de Investigación –enfocadas al crimen organizado–, que fue impartido por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García en la Ciudad de México.
Redacción/SinEmbargo
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