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La tercera temporada terminó con Sabrina creando una paradoja temporal al optar por no cerrar un ciclo que creó para salvar al mundo de un grupo de paganos.
MADRID, 10 de enero (Europa Press) – Tras cuatro intensas temporadas, El mundo oculto de Sabrina ha llegado a su fin. La serie de Netflix ha cerrado su andadura con un caótico y devastador final en el que su protagonista, encarnada por Kiernan Shipka, se ha enfrentado a los terrores de Eldritch para evitar el fin de todas las cosas.
La tercera temporada terminó con Sabrina creando una paradoja temporal al optar por no cerrar un ciclo que creó para salvar al mundo de un grupo de paganos. Por lo tanto, la temporada finalizó no con una, sino con dos Sabrinas: Sabrina Spellman, quien regresó a su vida mortal, y Sabrina Morningstar, quien fue coronada como la reina del Infierno.
Cuando el terror de Eldritch conocido como Cósmico desciende sobre el mundo en la temporada 4, se produce un choque entre ambas realidades por la existencia de dos Sabrinas, ya que solo una de ellas puede permanecer en el mundo. Morningstar es enviada a un universo paralelo y descubre que el Vacío se acerca y aparentemente no se puede detener.
Morningstar regresa a la Tierra para contarle a Spellman lo que sabe sobre el Vacío y luego muere. Spellman desaparece en el Vacío gracias a la Caja de Pandora, mientras que sus tías y su novio, Nick (Gavin Leatherwood), convocan su espíritu de regreso al cuerpo de Morningstar.
Lucifer (Luke Cook) y Caliban (Sam Corlett) se enteran de que Morningstar está muerta y Spellman está habitando su cuerpo, y exigen que la saquen para poder darle a Morningstar un entierro digno. Cuando llegan a la casa de Spellman, todos ellos armados, Sabrina Spellman los mete a todos en el Vacío.
Desafortunadamente, un fragmento del Vacío queda dentro de ella. Por lo tanto, Sabrina es ahora una bomba de tiempo, capaz de enviar a todos al terror de Eldritch que antes trató de derrotar.
Sabrina Spellman se dirige a las Montañas de la Locura, donde acepta dejar que el Padre Blackwood le enseñe a controlar esa pieza de Vacío que está dentro de ella. Cuando el primo de Sabrina, Ambrose (Chance Perdomo) y las nuevas hermanas extrañas siguen a Salem a las Montañas de la Locura, encuentran a Sabrina a las puertas de la muerte y se revela que Blackwood realmente planea sacrificarla y traer el Vacío, completando su plan para destruir el universo.
Las cosas se complican cuando Sabrina envía accidentalmente a Prudence (Tati Gabrielle) y Roz (Jaz Sinclair) al Vacío. Antes de que Ambrose y Agatha (Adeline Rudolph) escapen, Sabrina se comunica telepáticamente con su primo y le dice que regrese en el solsticio de invierno, que es cuando Blackwood tiene intención de sacrificarla.
Ambrose, Agatha, Nick y las tías trazan un plan para salvar a Sabrina. Nick va al espacio para recuperar su cuerpo congelado y la Caja de Pandora, y luego el grupo va a las Montañas de la Locura y acaba con Blackwood. Para sacar el Vacío de Sabrina, que todavía está en el cuerpo de Morningstar, Zelda la abre y lo elimina. El objetivo es recuperar a todos los que envió accidentalmente al Vacío mientras el terror de Eldritch está atrapado, y luego Nick termina de atraparlo en la Caja de Pandora.
EL SACRIFICIO FINAL
Por desgracia, Sabrina no resiste todo este proceso. Todos son rescatados del Vacío pero ella muere segundos antes de que Nick termine de atrapar al Vacío para siempre. Una vez que los terrores de Eldritch ya no son una amenaza, ambas Sabrinas reciben sus funerales en la casa de los Spellman. Los momentos finales de la serie muestran a Sabrina Spellman en el futuro, donde Nick se une a ella después de ahogarse en el Mar de los Dolores.
Además del sacrificio de Sabrina y la muerte de Nick, así como la derrota definitiva del Vacío, la serie también cierra la historia de otro personaje clave. En el infierno, Lilith (Michelle Gomez) apuñala a Lucifer con la misma espada que se usó para matar a Jesús, luego lo destierra del reino para siempre y reclama el trono para ella.
Mientras tanto, Prudence regresa del Vacío y desmembra a su padre, Blackwood, que lleva la marca de Caín y no puede ser asesinado. Sin embargo, puede esparcirse por todos los rincones de la Tierra para que ya no pueda invocar a los terrores de Eldritch ni causar ningún daño.
